Los lunes, revista de prensa y red

“Sánchez rompe el «diálogo discreto» con PP y CS”, de Carmen Morodo, y “El 1 de octubre sacudió la mesa política española”, de Pedro Fernández Barbadillo

( Viñeta de Puebla en ABC el pasado día 3) (*)

SÁNCHEZ ROMPE EL «DIÁLOGO DISCRETO» CON PP Y CS

Artículo de Carmen Morodo publicado en La Razón el pasado día 4

La moción ha dañado la tradicional vía de contactos entre los constitucionalistas en temas como Cataluña. Zapatero y Rajoy siempre mantuvieron un canal abierto con la oposición. El frente constitucionalista hace aguas desde la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a La Moncloa. Debajo del ruido político y de las peleas de partido no hay tampoco nada. A diferencia de otras épocas, en las que de esa «quema» se han salvado canales discretos de interlocución para temas de Estado, en este caso no queda prácticamente nada. La interlocución empezó a flojear cuando en la etapa de Mariano Rajoy se tomó la decisión de retirar el artículo 155 después de las últimas elecciones autonómicas catalanas, pero luego ya se echó encima la moción de censura y desde que Pedro Sánchez ocupa La Moncloa no ha habido ningún contacto ni intercambio de información discreto en relación a la situación catalana.

Ni con el principal partido de la oposición ni tampoco con Ciudadanos (Cs), primera fuerza en el Parlamento catalán. De hecho, Albert Rivera se ha quedado incluso fuera de la ronda de contactos que impulsó Sánchez al llegar al poder. Fuentes de Cs confirman que al menos hasta ahora ni siquiera han empezado las lógicas gestiones a nivel de gabinete para intentar cuadrar agendas y buscar una fecha para esa entrevista. Aunque sólo fuese para cumplir con la formalidad institucional, ya que el jefe del Ejecutivo sí ha recibido a Pablo Casado y a Pablo Iglesias después de que consiguiera sacar adelante la moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy.

Esta ruptura de los canales de interlocución discreta, que es tradición que funcionen en temas de Estado, implica que los dos partidos constitucionalistas no tienen, por ejemplo, más información sobre las negociaciones del Gobierno de Sánchez con la Generalitat que la que trasciende públicamente. Fuentes de Moncloa están colocando, precisamente, el acento en que la situación en Cataluña está «mejor» que antes porque funciona el diálogo a distintos niveles que han abierto con interlocutores del Ejecutivo catalán. Ha trascendido que afecta, entre otras materias, a la deuda, a la financiación o a la retirada de recursos ante el Constitucional que en su día presentó el Gobierno central contra algunas leyes catalanas. Y esto mismo es lo que saben en el PP y en Ciudadanos.

Hay que señalar que desde el lado de estos dos partidos también se ha entrado en una operación política de tensar la presión sobre el Gobierno en relación a Cataluña que hace aún más inviable que pueda haber ningún tipo de entendimiento de Estado para responder al desafío secesionista que sigue estando ahí, con preocupantes derivadas como la que afecta al enfrentamiento entre catalanes y la responsabilidad de la Generalitat en alentar e impulsar la ocupación del espacio público por parte del independentismo. O sobre la tensión en la calle y el riesgo de nuevos incidentes que existe en estos momentos en Cataluña.

Por sentido de Estado y lealtad institucional, al margen de las discrepancias que siempre ha habido entre Gobierno y oposición, esa vía de diálogo no público funcionó con mayor o menor intensidad en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero y en la de Mariano Rajoy. Y especialmente en la última fase del gobierno de este último para gestionar el desafío secesionista. Fue el canal por el que se consensuaron los movimientos judiciales y políticos en materia antiterrorista, por ejemplo, y también para responder al órdago de la declaración unilateral de independencia que impulsó Carles Puigdemont. Entonces, en estos contactos intervenía Rajoy y también quien era su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, responsable de la bautizada como «operación diálogo». La que dirige Sánchez compete a la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet.

En ese nivel no hay conversaciones. Y casi el único canal es el parlamentario, obligado porque los grupos tienen que sentarse cada semana a discutir sobre el orden del día de los Plenos y la tramitación de las iniciativas que llegan al Registro de la Cámara. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, sí ha tenido alguna conversación discreta, según confirman fuentes de Cs.

Este bloqueo de los puentes discretos que entre Gobierno y oposición han facilitado tradicionalmente avanzar en la respuesta ante los problemas de Estado anula la posibilidad de que en lo que resta de legislatura puedan concretarse decisiones que exigen un acuerdo que trascienda al bloque que sostuvo la moción de censura contra Rajoy. PP y Cs descartan que salga adelante la reforma para eliminar los aforamientos, por poner un ejemplo.

