Los lunes, revista de prensa y red

“Vox acepta negociar un programa sin mesa con Cs”, de Carmen Morodo, “¿Quo Vadis, Rivera?”, de Joaquín Leguina, y “Combatir el fanatismo con la verdad”, de Josemaría Carabante

( Viñeta de Malagón en 20 minutos el pasado día 4) (*)

VOX ACEPTA NEGOCIAR UN PROGRAMA SIN MESA CON CS

Artículo de Carmen Morodo publicado en La Razón el pasado día 5

El partido de Abascal insiste en que no apoyará un acuerdo «que les excluya», pero modula sus exigencias tras dos horas de reunión con PP. Primera reunión, ayer. entre las delegaciones nacionales del PP y de Vox que negociarán los posibles acuerdos de gobierno tras las elecciones autonómicas y municipales. La pelota de la negociación postelectoral de los acuerdos de gobierno echó ayer a rodar con las primeras reuniones comandadas por el PP con Ciudadanos (Cs) y con Vox. De la dirección popular, el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, se fue a Zaragoza para asistir al encuentro con la delegación de Cs. Maroto, perfil más moderado, y contra el que Vox ha arremetido con dureza en un argumentario interno, según adelantó La Sexta, no asistió, sin embargo, a la primera reunión entre Génova y Vox en el Congreso de los Diputados. La presidieron Teodoro García Egea y Ana Beltrán, presidenta del PP de Navarra, y los dos representan un perfil más a la derecha del nuevo equipo popular.

Algo más de dos horas duró esa reunión en el Congreso, que sirvió para abrir las negociaciones programáticas. De momento, más allá de la escenificación mediática por parte de Vox, se está siguiendo el guión del acuerdo andaluz. A pesar de que en los primeros tanteos el partido de Santiago Abascal ha sostenido que esta vez no pactará si no hay mesa a tres, que no la va a haber, y si no se les permite entrar en los gobiernos.

Tras la primera conversación formal con el PP, Vox subrayó ayer que su voluntad es llegar a un acuerdo, y que hay bases para conseguirlo, aunque «si se les excluye del acuerdo» entre PP y Cs no lo apoyarán. ¿No se les excluye si se negocia con ellos el documento programático? Con claridad, ni sí ni no, porque Iván Espinosa de los Monteros dio vueltas ante las preguntas insistentes al respecto para no ser determinante ni en la fijación de exigencias ni en la advertencia hasta ahora subrayada, la de que si no se sientan con ellos los de Cs no habrá pacto.Toca guardar las formas y no aparecer como los «malos» o los que ponen piedras en la negociación, que en el PP están convencidos que no puede acabar de otra manera en Madrid (comunidad y ayuntamiento) que no sea con un acuerdo de coalición a la andaluza con apoyo externo de Abascal. El PP nacional también enfatizó la necesidad de acuerdo de las tres fuerzas de centro derecha para bajar impuestos, garantizar la unidad nacional, la creación de empleo y la libertad.

Dos semanas después de las elecciones autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo los partidos abren formalmente las conversaciones en un mapa en el que siguen en el aire las principales «plazas» en liza. Y lo hacen desde el juego de negar realidades evidentes.

Por ejemplo, en lo que afecta al Gobierno de Aragón, la dirección popular destacó el «buen ambiente» de las conversaciones, pero no entró a valorar que tanto el Gobierno de derechas como de izquierdas necesita el concurso del Partido Aragonés (PAR). Y los regionalistas ya han anunciado su incompatibilidad con Vox, cuyos escaños son necesarios para conformar una mayoría del centro derecha.

De las conversaciones de ayer, el principal foco estuvo puesto en la citada reunión que mantuvieron en el Congreso la comisión nacional de pactos del PP y la de Vox, cuando aún resonaban las palabras de Rivera en una entrevista en «Espejo Público», en Antena 3, y en la que insistió en que no se moverá de su «no» a negociar con Vox. Sin contestar queda el interrogante de si Vox se plantea hacer saltar en algún momento la negociación o seguirá dialogando sólo con el PP, como hizo en Andalucía, y donde al final acabó haciendo presidente de la Junta al popular Juan Manuel Moreno.

Los grandes acuerdos autonómicos y municipales necesitan de la participación de PP, Cs y Vox para que pueda haber una alternativa de centro derecha a la suma de la izquierda. Pero Vox se refugia en el mismo escudo que Ciudadanos para disfrazar esa realidad. Y de la misma manera que los de Albert Rivera hacen como si fuera posible gobernar sin el apoyo de Vox, véase el caso de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, los de Abascal también siguen pegando patadas al «balón» aunque no se esté aceptando su exigencia de una mesa a tres con la excusa de que puede haber gobiernos con el PP y sin incluir a Cs.

