La informática se alía con la medicina para frenar la pandemia

La informática se alía con la medicina para frenar la pandemia


Juan Oñate
*.- El brote de gripe A ha puesto de manifiesto los desafíos, globales e interconectados, a los que se enfrentan las autoridades sanitarias. En julio de 2009, más de 100.000 casos han sido ya identificados en 75 países de todo el mundo, todos ellos surgidos en menos de dos meses, lo que ha provocado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare la alerta de pandemia. El virus de la gripe A ha traído consigo un gran cambio: con anteriores brotes de gripe, pasaron meses hasta que se expandiera por todo el mundo, lo que facilitaba su estudio y la puesta en cuarentena, dando tiempo a las autoridades para adoptar estrategias defensivas. Hoy, una población tremendamente móvil favorece que la enfermedad pueda expandirse en horas, lo que exige un enfoque radicalmente distinto para controlar la pandemia.

La información precisa debe constituir el núcleo de este enfoque. Ser capaz de monitorizar el riesgo, identificar portadores potenciales y compartir esta información con otras entidades locales, nacionales e internacionales es el eje central sobre el que gira el control de una pandemia. Y dada la velocidad a la que el virus puede propagarse, la información debe acercarse todo lo posible al tiempo real.

La buena noticia es que, gracias a la informatización de los sistemas TI sanitarios, la información, a esta gran escala, ya está disponible. Tradicionalmente, los proveedores sanitarios han trabajado en silos, con los datos guardados en sistemas locales sin conexión con el mundo exterior. En los últimos cinco años, se ha producido un considerable avance en los sistemas TI nacionales, como el programa Connecting for Health (CfH) en Reino Unido, para proteger el intercambio de datos, incluyendo los historiales médicos, mejorar la atención a los pacientes e incrementar la eficiencia. Sin embargo, que este proceso esté en marcha no significa que se haya completado en todo el mundo, ya que muchos sistemas sanitarios continúan dependiendo del fax y el correo electrónico. En cualquier caso, al mismo tiempo que los costes tecnológicos se han reducido y las expectativas de los pacientes son más altas en todo el planeta, el sistema sanitario se ha abierto a la colaboración, permitiendo que la información valiosa sea integrada para suministrar un cuadro completo, preciso y a tiempo de la salud mundial.

Esta explosión de información ha dado lugar, no obstante, a tres nuevos desafíos. Los datos deben integrarse entre múltiples sistemas diferentes para obtener una visión global; la calidad debe comprobarse y las analíticas avanzadas son necesarias para garantizar que los profesionales sanitarios puedan seguir las tendencias y navegar por los millones de historiales que, potencialmente, están ahora a su disposición.

En el caso de las pandemias como la gripe A, integrar las diferentes infraestructuras TI resulta complicado por el número de países, sistemas y estándares implicados. No se puede esperar que todos los sistemas TI sanitarios del mundo utilicen los mismos estándares –sólo los costes serían prohibitivos, además del riesgo de desplegar un estándar genérico que al final no cubriese adecuadamente las necesidades de ningún sistema. Si a esto le añadimos las configuraciones independientes de hardware y software, desde los mainframes legados a los últimos sistemas basados en web, comprobamos la magnitud del problema de integración al que nos enfrentamos.

Aunque es bastante obvio que los centros de salud en cada distrito están acostumbrados a intercambiar datos fácilmente, compartir información a escala internacional es una experiencia nueva para la mayoría de profesionales sanitarios. Y es imposible planificar con quién necesitarás estar integrado (hace seis meses, nadie habría identificado el intercambio de información médica entre México y España como una prioridad). Dada la celeridad a la que la enfermedad se propaga, esta necesidad de integración debe resolverse para que los profesionales sanitarios y las autoridades internacionales puedan comprender, seguir y controlar las pandemias.

Por lo tanto, los fuertes vínculos (basados en el cable) entre sistemas individuales no servirán para suministrar la integración en tiempo real. Lo que se necesita es un enfoque más abierto que pueda manejar todo tipo de datos, comprobar la calidad de la información y traducirla adecuadamente. Esencialmente, esto debería ser un hub de información que combine traductores preconstruidos para todos los formatos de datos comunes, como el lenguaje de mensajería sanitario HL7, con una forma amigable para el usuario de integrar los nuevos formatos una vez que hayan sido descubiertos. Y, a pesar del incremento del uso de TI en sanidad, es vital que los formatos no estructurados como el fax, el correo electrónico y las hojas de cálculo puedan incluirse también, para proporcionar una visión completa del panorama sanitario.

