La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Fernando Tellado: “El objetivo no es el partido, sino el cambio de la sociedad”

Fernando Tellado es un referente en la búsqueda de los resortes que articulan Internet; es decir, en indagar el alma de la Red. Consultor y docente, experto en contenidos digitales y en comunicación de marca, ha escrito varios libros, el último de ellos junto a la conocida disidente cubana Yoani Sánchez: La tela de araña. Quien quiera seguirle en tales “andanzas”, puede hacerlo en Twitter (@fernandot) y en su blog, www.tellado.es. Aunque muchos ya lo conocían, también en UPyD, donde está desde sus inicios, como portavoz de Collado Villalba (Madrid) y como responsable de la estrategia del partido a nivel nacional entre 2009 y 2010, en un momento de claro auge. Es consciente de que el momento actual es crítico para los magenta, pero no pierde el optimismo. Colabora activamente con Renovadores UPyD para que Irene Lozano sea la nueva portavoz que devuelva a todos la ilusión dañada.

¿Cómo valoras el resultado electoral de UPyD este 24-M?

Aunque esperado, decepcionante, por los malísimos resultados que ha obtenido UPyD en toda España. Unión Progreso y Democracia ha hecho un gran servicio para nuestro país, comunidades y municipios, llevando a la sociedad debates que nadie abría, denunciando la corrupción y las miserias políticas que llevamos sufriendo durante décadas los españoles. Y apena, decepciona, que no recojamos el fruto de ese esfuerzo y valentía.
También tengo una enorme preocupación porque, después de años de lucha, aún no haya en España una Ley Electoral justa, ni separación de poderes real, no se haya cerrado aún el marco de competencias autonómico para garantizar la igualdad y solidaridad entre todos los españoles y porque la transparencia y la rendición de cuentas públicas sean aún una cuenta pendiente. Es cierto que hay partidos que han recogido el discurso de UPyD, pero parece que no así la voluntad real de aplicar las políticas necesarias para esos cambios.
Nacimos como un partido instrumental, como una necesidad para tener una España como nos merecemos y, después del gran trabajo realizado, y a pesar de los desastrosos resultados electorales, seguimos siendo necesarios.
Es, además, una gran pena que el empoderamiento ciudadano surgido de las propuestas de regeneración que lanzamos desde UPyD, y especialmente capitalizados por la ilusión plasmada en el 15-M, no haya resultado en una mayor implicación de la sociedad civil, que ha optado por un cambio de siglas, pero sin atisbo de cambios reales más allá de nombres y sillones.

Con este balance, ¿cómo llega el partido de cara al congreso extraordinario de julio?

Con las pilas a medio gas, pero, afortunadamente, en UPyD hay gente fantástica que no se rinde por unos malos resultados. Hablo a diario con compañeros de toda España que, aunque apenados por los resultados, tienen fuerza suficiente para que sigamos siendo un instrumento de cambio para el país.
Prácticamente, todas las corrientes de opinión que están surgiendo de cara a la elección del nuevo Consejo de Dirección apuestan por la integración, por centrarnos en aquello que tanto hemos dicho, pero que a veces parecía haberse olvidado: “Lo que nos une”.

¿A quién apoyarás para la portavocía y por qué?

Conozco personalmente a la mayoría de los compañeros que se han postulado para representar la voz de UPyD, y todos son gente enormemente válida y necesaria, pero creo que ahora mismo la única persona que puede mandar el mensaje correcto a la sociedad de UPyD como partido renovador, amable, con principios firmes pero adaptable a las necesidades de la sociedad, es Irene Lozano.
Irene comunica y transmite sencillez, pero sobre todo verdad, y eso es algo que se reconoce por parte de todos los ámbitos de la sociedad, incluso desde otras inquietudes políticas.
Estamos en un tiempo de unir manos para sacar al país adelante, no de partirnos la cara con el adversario. Irene tiene esa voluntad, la ejercita y la transmite.
Irene Lozano llegó a UPyD como la inmensa mayoría de los afiliados y simpatizantes de UPyD, con nada que ganar en lo personal y mucho que dejarse por el camino, pero con la ilusión y libertad suficiente como para trabajar para lograr los cambios que España necesita y que los partidos tradicionales no han realizado.
Durante demasiado tiempo, se ha transmitido desde los órganos de dirección una actitud áspera, inflexible, incluso amenazante, y no es así como se consigue sumar a la sociedad a nuestro proyecto, sino justamente de modo contrario. Que no se nos olvide que las políticas que proponemos no son nuestras ni para nosotros; son de todos y para todos, y no debemos olvidar nunca que el objetivo no es el partido, sino el cambio de la sociedad.
Irene es capaz de representar todo eso y más.

