Los lunes, revista de prensa y red

“Lecciones del pasado en los grandes aniversarios”, de Alejo Vidal-Quadras, y “La prensa ‘seria’, creadora de ‘posverdad’ ”, de Pedro Fernández Barbadillo

( Viñeta de Tomás Serrano en El Español el pasado día 13) (*)

LECCIONES DEL PASADO EN LOS GRANDES ANIVERSARIOS

Artículo de Alejo Vidal-Quadras publicado en La Gaceta el pasado día 13

Si algo nos enseñó la devastación de los campos acribillados de cráteres de batallas es que una chispa en una pequeña ciudad balcánica puede encender cuatro continentes. Los pomposos fastos con los que Francia ha celebrado el centenario de la firma del armisticio que dio fin a la Primera Guerra Mundial han reunido en Paris a ochenta jefes de Estado y de Gobierno entre los que han destacado el anfitrión Emmanuel Macron, Donald Trump, Justin Trudeau, Theresa May, Angela Merkel, Jean Claude Juncker y nuestro rey Felipe VI y donde ha pasado desapercibido, como es lógico, Pedro Sánchez.

El siglo XX conoció dos conflictos de escala planetaria que dejaron tras de sí un centenar de millones de muertos y una destrucción sin precedentes. Se ha dicho, no sin razón, que el período comprendido entre 1918 y 1939 no fue de paz, sino una simple tregua, porque los gobernantes de la época no supieron aprender las lecciones de la conflagración que terminó hace un siglo y esta falta de visión condujo a la siguiente, todavía si cabe más terrible.

Si bien después de la Segunda Guerra Mundial se impulsaron las medidas que indicaron que aquella vez sí se había tomado buena nota de las causas de la magna tragedia y así nacieron las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial, el Fondo Monetario internacional y la Guerra Fría, que no fue otra cosa que el reconocimiento de un equilibrio capaz de asegurar la estabilidad del orden global, hemos entrado en un período en el que de nuevo parece que nos amenaza la desmemoria. Los poderosos que en las capitales europeas no supieron o no quisieron leer los signos de lo que se aproximaba, enfrascados en sus pugnas revanchistas y en su codicia miope, provocaron con su impericia y su estúpida ambición horrores inimaginables. Los máximos responsables que hoy rigen los destinos del orbe deben estar atentos a las señales que anuncian el peligro si no quieren repetir desastres ya afortunadamente superados.

La crisis financiera general que estalló en 2008 y de la que apenas nos estamos reponiendo ha dejado un legado de desigualdad de rentas y de tentaciones autárquicas que conviene diagnosticar correctamente y tratar con acierto. Con el fin de evitar el colapso total de la economía global, los bancos centrales aplicaron estrategias poco ortodoxas de bajadas de tipos de interés y de expansión cuantitativa que pararon el golpe, pero que no atacaron la raíz del problema. Si un corazón se detiene, una inyección de adrenalina puede reanimarlo y hacer que vuelva a latir, aunque si existe una cardiopatía grave esta terapia de choque no la va a curar, con lo que el enfermo seguirá en riesgo de muerte. Salvando las diferencias entre países y las distintas situaciones particulares, el mensaje que lanzó el crack de las sub-prime y el cataclismo subsiguiente fue muy claro: son imprescindibles reformas estructurales que presten fortaleza y dinamismo a la creación de riqueza y a su distribución equitativa, reformas de calado que abarquen el endeudamiento público, la educación, la innovación, la digitalización, la energía, el sistema financiero, la corrupción, el declive demográfico occidental y la inmigración.

Lejos de emprender este camino de manera cooperativa, racional y solidaria, muchos mandatarios se han embarcado en aventuras populistas, políticas electoralistas y guerras locales innecesarias, descuidando las cuestiones de fondo que requieren enfoques de largo plazo, altura de miras y principios y valores sólidos. El mercado inmobiliario en Estados Unidos y en algunos países europeos vuelve a mostrarse excesivamente exuberante y el recurso al crédito por parte de los Gobiernos sigue imparable. Ya sabemos que hay una correlación entre crisis económicas profundas y conflictos armados y que los nacionalismos exacerbados y la desconfianza de los votantes en los partidos tradicionales cuando éstos caen en los abusos y la venalidad propician la aparición de líderes autoritarios y carismáticos que prometen drenar la ciénaga y recuperar las esencias patrias. Queda de esta forma expedito el camino a la xenofobia, la intolerancia, el totalitarismo, el fanatismo y la violencia. Además, es frecuente que el supuesto salvador que viene en teoría a limpiar las instituciones acabe incluso más enfangado que aquellos cuyas tropelías le proporcionaron el poder porque casi siempre procede a eliminar o debilitar los controles y contrapesos propios de la democracia liberal.

Se puede argüir que en la actualidad no se dan las condiciones para que se desencadene una guerra de dimensión planetaria como las que asolaron el siglo anterior y que semejante hipótesis es propia de catastrofistas hiperbólicos. Sin embargo, si algo nos enseñó la devastación de los campos acribillados de cráteres de las batallas del Somme, del Marne, de Verdun o de Galipoli, es que una chispa en una pequeña ciudad balcánica puede encender cuatro continentes. Sean bienvenidas las grandes conmemoraciones si sirven para que la reflexión serena sobre apocalipsis pretéritas impida que cabalguen de nuevo los cuatro fatídicos jinetes.

