Chequeo a las series médicas de televisión

(PD).- La mayoría de las personas no recuerdan el nombre de su médico de cabecera. Sin embargo, son pocos los que no conocen a doctores como House, Vilches o Fleischman, todos ellos personajes de las series de televisión sobre médicos, ficciones que suelen gozar del favor de la audiencia.

El pasado 23 de abril la serie de Telecinco «Hospital Central» estrenaba su decimoquinta temporada con una audiencia de 3.581.000 espectadores y una cuota de pantalla del 21,7 por ciento.

Subraya Meritxell Tizón en Pacientes que el éxito obtenido por esta serie española –aún más llamativo teniendo en cuenta que lleva más de 10 años en antena– pone de manifiesto que las series de temática sanitaria cuentan con el beneplácito del público en España y se suma al de otras ficciones que se emiten en la actualidad como «House» y “Anatomía de Grey” (en Cuatro y con una cuota media de pantalla de un 20 y un 14 por ciento, respectivamente), o el «Síndrome de Ulises» (en Antena 3, con una cuota media del 15,9 por ciento).

Además, hay que recordar que no se trata de un fenómeno nuevo sino que en la última década han sido varias las series con temática sanitaria que se han ganado el favor del público, entre otras la también española «Médico de familia» o las norteamericanas «Urgencias» y «Doctor en Alaska».

Es curioso, no obstante, comprobar como el éxito que obtienen este tipo de programas es proporcional al escepticismo que generan en los colectivos que aparecen representados en los mismos: los pacientes y la profesión médica.

Ambos coinciden en pedir cautela y rigor a los responsables de los medios a la hora de tratar este tipo de temas, debido a la influencia que la televisión tiene sobre muchas personas.

Falta de información
Silvia Ulla, afectada de fibrosis quística, es delegada en Madrid de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER).

Aunque asegura que a ella este tipo de ficciones no le crean “ninguna falsa expectativa”, reconoce que hay muchos pacientes que sí están influidos por lo que ven en la televisión.

“Yo sé distinguir lo que es una ficción y lo que es la realidad, pero es cierto que hay enfermos que acuden al médico pidiendo, por ejemplo, que le traten con la urgencia con que lo hacen en algunas series, por lo que hay que tener cuidado con lo que se dice en este tipo de programas”.

Como ejemplo, hace referencia a un capítulo de la serie norteamericana “Urgencias” emitido hace tiempo. En él se abordaba, precisamente, la enfermedad que la afecta.

“Trataron un caso de fibrosis quística de forma patética –asegura–.

En concreto, un médico le decía a otro ‘¿para qué le das tanta importancia a este paciente si, total, es terminal y se va a morir?’.

Eso es algo que no se puede permitir, porque puede afectar muy negativamente a una persona con esta enfermedad o a su familia”.

Según Ulla, el tratamiento que, por el contrario, se dio a esta patología en la serie “Hospital Central” fue “excelente”, por lo que “llamé al equipo para felicitarle”.

Blanca Rubio Fernández, presidenta de la Federación Española de Lupus (FELUPUS), también recuerda el tratamiento “erróneo” que otra serie de ficción emitida hace tiempo daba a esta enfermedad autoinmune. “Uno de los personajes tenía lupus y la información que se daba.

Al afectado le llamaban el vampiro porque no podía salir de casa y tenía todas las ventanas con las cortinas corridas, algo que es totalmente negativo y falso”.

En opinión de ambas, los pacientes que más influidos están por este tipo de seriales son, precisamente, los que se ven afectados por las denominadas en enfermedades raras o de baja prevalencia.

Esta influencia se debe, a su juicio, a la escasa información que existe sobre su enfermedad.

“Al no existir un conjunto multidisciplinar relacionado con su patología ni estar todavía formadas las unidades de referencia en los hospitales, se dejan influir más”, explica Silvia Ulla.

“La gente está ávida de información”, añade Blanca Rubio, “y la busca en cualquier lugar, con el riesgo de que muchas veces la que encuentra no sea la correcta ni la más adecuada.

Eso se debe, en gran medida, a que no obtienen una respuesta directa por parte de los propios médicos”.

En este sentido, la presidenta de FELUPUS asegura conocer a muchos afectados que siguen “House”, la serie que emite Cuatro, “por si se habla de su enfermedad y, en caso de que sea así, comprobar si se dice algo sobre cómo se puede curar o si se habla de algún medicamento nuevo, que sólo estuviera en
EEUU.

Hay que tener en cuenta que mucha gente cree que allí lo logran todo y que, si existiera algo concreto, House lo aplicaría sin duda”.

