Los lunes, revista de prensa y red

“¿Cuál es el precio para el «Sí» del hombre de paz?”, de J. M. Zuloaga, y “PP y PSOE suben entre 2 y 3 escaños mientras Cs, Podemos y Vox caen”, de Ainhoa Martínez

( Viñeta de Puebla en ABC el pasado día 3) (*)

¿CUÁL ES EL PRECIO PARA EL «SÍ» DEL HOMBRE DE PAZ?

Artículo de J. M. Zuloaga publicado en La Razón el pasado día 3

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha logrado algo tan «legítimo» (para él), con el fin de ganar las elecciones del 28-A, pero tan espurio cuando se trata de mantener la unidad de España, como «dar la llave» a un elemento tan representativo del separatismo vasco como Arnaldo Otegi, que llegó a militar en ETA, por lo que estuvo en prisión. Lo que ha ocurrido en las últimas 48 horas (y que Otegi se ha apresurado a pregonar a los cuatro vientos) no tendría mayor relevancia si el receptor del «sinfín de llamadas» que ha recibido en las últimas 48 horas, procedentes del «partido en el Gobierno» no fuera Otegi. «Constatamos que EH Bildu tiene la “llave” en esta votación». Al máximo dirigente del PSOE no le ha temblado la mano ahora, como tampoco le tembló en la investidura, cuyo único fin era echar de la Presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy, para acudir a los que actuaron como brazo político de ETA con el fin de pedirles su apoyo.

Los separatistas, y singularmente los que representa Otegi, no dan un voto si no es a cambio de algo. Por ello, fuentes de EH Bildu se apresuraron a aclarar (por si alguno se hallaba perdido) que «vamos a jugar la partida en consonancia a cómo la vamos a jugar a partir del 29 de abril, de forma coherente a cuando el soberanismo independentista será determinante para lograr mejoras sociales». Que, traducido, significa (porque en esto, tanto a ETA, como a su brazo político, siempre le gustaron los circunloquios más o menos crípticos) que la independencia del País Vasco será puesta de nuevo sobre la mesa.

Mucho precio para lograr la permanencia en el Palacio de la Moncloa. En el colmo de no complicarle las cosas demasiado a Sánchez, esta vez no le han recordado los presos de la banda que, también, estarán encima de tan singular mesa. Que Otegi y su diputada en el Congreso, Marian Beitialarrangoitia, hablen de «conquistas sociales para la ciudadanía de Euskal Herria y los trabajadores», no deja de ser un bla, bla, bla, detrás del que están (y no lo esconden) sus auténticos objetivos estratégicos. Para EH Bildu este voto es un mero movimiento táctico hacia dichos objetivos.

Otegi, que ha tenido que contemplar cómo ETA era derrotada operativamente por las Fuerzas de Seguridad, se jactaba ayer de su triunfo «político»: «La izquierda independentista es determinante». Si se analiza de forma objetiva lo que ha ocurrido, nada habría que reprochar a Otegi. Ellos se han limitado a recibir el regalo: la llave. La historia está repleta de episodios de personas que recibieron regalos envenenados: es verdad. Pero también de quienes se envenenaron al donarlos.

Artículo en: http://www.larazon.es/espana/cual-es-el-precio-para-el-si-del-hombre-de-paz-CP22692321

PP Y PSOE SUBEN ENTRE 2 Y 3 ESCAÑOS MIENTRAS CS, PODEMOS Y VOX CAEN

Artículo de Ainhoa Martínez publicado en La Razón el pasado día 1

La irrupción de Abascal da la mayoría al bloque de derechas y Sánchez no mantendría La Moncloa ni reeditando el «gobierno Frankenstein». Apenas restan cuatro semanas para la celebración de las elecciones generales del 28 de abril. Unos comicios que marcarán un nuevo hito en lo que a la fragmentación parlamentaria se refiere. El endiablado mapa político que arrojaron las urnas en 2016 quedará superado ahora por un nuevo tablero, en el que se prevé la irrupción con fuerza de Vox. El multipartidismo destierra, de este modo, los bloques monocolor y obliga a la necesaria búsqueda de alianzas para llegar a La Moncloa. Esta realidad ha propiciado que en la última semana las invitaciones a formar coaliciones –Rivera se ofreció a Casado, e Iglesias se incluyó en un hipotético ejecutivo de Sánchez– hayan protagonizado la dialéctica política, por encima de la oferta de un proyecto de país a los votantes. Sin embargo, los partidos llamados a ser «bisagra» de gobierno no apuntalan, sino que lastran al bipartidismo.