¿Cuál crees que debe ser el papel de Rosa Díez tras confirmarse que no seguirá siendo la portavoz magenta?

A Rosa Díez le debemos mucho, no solo los afiliados de UPyD, sino todos los españoles. Pero, de cara a la renovación que nos exige la sociedad, debería mantenerse en segundo plano, apoyando, sin ningún género de duda, a los órganos que los afiliados decidan.

¿Qué ha llevado a UPyD a interrumpir su crecimiento en el último año, tras las elecciones europeas de mayo de 2014?

Los resultados de las elecciones europeas de mayo de 2014 no fueron sino un síntoma palpable y medible de algo que ya venía de atrás, y es que UPyD, por errores propios de comunicación y hasta de empatía, no estaba sabiendo recoger las inquietudes de la sociedad, a pesar de que esta sí acogía, e incluso reconocía de buen grado las propuestas de regeneración que proponíamos.
Ya se venía percibiendo hacía tiempo a UPyD por parte de la sociedad como un partido monolítico y personalista, y era un reto que se debió haber recogido y asumido, ofreciendo nuevas vías de conseguir los logros sociales por los que tanto luchamos.
Por hacer una analogía, teníamos, y tenemos, la fórmula de la vacuna, pero la hemos tenido guardada en un cajón sin haber sido ni generosos ni flexibles a la hora de ofrecerla a la sociedad. Ahora, han sido otros quienes, con peores propuestas pero mejor disposición, han recogido el apoyo social para un cambio que sigue siendo necesario.
Dábamos la sensación de que, o se estaba con nosotros o contra nosotros, y así no se consiguen los cambios sociales. Es mejor convencer que vencer, y no supimos llevar a cabo ese principio que tanto repetíamos desde el nacimiento de UPyD de que había que hacer pedagogía democrática.

¿Qué prioridades debería marcarse el Consejo de Dirección que salga del congreso extraordinario de julio para ilusionar a la ciudadanía y a sus propios militantes?

Lo primero es reconocer los errores y recuperar a todos los que hemos decepcionado, incluso cabreado, por no saber recoger lo mejor de todos ni aceptar la crítica cuando es sincera y por el interés del proyecto común. Un proyecto de país debe contar con todos, y en UPyD están algunos de los mejores. No solo no debemos perderlos, sino que hay que recuperar a los que no supimos acoger y reconocer su valía y esfuerzo.
A partir de ese reconocimiento, debemos empezar a recoger el fruto del gran trabajo realizado por nuestros representantes institucionales. Debemos empezar a transmitir a la sociedad lo que es UPyD; un partido que nació para solucionar los grandes problemas de España, haciendo un diagnóstico preciso de los cambios necesarios y proponiendo soluciones reales a esos mismos problemas. Debemos saber ser el instrumento de cambio social que los españoles demandan. Para ello deberíamos elaborar estrategias de comunicación y consecución de logros políticos a corto, medio y largo plazo.

¿UPyD puede volver a ocupar el espacio que un día tuvo y aspirar a ser una alternativa real en las elecciones generales de finales de año?

Lo tenemos realmente difícil, pero nadie dijo que fuera fácil, y nunca lo fue. Si algo tiene UPyD de sobra es gente preparada, generosa y valiente. Hay que recuperar los principios del Manifiesto Fundacional y transformarlos en políticas activas de cambio social, pero sobre todo ser conscientes de que hay cambios que no se consiguen en dos días, a veces ni siquiera en una generación, y también tener la humildad y generosidad suficiente como para reconocer que es posible que otros recojan lo que nosotros hemos sembrado, al menos en parte, y no verlo como una traición o decepción, sino como logros, pues eso es un partido político, un instrumento de cambio social.
Dicho esto, y a pesar de que tenemos que retomar mucho de lo ya andado, debemos hacer valer nuestro valor como entidad política de primer orden, con preparación, activos y valores para gobernar con garantías, y acercarnos nosotros al ciudadano, no esperar a que sea él quien se acerque a nosotros y nos ofrezca nuevas oportunidades de ser ejemplo y referente de política de verdad.
Creo que Irene Lozano representa todo lo que es UPyD y, trabajando todos unidos con el objetivo de solucionar los problemas de nuestro país, el esfuerzo tarde o temprano será reconocido y nos darán la oportunidad de llevar a cabo las políticas que hemos demostrado que funcionan y pueden hacer de España una democracia mejor.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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