Silvia Ulla y Blanca Rubio también coinciden a la hora de pedir a los responsables de las series sobre médicos que se documenten bien sobre las enfermedades que tratan para no crear falsas expectativas en los pacientes y las familias, porque, tal y como añade la delegada de FEDER, ”eso conduce a un estado de ansiedad general”.

Asimismo, animan a los profesionales de la televisión a acudir a las asociaciones de pacientes o a las unidades de los hospitales para que les informen y den una imagen real sobre las patologías que tratan y la situación de los afectados.

“Nosotros cuando hemos sabido que iban a hablar de nuestra enfermedad hemos intentado ponernos en contacto con las productoras para intentar facilitarles información, sin obtener respuesta”, se queja la presidenta de FELUPUS.

“Yo creo –continúa–, que a ellas no les interesa reflejar lo que es realmente el problema ni buscan una visión médica de un determinado asunto. Lo que persiguen es incorporar un elemento diferenciador o que les puede convenir a la hora de desarrollar una determinada trama”.

Poco realistas
Los médicos, motor principal de las tramas de las series de televisión con temática sanitaria, lejos de sentirse identificados con los personajes que les representan en la pantalla acusan a este tipo de programas de ofrecer una imagen alejada de la realidad e, incluso, de crear falsas expectativas de curación que influyen de forma negativa en los pacientes.

La preocupación de la profesión médica por la imagen que sobre sí misma, los pacientes, la salud y las patologías, se ofrece en las series de televisión, es tal que ha llevado a la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC) a elaborar un informe titulado «Imagen que los seriales médicos de televisión ofrecen sobre los médicos y la profesión médica en general», que se hizo público en enero.

En el mismo, los facultativos se muestran contundentes y advierten de que las series con médicos como protagonistas son «poco realistas» y pueden crear «falsas expectativas en los pacientes».

Los profesionales creen que este tipo de seriales tienen un «profundo impacto en la opinión pública y en la población», y resaltan el hecho de que, para millones de personas, «la televisión se ha convertido en su mayor, si no única, fuente de información y educación».

Por este motivo, solicitan a los responsables de este tipo de ficciones que sean “extremadamente cuidadosos, a fin de no enviar mensajes confusos o erróneos sobre la salud o la asistencia sanitaria”. Francisco Toquero, vicesecretario de la OMC, explica que un ejemplo claro de “mensaje confuso o erróneo” está relacionado con las reanimaciones cardio–pulmonares que aparecen en las ficciones.

«En una resucitación de este tipo», afirma, «ya quisiéramos los médicos de urgencias que el índice de supervivencia fuera el que aparece en las televisiones, donde de cada diez que se hacen nueve salen adelante. Eso crea en los pacientes unas expectativas erróneas porque en la realidad ocurre todo lo contrario y a lo mejor salen adelante dos o tres personas en el mejor de los casos”.

Otro aspecto criticado por la OMC está relacionado con los diagnósticos, exploraciones y tratamientos que aparecen en este tipo de ficciones.

Según se destaca en el informe, deberían ser más reales, porque “la promoción de exploraciones y tratamientos innecesarios aumenta el gasto sanitario y el despilfarro de recursos”.

”Cuando un paciente en las series llega al hospital y empiezan a hacerle corriendo todo tipo de pruebas, se generan unas expectativas y una idea sobre esta patología que no es real”, explica Toquero.

“Las pruebas diagnósticas –continúa–, tienen su momento, su sitio y su idoneidad de prescripción.

Por poner un ejemplo, no siempre a una persona que se ha caído es necesario hacerle un TAC”.

Otro aspecto en el que incide el informe de la OMC es en la visión que este tipo de seriales ofrecen sobre la propia profesión médica.

En este sentido, la organización considera que se deberían mostrar “los comportamientos deseables y éticamente correctos de los médicos y enfermeras” y califica de “inaceptable que los enfermos y el personal sanitario sean presentados como sujetos anómalos para la diversión del espectador, aumentar la audiencia y tener más beneficios económicos”.

“Si yo fuera el doctor House, estaría en el paro o en la cárcel”, afirma tajante el doctor Enrique Vivas Rojo, especialista en Alergología.

Y añade:”Se trata de un personaje muy listo pero déspota, mal compañero y antipático, justo lo contario de que lo que la gente demanda de un médico en las consultas”.