( Encuesta NC REPORT) (*)

Según la encuesta electoral de NC Report para LA RAZÓN en la última semana solo PP y PSOE suben –entre dos y tres escaños– mientras que Ciudadanos, Unidas Podemos y Vox ceden al menos un diputado. Esto implica que el avance hacia La Moncloa que registran tanto Pablo Casado como Pedro Sánchez no se traduce en nada, al quedar subsumido en el retroceso de sus eventuales socios. No obstante, el bloque de derechas tendría el poder al alcance de su mano, ya que la suma de PP, Ciudadanos y Vox obtendría el 50,6% del voto (172/180 escaños), a diez puntos de las izquierdas (40,5%) que ni si quiera con los soberanistas (6,3%) podrían superarles. Ese 10 por ciento de diferencia lo marca Santiago Abascal, ya que por bloques, la caída en 44 escaños del PP la contrarresta el equivalente descenso de Iglesias y la subida del PSOE en 28 actas la recorta Rivera con números similares.

Mala noticia para un Pedro Sánchez que, si hoy hubiera elecciones, las ganaría con el 26,7% de los votos y entre 109 y 113 escaños. A pesar de retroceder dos décimas, los socialistas suben entre dos y tres actas. Sin embargo, el ascenso en un millón de votantes, que le permitiría expandir su grupo parlamentario en hasta en 28 diputados más respecto al 26-J, no es suficiente para mantenerse en el poder. Ni siquiera reeditando el «gobierno Frankenstein» con los nacionalistas e independentistas.

La otra cara de la moneda la representa Pablo Casado, que, sin ganar los comicios, podría llegar al Gobierno con el 23,1% de los votos y entre 93 y 96 escaños. Los populares crecen en la última semana 200.000 votos y siete décimas, lo que se traduce en entre dos y tres escaños más. Esta ligera subida les permite colocarse a niveles de hace dos semanas, pero lejos de los buenos datos de 2016 cuando obtuvieron diez puntos más. Hoy su grupo parlamentario se vería mermado en hasta 44 diputados. Esta contingencia no es óbice para llegar a La Moncloa, pues la pujanza del bloque de derechas se lo permitiría.

Esto no se produce gracias al empuje del llamado a ser su socio prioritario. Albert Rivera acusa la oferta de pacto a Casado y registra una ligera bajada de seis décimas y hasta dos parlamentarios en los últimos siete días. Equiparable a lo que sube el PP. La formación naranja se mantiene como tercera fuerza con 16,5% de los votos y entre 56 y 59 escaños. Unos datos que, no obstante, suponen un importante avance con respecto a 2016: hasta 27 diputados más.

La pugna por la cuarta fuerza se da entre Unidas Podemos y Vox. La formación de Pablo Iglesias sufrió el «sorpasso» de Ciudadanos y podría acabar descabalgado hasta el quinto puesto ante el avance de los de Santiago Abascal. Los morados obtendrían hoy el 11,9% de los sufragios, lo que supondría que su grupo parlamentario se vería reducido a menos de la mitad: de los 67 a entre 26 y 28 diputados. A esto hay que añadir que Compromís (5) y En Marea (2) no confluirán con la formación el 28-A. Los de Iglesias bajan una décima y escaño en la última semana y pierden 2,2 millones de votantes desde el 26-J.

La victoria del bloque de derechas obedece a la irrupción de Vox. Su 10,1% del voto marca la diferencia con el frente de izquierdas. No obstante, los de Abascal sufren un ligero retroceso (de cuatro décimas y un escaño) en los últimos siete días, cuando obtuvieron su mejor dato en una encuesta de NC Report. No obstante, la formación de ultraderecha desembarcaría en el Congreso con entre 23 y 25 diputados y sería imprescindible tanto para los pactos de gobernabilidad como para las decisiones legislativas.