La calidad de la información es vital para garantizar tanto que los datos sean completos como que los sistemas actúen consistentemente. Por ejemplo, deben conocerse los términos diferentes, comparar los diferentes campos y señalar automáticamente los registros dudosos o poco claros. Esto evita que los malos datos corrompan el cuadro global y facilita el análisis.

Reunir los datos y darles cohesión y consistencia da capacidad a los profesionales sanitarios para acceder al arma más potente frente a las pandemias: la información en tiempo real. Saber dónde se concentran los casos de gripe, qué portadores han estado en contacto recientemente con el virus, la susceptibilidad de grupos particulares y las vías específicas por las que estas infecciones se propagan puede poner a los médicos un paso por delante de la gripe A. Utilizadas correctamente, las comparaciones pueden extraerse a partir de otros países o brotes, dando la posibilidad de predecir nuevas fases y de actuar en consecuencia. En el caso de la gripe A, el análisis de los casos ha revelado que afecta particularmente a los pacientes jóvenes, más que a las personas de mayor edad.

Para conocer las mejores prácticas, los profesionales TI sanitarios deben analizar las pandemias pasadas y cómo se resolvieron los retos planteados. Durante el brote de la gripe aviar SARS en 2004, Hong Kong Hospital Authority implementó una plataforma de integración de datos para reunir toda la información, desde los datos de asistencia clínica al reporting de coordinación médica, auditoría y rendimiento. Esta plataforma está actualmente siendo utilizada para combatir la nueva pandemia, lo que demuestra el valor que la integración aporta. Ahora, Hong Kong ha cerrado todas las guarderías y escuelas de primaria como respuesta al brote de gripe. Antes de implementar el nuevo sistema, la autoridad sanitaria utilizaba un proceso de intercambio de información basado en fax. Esto dificultaba enormemente el poder conseguir una visión completa y actualizada del paciente entre los diferentes hospitales y clínicas. Reemplazando un sistema manual y legado, la autoridad ha sido capaz de reunir los datos procedentes de 30 sistemas clínicos de 43 hospitales y 120 centros externos. Los datos integrados alimentan un datawarehouse que contiene los datos históricos sobre seis millones de pacientes, el 90% de la población de Hong Kong.

Demostrando el valor de los datos integrados, durante la epidemia SARS, este datawarehouse fue utilizado para crear un sistema de reporting externo para compartir la información relativa al SARS con el Ministerio de Sanidad, para apoyar el rastreo de los contagios y el control de la cuarentena. Esta visión completa y en tiempo real propició el intercambio de información crítica durante la epidemia SARS, permitiendo un mayor foco en los esfuerzos para mejorar la atención al paciente y minimizar la propagación de la enfermedad. Cuando la situación vuelva a la normalidad, los médicos pueden implicarse en investigaciones clínicas más completas, para mejorar la asistencia y disponer de una plataforma en la que compartir información crítica prácticamente en tiempo real.

Como muestra el ejemplo de Hong Kong, la integración no sólo es de gran ayuda durante las epidemias, sino que proporciona la infraestructura para compartir información, analizar estadísticas y, consecuentemente, suministrar una visión completa del panorama sanitario por región, grupo de edad, tipo de enfermedad o sexo. De este modo, los recursos pueden ser asignados con mayor eficacia para garantizar los más altos estándares de atención al paciente.

La gripe A ha sido declarada la primera pandemia del siglo XXI y no muestra signos de retroceso, lo que prueba que la necesidad de colaborar en tiempo real, en todo el planeta, es cada vez más perentoria. Con la tecnología en el corazón del sistema sanitario, es vital que las organizaciones trabajen juntas e integren sus datos para convertirlos en información útil, práctica y en tiempo real. Este análisis permitirá ir un paso por delante de las pandemias, mejorar el conocimiento y minimizar la propagación de la enfermedad, todo ello con el objetivo esencial de reducir la pérdida de vidas.

* Director general de Informatica Corporation para Iberia

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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