En su opinión, la imagen que percibe el paciente o el espectador es que todos los médicos de la serie son brillantes: “Se acierta rápidamente e incluso a veces se intuye el diagnóstico sin necesidad de hacer grandes estudios. Eso hace que cuando yo fallo en la consulta con un paciente, este piense: si la medicina es muy fácil y las curaciones en televisión ocurren en el 90 por ciento de los casos, ¿cómo es que este señor que me está tratando no acierta con lo que tengo y, si acierta, no me cura?”.

El doctor Vivas Rojo cree que las series que se producen en España “son un poquito más suaves y se acercan más a una idea romántica de la medicina que las norteamericanas, porque son más cercanas y hay más relación humana y de comprensión entre los personajes”.

Aún así, considera que también en ellas se peca de un exceso de tecnicismos, aunque reconoce que, en cuanto a la terminología que utilizan, suelen ser “impecables”.

Críticas infundadas
Jorge Díaz es, precisamente, el coordinador de guiones de una de las series de televisión españolas que se emite actualmente: “Hospital Central”. A su juicio, las críticas de los médicos son infundadas y se producen porque “quejarse de la tele suele dar portada”.

“Ningún paciente piensa ‘tengo esto y voy a ver qué dicen en Hospital Central sobre mi enfermedad’. No. Lo que hacen es entrar en Internet y buscar, y ahí le salen desde un hospital americano donde tratan su patología hasta testimonios de gente que está en su misma situación. No piensan ‘tengo esta patología y voy a ver qué dicen en las series sobre ella’ o ‘se murió el paciente así que yo me voy a morir también’. No sería lógico. Lo que ocurre es que meterse con la tele siempre da buenos resultados”, sostiene Díaz.

A su juicio, no hay que olvidar que las series de ficción son precisamente eso: ficción. “Los casos que aparecen en nuestra serie suelen estar basados en la propia realidad”, asegura, “pero la mayor parte de las veces están combinadas de una manera distinta, de forma que puedan resultar dramáticamente importantes.

En los hospitales de la vida real el 99 por ciento de los pacientes que llegan en un día no tienen ningún interés dramático. Si nosotros hiciéramos un capítulo donde aparecieran, por ejemplo, 60 personas seguidas siendo tratadas de gripe, el aburrimiento de la gente sería tal que apagaría la tele. Nosotros lo que buscamos es el interés dramático, la historia personal, la parte de vida entre los médicos del hospital.

¿Que nos critican diciendo que en un hospital no se liga tanto? Pues es que yo no conozco todos los hospitales del mundo. ¿Usted sí?

Nosotros estamos haciendo precisamente un capítulo de aquel en el que sí se liga tanto. Con las tramas ocurre lo mismo. Muchas veces nos dicen que sólo en el uno por mil de los casos habría un determinado desenlace. Pues bien, nosotros estamos hablando precisamente de ese uno por mil, no de los otros 999 casos”.

“Nos dicen que en la vida real las cosas no son así. Vale. Pero es que las series sobre la vida real no funcionan. Funcionan las ficciones que tienen elementos dramáticos. Yo sé que una operación no se puede hacer en el acto o que no dura cinco minutos. Pero hay que tener en cuenta que no estamos haciendo un documental médico, sino una serie televisiva”, añade.

Jorge Díaz explica que la serie en la que trabaja cuenta con un grupo de médicos que les presta asesoramiento.

“A lo largo de todo el proceso vamos hablando con asesores médicos tanto de hospitales como del SAMUR para estar lo más cerca posible a una atención médica de verdad, lo que no significa reflejar totalmente la realidad. También nos ayudan en el proceso de elaboración de los diálogos, para, por ejemplo, citar las medicinas que realmente debería necesitar un paciente con una determinada enfermedad, etc”.

Antonio Zabalburu interpreta a Javier, uno de los doctores más veteranos de la serie ”Hospital Central”.

Aunque reconoce que “hay mucha gente que se cree que de verdad soy médico”, hace, al igual que su compañero Jorge Díaz, una defensa a ultranza de las series de temática sanitaria.

“Hace poco me encontré en un estreno a un grupo de médicos de verdad que veían la serie, y me comentaron que, en muchos aspectos, no eran reales. Yo les respondí diciendo que no se podía olvidar que eran series de ficción y que su objetivo principal es entretener a la audiencia. También les comenté que si nos ciñéramos a la realidad de las urgencias, que es mucho más lenta, el público se aburriría en cinco minutos”.

Con respecto a las críticas de los facultativos sobre la imagen que se da de ellos en estas ficciones, asegura:

“Si en la serie no se diera protagonismo a las relaciones personales de los médicos nos criticarían diciendo que es mentira que no haya amor en los hospitales. Siempre va a haber críticas hacia nosotros, hagamos lo que hagamos. Es algo inevitable”.

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