Entre los partidos nacionalista, actual muleta del Gobierno de Pedro Sánchez, destaca la subida de ERC al 3% del voto y 12 escaños, tres más de los que tiene en la actualidad. Con estos números le ganaría la batalla al PDeCAT que vería reducido su grupo parlamentario a la mitad: entre cuatro y cinco diputados. Por su parte, el PNV subiría un escaño, hasta los seis, y EH Bildu también podría registrar similar avance, hasta los tres. Coalición Canaria lograría mantener su representación, y la coalición UPN-PP-Cs obtendría un diputado. En cuanto a la participación en estas elecciones decisivas, si hoy se celebrasen la abstención sería prácticamente igual que en 2016, un 33,8%.

Artículo en: http://www.larazon.es/espana/pp-y-psoe-suben-entre-2-y-3-escanos-mientras-cs-podemos-y-vox-caen-ED22659872

LA ENTRADA DE VOX RESTA 1,5 MILLONES DE VOTOS AL PP Y 405.000 A CS

La irrupción de Vox se torna ciertamente agridulce para el bloque de la derecha. Si bien su desembarco en el Congreso de los Diputados le permite mantener la hegemonía respecto a la izquierda e incluso llegar a La Moncloa, esta incursión se produce a costa de los partidos de este signo que ya tenían representación en la Cámara la pasada legislatura. La entrada de la formación de Santiago Abascal le cuesta 1,5 millones de votos a PP (un millón) y Ciudadanos (405.000). En porcentaje, los votos que recibe la formación de Santiago Abascal provienen en un 43,9% del PP de 2016 y en un 16,3% de Ciudadanos. Y para ambas fuerzas, Vox es su principal fuga de votos: un 13,8% para los populares y un 12,9% para los naranjas. El partido de ultraderecha consigue agitar también a los electores que no se movilizaron el 26-J y lograría sacar a un 26,6% de votantes de la abstención.

Pero no todo es mérito de Vox, también hay cierto demérito de los propios partidos de izquierda que dejan escapar a un importante volumen de electores a opciones ideológicas de signo contrario. Según NC Report, hasta 826.000 españoles que optaron por opciones de izquierda en 2016 lo harán por partidos de derecha en 2019. El responsable de «pescar» más votos en el nicho electoral contrario es Ciudadanos, que atraería a un 7,3% de electores socialistas: la principal fuga de voto del PSOE por delante de la abstención (3,7%). A pesar se ser líderes contrapuestos, un 2,4% de quienes apostaron por Iglesias en 2016 ahora lo harían por Rivera.

Por partidos, el PSOE es el que más fidelidad de voto tiene: un 84,1% repetiría con Pedro Sánchez. El trasvase de electores a Unidas Podemos se da prácticamente por cerrado y prueba de ello es que pierde más en favor de Vox (1,6%) que en favor de Iglesias (1,4%). La formación morada, sin embargo, está de capa caída. Solo un 49,2% mantiene la papeleta a esta formación, mientras que el 21,3% se pasaría al PSOE. Un 14,9% iría a la abstención y el 10% a otros partidos.

El PP mantiene al 63,6% de su electorado y trasvasa un 13,8% a Vox, un 12,5% a Ciudadanos y un 9,3% a la abstención.

Albert Rivera también mantiene a un 67,2 por ciento de sus votantes de 2016 y pierde a un 12,9% en favor de Vox y un 10,4% van a la abstención. El flujo hacia el PP se mantiene con una corriente del 7%. Los votantes que más van a la abstención, unos 700.000 respectivamente, son los de PP y Unidas Podemos, mientras que los más movilizados son los socialistas. El «robo» de votantes de la izquierda a la derecha se cifraría en unos 92.000 electores descontentos.

Artículo en: http://www.larazon.es/espana/la-entrada-de-vox-resta-1-5-millones-de-votos-al-pp-y-405-000-a-cs-AD22659832

BARÓMETRO DE GAD3/ABC. CUATRO MILLONES DE ESPAÑOLES VOTARÁN DE FORMA DIFERENTE AL CONGRESO Y AL SENADO

Artículo de Mariano Calleja publicado en ABC el pasado día 7

El Senado importa y mucho. La Cámara Alta es la que tiene en su mano la posible aplicación de otro 155 en Cataluña, con medidas excepcionales para desactivar el desafío independentista, y la mayoría que se forme ahí será fundamental la próxima legislatura. Los electores están tomando nota de esa importancia vital del Senado, aunque solo sea por el artículo 155, y hasta cuatro millones de ellos están dispuestos a cambiar su voto respecto al Congreso, según se refleja en el último barómetro de GAD3/ABC.