En este juego teatral de negar en la negociación realidades ya establecidas, las primeras conversaciones entre PP y Ciudadanos sobre Aragón concluyeron con el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Luis María Beamonte y su homólogo de Ciudadanos, Daniel Pérez, emplazando al PAR a negociar desde ahora un programa de gobierno, tras haber aceptado los populares el decálogo elaborado por la Ejecutiva nacional de Ciudadanos. Hoy se reunirá la primera «mesa» programática de la negociación. Hoy también comienzan las conversaciones sobre el futuro Gobierno de Castilla y León. El líder de Ciudadanos en la región, Francisco Igea, está entre los partidarios de buscar complicidades con el PSOE, aunque oficialmente Cs haya señalado que la prioridad es el PP.

Artículo en: http://www.larazon.es/espana/vox-acepta-negociar-un-programa-sin-mesa-con-cs-KB23666279

¿QUO VADIS, RIVERA?

Artículo de Joaquín Leguina publicado en ABC el pasado día 4

Querido Albert: cuando hace bastantes años -quizás en 2006- viniste a mi despacho para contarme lo que entonces era un proyecto que enseguida tomaría el nombre de Ciudadanos, me pareció muy conveniente para aplicar a la realidad política catalana, que ya entonces amenazaba ruina. Desde aquellos días habéis tenido éxitos indudables y desde luego lo fue el conseguir en las elecciones autonómicas de 2017 ser el partido más votado en Cataluña; pero, como en toda andadura humana, ha habido errores.

Y uno grave ha sido, en mi opinión, optar por abandonar el papel de bisagra para pasar a disputar el liderazgo del centro-derecha al PP. Este giro estratégico sólo ha conseguido volver a la divisoria de aguas izquierda-derecha, cuando lo que aquí se ha de dilucidar está en otra frontera: la de constitucionalistas versus separatistas y otros populismos, como el de Pablo Iglesias, que defiende la celebración de referendos de autodeterminación en todas partes del territorio nacional.

Esa partición izquierda-derecha no podía beneficiar sino a Pedro Sánchez, quien, de una tacada, no sólo se ha hecho dueño de su partido (de entre quienes apoyaron a Susana Díaz no ha dejado a uno vivo), sino también de toda la izquierda, dejando a Pablo Iglesias (que siempre lideró con mano de hierro un partido que nació, creció y murió entre mentiras) a la intemperie.

En las condiciones que marca la ley electoral y con el centro-derecha partido en tres, era casi imposible ganarle a Sánchez las elecciones generales, pues existen gran cantidad de circunscripciones (provincias) en las cuales, por ser pequeñas, no funciona la proporcionalidad.

Pues bien, visto lo anterior y contando vuestra notable implantación territorial, ha llegado el momento de que cambies de estrategia, pues es en estos trances cuando la mirada larga hacia adelante ha de imponerse a la táctica, es decir, al cortoplacismo y a la mercadotecnia. Deberíais verlo así para conseguir un compromiso de medio y largo plazo que impida que una política roma y cortoplacista lleve a las instituciones -y con ellas a la sociedad española- al despeñadero.

Para que eso no ocurra, lo primero que es preciso aclarar es dónde está el peligro, y en el caso de la España actual ese peligro tiene un nombre escrito en letras capitales: SEPARATISMO. Un separatismo-nacionalismo que obtiene sus mejores réditos políticos de la debilidad e inestabilidad gubernamentales.

Por eso debéis apostar en primer lugar por la estabilidad gubernamental, lo cual exige un acuerdo con el PSOE de Sánchez. Ya sé que tenéis buenas razones para desconfiar de él, pero también es cierto que el objetivo principal (o único) de Sánchez no es «el diálogo» con los separatistas, ni la España «plurinacional», ni nada que se le parezca. Su objetivo es permanecer en el palacete de La Moncloa, y es un precio que deberéis pagar. ¿A cambio de qué? Sólo citaré algunos puntos elementales:

-Que él corte amarras con el separatismo catalán y que se comprometa a no usar el indulto a favor de los golpistas si estos son condenados, al menos hasta que los presos y fugados reconozcan la derrota.

-Plantar cara a los aprovechateguis vascos, empezando por eliminar la Transitoria Cuarta de la Constitución, impidiendo así definitivamente que jueguen con el destino de Navarra. Siguiendo con la exigencia de que paguen, vía cupo (el cupo se calcula, pero no se negocia), por ejemplo, los déficits de la Seguridad Social que allí se generan.

-Impedir que el uso de las llamadas «lenguas propias» sirva para expulsar al español de algunas sociedades, marginando en la enseñanza a los alumnos que lo tienen como lengua materna.

-Comprometer unos presupuestos razonables y ajustados a la normativa europea.

-Utilizar las competencias estatales para que la sanidad pública no sea jamás parcelada.

En otras palabras, la conjunción constitucional (PSOE, PP, Ciudadanos), que cuenta con la inmensa mayoría de los votos, tiene la obligación de dar estabilidad a las instituciones, empezando por el Gobierno, y a través de esa estabilidad y de ese apoyo electoral acabar con las pretensiones desestabilizadoras y expansionistas (Navarra, Baleares, Valencia).

