¿Derecho a la secesión?

Por Carlos de Bustamante

( Sede principal de la ONU en Nueva York)

Cuando uno tiene las ideas claras en asuntos tan trascendentales y obvios como es la indivisible unidad de todas las Regiones de España, `como que´ huelga mostrar al pueblo español y mucho menos a nuestros lectores el porqué esto es así. Sin embargo, no es menos cierto que produce satisfacción el pronunciamiento inequívoco de organismos internacionales a favor de nuestros más firmes convencimientos. Y satisfactorio también que igualmente se pronuncie en términos contundentes una personalidad como Melitón Cardona; embajador de España y asiduo colaborador en el blog de un amigo y compañero como lo es el General Rafael Dávila. Soldado de España, Legionario de pro y articulista impecable. Español de una pieza. Orgulloso de tener su beneplácito para difundir éste y otros escritos, expongo muy gustoso su opinión y la del embajador en asunto de candente y lastimosa actualidad. El pasado 15 de enero publicaba el blog generaldavila.com el artículo “¿Derecho a la secesión?” de don Melitón Cardona, que paso a reproducir.

“He publicado numerosos artículos desmontando el mito del derecho a la autodeterminación o secesión de las entidades enmarcadas en regímenes democráticos. Las Resoluciones 1514 (XV) y 2625(XXV) de la Asamblea general de Naciones Unidas son concluyentes porque únicamente se refieren los “pueblos sometidos a dominación colonial”.

La ONU ha desmontado la farsa independentista catalana

Hoy me limitaré a reproducir los aspectos que considero más relevantes del discurso pronunciado en el Instituto Universitario Europeo en Florencia, el pasado 15 de octubre, por Stéphane Dion, quien fue ponente de la Ley de Claridad en la Cámara de los Comunes de Canadá. En ese discurso, propuso una explicación de por qué no consiguió el Gobierno catalán que la comunidad internacional y, en particular, la Unión europea reconociera su declaración unilateral de independencia, afirmando que “si la comunidad internacional la hubiera reconocido, el hecho no hubiera tenido precedentes ya que ningún Estado creado por secesión unilateral ha sido admitido en Naciones Unidas contra la voluntad del Gobierno del Estado predecesor porque según el Derecho internacional, los Estados tienen todo el derecho a considerarse a sí mismos indivisibles y nada puede obligarles jurídicamente a reconocer declaraciones unilaterales de independencia.

En el caso de Cataluña, cada vez que se invoca el derecho de autodeterminación, equivalente al de secesión, debe aclararse que tal derecho no existe en Derecho internacional (salvo para los pueblos sometidos a dominación colonial, añado yo). Como mantenía el antiguo Secretario General de Naciones Unidas, Butros Butros Gali, “si cada grupo étnico, religioso o lingüístico reclamara su independencia como Estado, no habría límites a la fragmentación, y sería aún más difícil lograr la paz, la seguridad y el bienestar económico para todos”.

“Si un Gobierno democrático decide considerar la secesión como posibilidad, debe garantizar que se cumplan dos condiciones: primero, que el deseo de separarse sea claro y sin ambigüedades y, segundo, que no se lleve a cabo unilateralmente, sino dentro del marco jurídico y buscando la justicia para todos, ya que el principio subyacente a la indivisibilidad del Estado democrático es el derecho a la nacionalidad. Todos los ciudadanos tienen derecho a su plena pertenencia al Estado y el de transmitir esa nacionalidad a su descendencia. Ningún grupo de ciudadanos, incluso cuando reivindican que forman un pueblo o nación, pueden permitirse apartar de su país a otros ciudadanos”. Este es el aspecto que me parece más original de la aportación de Dion al debate sobre el supuesto derecho a la secesión.

Pese que ni un solo Estado reconociera la quimérica e inviable república catalana, los actuales dirigentes de la comunidad autónoma de Cataluña siguen empecinados en que “votar no es delito” y en exigir una “solución política” (que significa “al margen de la ley”). Harán bien en mantener al Presidente del Desgobierno en la Moncloa el mayor tiempo posible porque es previsible que cuando lleguen gobernantes decentes se queden sin republiquita y, para colmo, sin autonomía, con las innumerables mamandurrias que conlleva”.

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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