Nuevo desastre en el Aeropuerto de Barajas y el ministro de Fomento no está ni se le espera

Nuevo desastre en el Aeropuerto de Barajas y el ministro de Fomento no está ni se le espera

Un fallo en los generadores eléctricos provocó el caos en Barajas durante la noche del sábado al domingo. La ineficacia de los sistemas eléctricos alternativos para hacer frente a cualquier contingencia no debe tener excusas en la T4 de Barajas, uno de los aeropuertos más modernos y con más tráfico de Europa.

Para colmo de males, estamos en unas fechas de máxima actividad aeroportuaria como consecuencia de las vacaciones de agosto. En estos casos, el riesgo de incidentes exige por razones obvias una reacción inmediata y oportuna frente a cualquier imponderable que se presente.

Por otra parte, la imagen de unos servicios técnicos y logísticos superados por las circunstancias daña el prestigio del aeropuerto de la capital de España, precisamente en unas instalaciones como la T4 y su edificio «satélite», que se consideran -con toda justicia- como un emblema de la modernidad de nuestro país.

La gestión eficaz de una infraestructura tan compleja es una obligación inexcusable para Aena, que no puede escudarse en la mala suerte ni en factores humanos.

Todo tiene que estar bajo control cuando hablamos de muchos millones de personas que utilizan el avión como medio de transporte y de unas instalaciones que deben contar con los recursos humanos y materiales imprescindibles para su correcto funcionamiento en cualquier circunstancia.

Como todos los demás ciudadanos, los miembros del Gobierno tienen derecho a vacaciones. Sin embargo, los responsables de Fomento -el ministro y los altos cargos- han de ser conscientes de que su responsabilidad no cesa ningún día del año y que lo razonable es dar la cara para ofrecer explicaciones detalladas del caos sufrido por el principal aeropuerto español, aunque sólo fuera durante una hora.

Días atrás ocurrió otro fallo en las líneas del AVE, y tanto el Gobierno ZP como Renfe rindieron cuentas con un retraso que irritó a miles de usuarios.

No es procedente tomar el mal ejemplo ejemplo de la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez, con su absurda actuación meses atrás en los días de nevadas en Madrid, cuando un atasco descomunal en las carreteras y en la T4 prácticamente paralizó la ciudad.

Aena no puede permitir que una «mala noche» produzca el caos en Barajas y deje al descubierto deficiencias insospechadas, cuya resolución debería realizarse en pocos minutos. Los servicios públicos deben funcionar de forma adecuada para evitar riesgos en un ámbito tan sensible y para permitir a los ciudadanos viajar sin sobresaltos en unas fechas tan significativas.

VÍA ABC

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