Conseguir, en fin, imponer la Constitución y las leyes, y que los del lazo amarillo y los aprovechateguis de Euskadi sepan de una vez que -como escribiera el Dante- deben abandonar cualquier esperanza separatista… Y dejen ya de engañar al personal.
En cuanto al baile de los pactos que se ha organizado tras el domingo 26 de mayo, estarás conmigo en afirmar que se trata de un espectáculo lamentable que os desprestigia a vosotros y desprestigia a la política. Dejaos, pues, de postureos y aclarad cuanto antes lo que vais a hacer, por ejemplo en Madrid… Y, por favor, no nos dejéis a los pobres madrileños en manos del inoperante buenismo «carmenita» y de sus confluencias populistas.

Artículo en: http://www.abc.es/opinion/abci-vadis-rivera-201906040017_noticia.html

COMBATIR EL FANATISMO CON LA VERDAD

Artículo de Josemaría Carabante publicado en Aceprensa el pasado día 27 de mayo

Tanto Matthew d’Ancona como Lee McIntyre ofrecen en sus ensayos propuestas para paliar la influencia de la posverdad y consejos para formar juicios ponderados. Ambos creen que es necesario recuperar la objetividad y tener presentes los hechos, así como desbancar la indiferencia pública ante la mentira.

La sociedad de la información es demasiado porosa a las ideologías, por lo que es necesario el compromiso incondicional con la verdad, por encima de las preferencias políticas.

El objetivo, explican d’Ancona y McIntyre, no es convencer al mentiroso ni obligarle a retractarse. La finalidad de atestiguar la manipulación de los hechos o su fabricación, así como la de denunciar la simpleza de las teorías conspirativas es evitar que los embustes intoxiquen el discurso público o permeen en conciencias menos avisadas.

En este sentido, los que critican la posverdad parecen estar haciendo causa común contra lo que consideran su germen: el relativismo. Frente al mismo, todos de algún modo pretenden rehabilitar la verdad y recuerdan que el discurso público no debe consistir en una disputa erística sobre nuestros prejuicios, sino en buscar y descubrir entre todos la verdad.

Lee McIntyre, por ejemplo, acude a las lecciones de la psicología para ilustrar cómo funcionan los sesgos cognitivos y la manera más adecuada de luchar contra ellos. Es especialmente importante combatir nuestra tendencia a seleccionar aquello que confirma nuestra tesis, sorteando los que la refutan. Como enseñan los grandes pensadores de la historia, desde Sócrates hasta Popper, presentar objeciones y rebatir nuestros propios puntos de vista es la mejor forma de contrarrestar la fuerza de lo posverdadero.

Contra la desinformación

Por su parte, D’Ancona cree que se debe explotar más astutamente el atractivo emocional de la verdad y que el contrataque ha de tener en cuenta, además de la razón, la dimensión personal. “En un mundo de posverdad, no basta con una argumentación intelectual. En muchos contextos (puede que en la mayoría) es preciso comunicar los hechos de forma tal que se reconozcan los imperativos emocionales, además de los racionales (…) Más que nunca, la verdad requiere un sistema emocional de transmisión que apele a la experiencia, a la memoria y a la esperanza”, señala.

Como enseñan los grandes pensadores de la historia, desde Sócrates hasta Popper, presentar objeciones y rebatir nuestros propios puntos de vista es la mejor forma de contrarrestar la posverdad

En lo que todos coinciden es en la necesidad de combatir la desinformación. Internet favorece la inmediatez, lo que unido a la pérdida de confianza generalizada de los usuarios y a la desaparición de la diferencia entre noticias, hechos y opinión, deja a los ciudadanos al albur de la información indiscriminada. Si se pierde la batalla de la atención y la actitud del ciudadano en la red es pasiva, la posverdad gana terreno.
Aprender a diferenciar las fuentes fiables de las que no lo son es crucial en este momento. Algunos han llegado a proponer incluso un registro de páginas dudosas. Tanto las compañías tecnológicas como los poderes públicos están poniendo en marcha iniciativas que, aunque sea indirectamente, contribuyen a poner coto a las distorsiones de la verdad, pero son los usuarios los que han de tener criterios para detectar lo veraz y razonable en la avalancha informativa que cada día los inunda.

¿No es precisamente eso lo que hacen posible los medios que apuestan por el rigor, que contrastan las fuentes, validan los datos y analizan la información? “Quizá deberíamos comprar, después de todo, aquellas suscripciones de antaño al New York Times o al Washington Post, en vez de basarnos en diez artículos gratuitos al mes”, sugiere Lee McIntyre. ¿O es que no valoramos la verdad lo suficiente?

Ver artículo completo en: http://www.aceprensa.com/articles/combatir-el-fanatismo-con-la-verdad/


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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