El periodismo no tiene apellidos, pero si hubiera que darle uno, no podría ser otro que ciudadano.
La siguiente fundamentación, perteneciente a un proyecto personal, identifica diez motivos o razones que contribuyen a dar origen, base y sentido al llamado periodismo participativo o ciudadano.
Aunque intenta interpretar la realidad chilena, no excluye, como se entenderá, la situación transnacional.
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La sociedad global
1. El desarrollo cívico y cultural de la población se encuentra gravemente limitado debido a que el sistema político vigente, no obstante declararse democrático, no promueve sino desvaloriza el derecho básico y constitucional a la información y expresión.
2. Esta situación aumenta la desinformación y fomenta la apatía, la ignorancia y el atraso cultural en la ciudadanía.
El periodismo
3. Uno de los actores sociales más perjudicados es, precisamente, el responsable mayor y directo del correcto ejercicio del derecho a la información y expresión: el periodismo. Esta profesión sufre una ostensible distorsión y debilitamiento de sus deberes y funciones fundamentales, tales como la crítica social, la investigación en profundidad, la libertad y equidad de cobertura, la valoración y uso de fuentes no oficiales y, en general, la interpretación personal, independiente y profesional de la realidad.
4. Muchos periodistas no se involucran en la denuncia pública ni en la búsqueda de soluciones a esta crisis por varios motivos: compromiso laboral restrictivo con su empleador; presiones hacia funciones profesionales de rango secundario y, en algunos casos, contrarias a las normas éticas (autocensura, publicidad simultánea); permanente riesgo de despido; cesantía prolongada; distanciamiento del problema por estar dedicados a las asesorías privadas.
Los medios
5. Los medios de comunicación empleadores (periódicos tradicionales, canales de televisión, radio), en general, y los más grandes, en particular, no parecen perjudicados ni comprometidos por esta crisis, ya que priorizan el estándar de calidad de servicio que les exige el mercado, que define a la audiencia como consumidora y no como ciudadana.
6. Pese a todo, la red virtual Internet, y en particular sus weblogs o bitácoras digitales, están proporcionando un medio de comunicación accesible y estable para ejercer democráticamente el derecho a la libertad de información y expresión.
La participación ciudadana
7. Parte fundamental de esa nueva manifestación social es el llamado periodismo participativo o ciudadano, donde cualquier persona puede opinar, recabar información y, sin más limitante que su capacidad para aprender sencillas técnicas de operación de la web, transmitirlo a través de una página personal o colectiva.
8. La ciudadanía debe ser informada y orientada adecuadamente acerca de un fenómeno de esta magnitud, connotación y proyección, y que la involucra, incorpora y compromete tan directamente, abriéndole una oportunidad concreta de progreso cívico y cultural.
9. La documentación didáctica y orientadora sobre periodismo participativo es todavía incipiente, por lo que es necesario incrementarla y diversificarla por diferentes medios, con el fin de proveer –por tratarse de algo generado en y por la sociedad civil- la mayor cantidad posible de visiones personales e independientes sobre el tema.
10. Esa eventual proliferación de visiones, sin embargo, debe ser necesariamente orientada mediante fundamentos periodísticos y comunicacionales de nivel profesional, con el fin de que las nuevas voces ingresen a este campo con conocimientos básicos, especialmente sobre respeto a los principios éticos y persecución de fines sociales. Tienen aquí una tarea vital los mentores del periodismo.
Los resultados presentes y de corto plazo dependen en gran medida, por lo tanto, de la respuesta periodística; los de largo plazo, de la ciudadanía.
Julio Frank Salgado