En una campaña que se presenta bastante emocional en todos los sentidos, y donde muchos votantes podrían votar «con las tripas», como advirtió José María Aznar, el voto al Senado demanda más racionalidad, sobre todo en el bloque de centro-derecha.

La fragmentación de este sector de la población, inédita en la política española, favorece con claridad al PSOE de forma mucho más acusada en el Senado que en el Congreso, por el sistema mayoritario que rige la elección de la Cámara Alta. Podría darse la circunstancia de que los tres partidos de centro-derecha sumasen mayoría de diputados para investir un presidente del Gobierno en el Congreso, y sin embargo se quedaran sin el control del Senado, y por tanto sin poder aplicar el 155 de forma inmediata.

Ante ese riesgo, un 11,6 por ciento de los encuestados afirma que no votará lo mismo en el Congreso y en el Senado. El porcentaje, que supone un 16 por ciento de los que votarán, puede parecer pequeño al lado del 69,8 por ciento que asegura que se decantará por el mismo partido en ambas cámaras. Pero sería clave para invertir el resultado en muchas circunscripciones, sobre todo en las más pequeñas, donde por un puñado de votos un partido podría pasar de tener un senador a sumar tres de golpe.

Sin listas conjuntas

Los que más piensan cambiar su voto del Congreso al Senado son los electores de Vox y de Ciudadanos, lo que da una pista de cuál es su motivación. Todo indica que después de que el partido de Rivera rechazara la propuesta del PP de presentar listas conjuntas al Senado para unir esfuerzos y votos, muchos electores van a tomar esa decisión por su cuenta, para reforzar la candidatura del centro derecha que, a priori, parte con más ventaja respecto a las otras dos.

De esa manera, uno de cada cuatro votantes potenciales de Vox (el 23 por ciento) afirma en la encuesta que cambiará su voto en la urna del Senado. Es el partido con el voto más cambiante entre la urna del Congreso y la del Senado. El segundo sería Ciudadanos: un 16 por ciento de sus electores están dispuestos a escoger papeletas diferentes. El resto de partidos se mueve en datos parecidos. El 7 por ciento de los votantes de Unidos
Podemos aseguran que cambiarán su voto para el Senado, mientras que en el caso de los simpatizantes del PP y del PSOE se queda en el 6 por ciento. Los que menos piensan modificar su voto del Congreso al Senado son los nacionalistas: solo se lo plantea el 4 por ciento.

«No» a un referéndum

En el barómetro de GAD3/ABC queda nítido el rechazo de los españoles a un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Solo el 15,7 por ciento apoyaría una consulta en la que participaran exclusivamente los catalanes. El 25,8 por ciento aceptaría un referéndum sobre la ruptura de España si votaran todos los españoles, mientras que una mayoría, el 54,4 por ciento, rechaza de plano una votación que atenta de forma directa contra la Constitución y la unidad de la Nación.

Los que más rechazan la posibilidad de un referéndum sobre la independencia de Cataluña son los eventuales votantes de Vox: ocho de cada diez dicen «no» a esa consulta ilegal. Un 15 por ciento solo lo aceptaría en el caso de que votaran todos los españoles.

En el caso del PP, el 68 por ciento de sus electores rechaza de plano ese referéndum que piden los separatistas y que no descartan en absoluto los socialistas en el futuro, como apuntó Miquel Iceta. Uno de cada cuatro votantes populares vería bien esa consulta si es en toda España. Los votantes de Ciudadanos y del PSOE piensan de manera similar. El 54 por ciento de los electores socialistas se opone al referéndum de independencia, pero un tercio lo aceptaría en toda España.

Artículo en: https://www.abc.es/elecciones/elecciones-generales/abci-cuatro-millones-espanoles-votaran-forma-diferente-congreso-y-senado-201904070157_noticia.html


(*) Para ver las fotos que ilustran este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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