Artículo en: http://gaceta.es/opinion/lecciones-del-pasado-en-los-grandes-aniversarios-20181113-1110/

LA PRENSA ‘SERIA’, CREADORA DE ‘POSVERDAD’

Artículo de Pedro Fernández Barbadillo publicado en Actuall el pasado día 14

La ‘prensa de kalidá’ ya es prensa de partido y como tal olvida o niega la realidad y, si es necesario, la modifica. Ahora parece que nunca ha habido mujeres en el Congreso de Estados Unidos hasta las elecciones del 6 de noviembre pasado.

The New Yorker es una revista de reportajes, crítica literaria y vida social que se publica en Nueva York, de tendencia progresista, lo que implica globalista. Sus portadas suelen ser dibujos, muchos de ellos auténticas bellezas, que a veces aparecen en muchas películas enmarcados en las casas de los personajes. A los editores, que no les hicieron nada de gracia los ocho años de George W. Bush, la victoria de Donald Trump les ha llevado, como a casi toda la prensa escrita de las dos costas de EEUU, al histerismo.

La portada del último número se adhiere al discurso del Partido Demócrata de que éste asume y propaga la ‘diversidad’ social del país, frente a un Partido Republicano que, como una especie de Imperio Galáctico, representa a bárbaros y paletos.

En esta portada, aparecen varias de las parlamentarias electas por los demócratas irrumpiendo a través de una puerta en el Congreso. Para aumentar el contraste, todos los diputados son varones, con traje y están dibujados solo con trazos, sin colores.

Es decir, el dibujante Barry Blitt presenta un Parlamento que hasta ahora era un club de hombres blancos (no hay ninguno que parezca negro, oriental o hispano), viejos o anticuados y, seguramente, heterosexuales; pero en el que que gracias a los demócratas ‘multicultu’ van a entrar ‘la gente’ y la luz y el color.

“La revista más exquisita de los progres de EEUU presenta un Congreso que hasta ahora un club de hombres blancos y antiguos”

¿Qué es populismo, me preguntas indignado? Populismo eres tú, querido.

Para conocer la realidad, hagamos comprobación de datos (‘Fact Checking’), como exige la prensa anti-trumpista.

En la legislatura todavía en curso del Congreso de Estados Unidos (2017-2019), hay 23 senadoras, de las que 17 son demócratas y 6 republicanas; 84 diputadas, de las que 61 son demócratas y 23 republicanas; y 5 delegadas, que representan a territorios con voz pero sin voto en el Parlamento federal (Washington DC, Puerto Rico, la isla de Guam…), de las 3 son demócratas y 2 republicanas.

Es decir, más del 20% de los parlamentarios del Congreso de EEUU son mujeres. La más conocida, por su papel institucional, es Nancy Pelosi, que con 78 años no solo se presentó a la reelección por su distrito de California, sino que además pretende volver a ser presidenta de la Cámara de Representantes, puesto que desempeñó entre 2007 y 2011. Un ejemplo de cómo los demócratas dan paso a la renovación y a la juventud.

“El Parlamento elegido a la vez que Donald Trump era el que tenía más mujeres, más negros y más hispanos de la historia del país”

Al comienzo de la legislatura, o sea, cuando Trump tomó posesión en enero de 2017, el Congreso tuvo el mayor número de parlamentarios negros de su historia: 51, de los que 46 eran diputados, 3 senadores y 2 delegados. El primer miembro de las Cámaras negro fue elegido en 1870.

Pasemos a otra ‘minoría’, la de los hispanos. Su representación es de 46 parlamentarios federales: 5 senadores y 41 diputados. En porcentaje, un 8,5%. De los senadores, 3 son republicanos. Además, uno de estos, Ted Cruz, ha sido reelecto por Texas frente al candidato progresista (y multimillonario) Beto O’Rourke, que gastó más de 60 millones de dólares en la campaña y fracasó.

Acabo con la minoría de los ‘nativos americanos’. En el Congreso había 2 diputados ¡y ambos eran republicanos! Sus nombres son Markwayne Mullin y Tom Cole.

Además, 18 diputados y 5 Senadores (el 4,2% del Congreso) nacieron fuera de EEUU: Canadá, India, Cuba, Guatemala, Japón y Perú. La Constitución exige que los representantes hayan sido ciudadanos del país durante los siete años anteriores a las elecciones a las que se presenten; para los senadores, el plazo sube a nueve años. En los parlamentos indio, chino, egipcio, cubano, islandés o dominicano, ¿cuántos miembros hay que tuvieran una nacionalidad distinta de nacimiento?

“La ‘diversidad’ y la multiculturalidad que los progres presentan como signo de los nuevos tiempos, la rechazan en sus universidades, redacciones y sus amistades”
Sin embargo, según los progres exquisitos de The New Yorker, el Congreso era una especie de ‘txoko’ vasco hasta la votación de principios de este mes. Por tanto, estamos ante una prensa creadora de ‘posverdad’ cuando los hechos le molestan.

Les hago una consultaría gratis a los editores: dejen de tratar a sus lectores como a idiotas, aunque a éstos parezca que les guste.

Ya que hablamos de ‘diversidad’, ¿cuántos votantes de Trump o cuántos republicanos tienen The New Yorker en su plantilla o entre sus colaboradores?, ¿y la CNN?, ¿y el Washington Post?, ¿y los departamentos de literatura de las universidades de la Ivy League? ¿O es que la ‘diversidad’, como la legislación vigente, se la tienen que aplicar otros?

Artículo en: http://www.actuall.com/criterio/medios/la-prensa-seria-creadora-posverdad/


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
http://c1.staticflickr.com/5/4881/44057530770_7987a4bfb3_b.jpg

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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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