Voz del sur

Julio Frank Salgado

Bachelet tiene la clave

• ¿Cómo se hace realidad un sueño? Un político que revierte 35 puntos de desventaja en las encuestas en un solo año y sin aparecer en campaña puede contarlo.

En abril de 2002, el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC) realizó un sondeo para medir la percepción ciudadana sobre los políticos chilenos con mayor futuro. Como era de esperar, el ex candidato presidencial Joaquín Lavín aparecía en el primer lugar, con un 56 por ciento de las preferencias. A mucha distancia de él figuraba Soledad Alvear, con un 19 por ciento, y aun por debajo de ésta, Michelle Bachelet, con un 6 por ciento. Era la realidad política del momento: Lavín había estado a punto de derrotar al actual Presidente, Ricardo Lagos, sólo dos años antes, al obtener un inesperado 47,51 por ciento de los votos en la primera vuelta -apenas un 0,45 por ciento menos que aquél-, por lo que nadie ni nada parecía amenazar su favoritismo para el 2006.

Sus rivales, en contrario, tenían poco que oponer a eso: además de la fundamentada expectativa del candidato derechista, enfrentaban otros obstáculos difíciles, comenzando por el prejuicio machista. Alvear, asimismo, aún dudaba de su eventual carrera presidencial y Bachelet permanecía incluso ajena a la política contingente. Por si fuera poco, el mayor capital político de ambas, su sobresaliente desempeño como ministras del gobierno laguista, empequeñecía al lado del decano de las administraciones concertacionistas: el jefe del gabinete, José Miguel Insulza. En otros términos, no se veía cómo dos bien intencionadas pero frágiles mujeres podían competir siquiera contra dos gigantes de la política chilena.

Que Bachelet se haya impuesto a Alvear por retiro de ésta ya fue una sorpresa, pues la carrera política de la actual candidata única de la Concertación no es precisamente su argumento más fuerte, a menos que así se considere su larga militancia socialista y su incorporación al Comité Central de ese partido hace diez años. Cuando se produjo el golpe militar tenía 22 y estudiaba medicina. Tanto ella como su padre, general de aviación y ex colaborador del gobierno de Allende, y su madre fueron detenidos y torturados. Su padre murió debido a ello. Viajó entonces exiliada junto a su madre a Australia y regresó a Chile cuatro años más tarde, en 1979. Además de terminar su carrera, realizó actividades en pro del retorno a la democracia y asistió como médico a hijos de torturados y desaparecidos. Luego de ejercer en organizaciones no gubernamentales, ingresó en 1990 al Ministerio de Salud, que sería su plataforma en la administración pública: después de asesorar al subsecretario del sector, en 1996 estudió estrategia militar en Chile y Estados Unidos, lo que le permitió posteriormente ser asesora del ministro de Defensa. Al asumir Lagos en 2000 le designó ministra de Salud para que dirigiera la reformulación del sistema de atención médica con el fin de dar a éste un enfoque más ciudadano, y en enero de 2002 se convirtió en la primera mujer ministro de Defensa Nacional de América Latina.

El sueño realizado

Pues bien, con sólo esa trayectoria política y desde este último cargo público, Bachelet comenzó a crecer sostenidamente a partir de 2002, según las encuestas CERC, y menos de dos años después alcanzó lo inalcanzable: en marzo de 2004 equiparó a Lavín en 47 puntos. El posterior repunte del hasta entonces favorito, poco antes de las elecciones municipales de ese año (58% contra 48%), fue sólo un paréntesis, ya que los sondeos posteriores han sido implacables con él. El Centro de Estudios Públicos (CEP), en tanto, fue más categórico al resumir este insólito intercambio de papeles: en diciembre de 2003, Lavín obtuvo un abrumador 44 por ciento de menciones ante la pregunta “¿Quién cree usted que será el próximo Presidente de Chile?”; Bachelet le siguió con un magro 9 por ciento. Exactamente un año después, no obstante, en diciembre del año pasado, la ciudadanía, según el CEP, cambió drásticamente de opinión y le dio el 43 por ciento a Bachelet y sólo el 26 por ciento a Lavín.

No se trata de un simple cambio en las preferencias ciudadanas, sino, nada menos, de un cambio de favorito para ser el próximo Presidente de Chile. ¿Qué acontecimientos políticos y/o sociales explican este fenómeno? Los cientistas y sociólogos tendrán tiempo para averiguarlo. Lo que el ciudadano que votará en los comicios de diciembre próximo debiera saber ahora es: ¿Cómo es posible revertir 35 puntos de desventaja en las encuestas en un solo año, ó 50 puntos en menos de dos, sin una trayectoria política de peso ni una campaña proselitista pública y abierta, ante un candidato presidencial reciente con casi tres millones y medio de votos detrás de él y dejando en el camino también al actual secretario general de la OEA? Bachelet y sus asesores se reservan la respuesta.

Julio Frank Salgado

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Autor

Julio Frank Salgado

Periodista y bloguero chileno. Reportero y editor en medios de comunicación escritos, radiales, televisivos y digitales. Activista digital por una Constitución democrática para Chile desde 2007. Autor de "Médicos en la Historia de Chile" (2005) e "Idolos de blanco" (2011). Año XIX en la blogosfera de PD.

Julio Frank Salgado

Periodista y bloguero chileno. Reportero y editor en medios de comunicación escritos, radiales, televisivos y digitales. Activista digital independiente por una Constitución democrática para Chile desde 2007. Autor de "Médicos en la Historia de Chile" (2005) e "Idolos de blanco" (2011). Año XIX en la blogosfera de PD.

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