Virgen Guadalupana. 3
20.01.19 @ 07:28:45. Archivado en Artículos
Por Carlos de Bustamante
( El Tepeyac era el centro del culto a la diosa de la tierra antes de la llegada de los españoles. En la imagen, la más famosa efigie de Coatlicue. Cultura mexica, Posclásico Tardío, ss. XII-XV) (*)
Bien sabido es por todos cuantos profesamos la fe católica trasmitida primero por nuestros mayores y ratificada luego en los diversos colegios o escuelas -¡ay de nuestro tiempo!- los asuntos que se presentan como sobrenaturales, y tal es el caso que vengo narrando ( y continúo ahora, el relato del bellísimo “Nicán mopohua”, siguiendo la misma fuente, José María Iraburu en Catholic.net), la Iglesia es sumamente cauta, o mejor, prudente, para admitirles como tales.
No es pues de extrañar que la máxima autoridad en tierras mejicanas -el obispo Zumárraga en este caso junto a los presbíteros dependientes de él- se mostraran escépticos de que un pobre indito les trajera una embajada de la mismísima Reina de cielos y tierra. Pensarían – y ésta es mi particular opinión- que a tal honor tal señor. ¿No tenían, digo, al señor obispo...? A qué ton, pues, recados de la Señora por medio de un cuasi analfabeto en cuestiones de la Iglesia. Desconfiaron todos. O si lo prefieren, extremaron la prudencia y exigieron pruebas. Además le siguieron vigilando sus pasos para ver –insensatos-, sin ser vistos.