(PD).- Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, ha advertido del “peligro de comprar medicamentos vía internet” por el riesgo de adquirir productos falsificados ya que “el principio activo del producto puede ser erróneo y perjudicar nuestra salud”. Arnés aboga por que sean “los farmacéuticos y distribuidores que están autorizados los que puedan operar en internet y no terceros”.
Para el director general de Farmaindustria el problema de la falsificación de medicamentos “es un fenómeno complejo y difícil de detectar”, que requiere que se “instrumenten medidas legales” a nivel nacional e internacional ya que “este oficio lucrativo” está desarrollado, “en muchas ocasiones”, por organizaciones vinculadas con el crimen internacional.
Admite que las falsificaciones “afectan a todo tipo de productos”. “Hace años al ser un comercio propio de los países en desarrollo éstas se centraban en vacunas”, explica Arnés, quien insiste en que ahora “alrededor del 30 por ciento de las falsificaciones en el ámbito internacional corresponden al sector de los antibióticos”.
Arnés explica que un medicamento falsificado es aquel en el que en su etiqueta informativa incluye “de forma deliberada y fraudulenta” información falsa acerca de “su composición o de la procedencia de su fabricación”. Sobre este tipo de medicamentos matiza que “alrededor del 60 por ciento no contienen ningún principio activo, pero cerca del 20 por ciento contiene una cantidad inferior del mismo o una composición incorrecta”.
Respecto a la venta de los productos farmacéuticos falsificados declara que se distribuyen “por medio de la venta ambulante en los países en desarrollo” y “vía internet en los países desarrollados”. Los falsificadores de medicamentos, agregó, “en algunas ocasiones introducen los productos en la cadena oficial de distribución” lo que hace que la detección del fraude “sea más difícil”.
Aunque en España “afortunadamente todavía no se ha detectado ningún caso de introducción” de medicamentos falsos en la cadena oficial de distribución “hay que estar alerta porque estas mafias van sofisticando sus actuaciones para ser más eficaces en su negocio”, señala.
Por este motivo, sugiere que se actúe sobre la cadena de suministro de los medicamentos para “garantizar que éstos sean seguros y que el proceso tenga integridad”. Así, abogó por implantar medidas “autentificadoras e individuales de los productos, con identificaciones visibles e invisibles” que faciliten la detección de la falsificación
PROBLEMAS PARA VENDER EL MENSAJE
Un problema grave que encuentra Framaindustria para hacer llegar al gran público su razonable y esclraecedor mensaje, es que la gran industria farmaceútica ha estado labrándose en los medios de comunicación una imagen confusa, casi turbia.
Y esa imagen hace díficil de digerir algunas de sus más sesnsatas sugerencias.
El objetivo no declarado del lobby farmacéutico es gozar de una buena imagen en los medios de comunicación, que no se hable del coste de los medicamentos y proyectar la idea de que el sector necesita mantener contra viento y marea las patentes para poder invertir en investigación. Además, que los máximos responsables de Farmaindustria, sobre todo Humberto Arnés y Antoni Esteve, salgan favorecidos en la prensa.
Y para ello, de forma silenciosa, bajo cuerda, la patronal de los laboratorios farmacéuticos se dedica a «engrasar» económicamente a multitud de medios.
El criterio de selección es variopinto y entre los más favorecidos hay alguno que ni siquiera está auditado o tiene presencial social, pero que se presta a cualquier apaño que le propongan desde Farmaindustria. Sin anuncios, sin banners, sin que la imagen de Farmaindustria aparezca pro lado alguno.
Esto genera cierto malestar en la profesión, donde se subraya que Farmaindustria está contribuyendo de forma descarada a estimular un tipo de periodismo de dudosa moralidad: el periodismo «sobrecogedor».
