El camino para alargar la vida es cuestión de menos calorías no de antioxidantes

El camino para alargar la vida es cuestión de menos calorías no de antioxidantes


(PD).- Si la ciencia logra algún día detener el envejecimiento o alargar más la vida no será gracias a una fórmula rica en antioxidantes, unas sustancias poco efectivas para tan soñado propósito según los científicos que sitúan el elixir de la juventud en el estudio de dietas con muy pocas calorías.

Pero no se trata de pasar hambre, sino de encontrar un fármaco que saque provecho a los beneficios que una restricción severa de calorías tiene en la prolongación de la vida como así se ha demostrado ya en ratones y moscas.

En su libro «Inmortales y perfectos. Cómo la medicina cambiará radicalmente nuestras vidas», el científico español de genética molecular Salvador Macip (Blanes, 1970) desvela algunos de los eternos interrogantes: ¿el cáncer tendrá cura ?,¿se podrá manipular los genes para ser más perfecto? ¿se detendrá el envejecimiento?

«Cuanto más sepamos de nuestros genes más respuestas tendremos», asegura Macip, convencido de que la ciencia tendrá las armas suficientes para que el ser humano sea «cada vez más perfecto y esté más sano».

El científico, que trabaja en el departamento de Bioquímica de la universidad de Leicester (Reino Unido), ha señalado en la presentación del libro que la investigación se encuentra en «un punto de inflexión», en la fase de entender y profundizar en lo que nos pasa cuando envejecemos y que, una vez tengamos todas las claves del genoma, «nada va a impedir a la ciencia que se pueda alargar un poco más la vida».

Lo que está claro, sostiene Macip, es que «lo que nos hace viejos es vivir» hasta el punto de que el oxígeno que necesitamos resulta nocivo porque sus residuos «oxidan» nuestras proteínas y ADN.

Y contrariamente a lo que popularmente se piensa, el remedio para esta oxidación no son los antioxidantes, unos complementos consumidos por un tercio de la población mundial desarrollada y que son del todo ineficaces y poco prácticos para retrasar el envejecimiento.

En su libro Macip repasa los conocimientos científicos acumulados hasta ahora, así como una previsión de hasta dónde podrían llegar los estudios que están en marcha.

Entre ellos, los científicos tratan de explicar por qué los ratones viven más si se les hace pasar hambre, una consecuencia que también se ha probado en otros animales, por lo que no se descarta que el ser humano responda igual a esta restricción calórica de un 30 o un 40 por ciento de alimentos según los experimentos.

Alargar la vida sin tener que pasar hambre es el objetivo de los científicos que trabajan en las teorías del envejecimiento.

Masip confía en que en un plazo de entre 20 o 40 años se obtengan los primeros resultados para el control del proceso del envejecimiento.

Otra de las grandes promesas de la investigación son las células madre si se superan, dice Masip, «todos los problemas tanto técnicos, políticos y éticos» pues con ellas se conseguirá generar en un laboratorio cualquier tejido u órgano que se estropee.

«Menos interesante científicamente es la clonación humana», señala Masip, quien apuesta por que los experimentos se centren en aprovechar las células madre de un embrión clonado pero destruirlo antes de que llegue a término.

Agencia EFE

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