Al contrario, con el Gobierno centrado también en sus intereses de partido, la estrategia de PP y Cs va encaminada a convertir el Congreso en campo de batalla para zarandear al Ejecutivo de Sánchez, sin miramientos sobre lo que deberían ser cuestiones al margen de la pelea partidista. Y aunque en la agenda hay cuestiones económicas, el cerco será sobre todo por Cataluña y por la dependencia de Sánchez de los independentistas para sacar adelante los Presupuestos. Marzo está ya señalado en el calendario como posible encaje de las generales.

Artículo en: https://www.larazon.es/espana/sanchez-rompe-el-dialogo-discreto-con-pp-y-cs-MB20035119

EL 1 DE OCTUBRE SACUDIÓ LA MESA POLÍTICA ESPAÑOLA

Artículo de Pedro Fernández Barbadillo publicado en Actuall el pasado día 3

Las conmociones políticas en Europa comenzaron en 2015, cuando la canciller alemana ‘invitó’ a un millón y medio de supuestos refugiados sirios a su país. En España, el meteorito ha sido el golpe de Estado en Cataluña. Desde entonces, el PP y Podemos se hunden y asciende VOX.

Al año del proceso golpista de los separatistas catalanes, culminado con el referéndum ilegal del 1 de octubre, contemplamos una política española en ruinas.

Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, que repitieron desde meses antes de manera machacona que la tal consulta no se iba a celebrar y que luego, ante la realidad, dijeron “No ha habido referéndum”, han salido del Gobierno mediante una moción de censura; han fracasado en sus intentos de controlar el PP; y han regresado a la vida privada.

El presidente de la Generalidad catalana huyó como cualquier villano de película cutre. Ha reconocido que no existe la ‘República del 3%’, pues elucubra que quizás ésta se haga realidad dentro de 20 o 30 años. Además, ha confesado que engañó a sus alucinados seguidores, pues él “siempre” había advertido que la Unión Europea no reconocería la independencia de Cataluña.

El factor que ha cambiado la política española en el último año es la ‘cuestión nacional’, no la inmigración ilegal

Convergència, el partido de Carles Puigdemont y de Artur Mas (el que aseguró a una masa de borregos que la banca no se iba a marchar de la flamante república catalana), ha desaparecido. Su sucesor, el PDCat, está imputado por corrupción. La otra pata de la coalición gracias a la cual reinó Jordi Pujol, el partido democristiano Unió Democràtica, se ha disuelto.

La extrema izquierda organizada en torno a Podemos y alimentada por orden del PP con presencia mañana, tarde y noche en las televisiones, se iba a comer el mundo y el primer plato iba a ser el PSOE. Sin embargo, su colaboración con el nacionalismo burgués y racista catalán, representada por la reunión secreta de su líder con separatistas para ‘romper España’ y así alcanzar el poder, le ha mandado a la cama sin cenar.

El PSOE, diga lo que diga el CIS, se está asando a fuego lento, con una ministra que se ríe del anuncio por un Fouché con boina de que va a poner un burdel de lujo para chantajear a la oligarquía dominante. Y Ciudadanos no acaba de recibir los votos que le prometen las encuestas (algunas de ellas publicadas por El País, hoy alfombra de Pedro Sánchez).

El golpe de Estado en Cataluña se ha llevado por delante a Puigdemont y su partido, a Rajoy y al PP y a Pablo Iglesias y a Podemos

Por otro lado, los medios de comunicación del ‘establishment’ reconocen a regañadientes la entrada de VOX en el Congreso de los Diputados, el Parlamento Europeo, el Ayuntamiento de Madrid y otras instituciones en cuanto haya elecciones.
Por fin están llegado a España las olas del cataclismo político europeo y americano.
A comienzos de septiembre de 2015, de nuevo Alemania conmocionó Europa, como había hecho varias veces en el siglo XX (las dos guerras mundiales, el derrumbe del Muro de Berlín, el impulso a la desmembración de Yugoslavia), la canciller Angela Merkel levantó las barreras a la inmigración ilegal.

Desde su alto puesto, como máximo dirigente del país más poderoso de la Unión Europea, animó a cientos de miles de inmigrantes asiáticos y africanos a asentarse en su país. “Lo conseguiremos”, dijo ella, con la petulancia del político que no comparte su domicilio con un ‘kebab’. A la vez, quería obligar al resto de los Gobiernos de la UE a aceptar cuotas de inmigrantes y refugiados.

A Bruselas le ha costado mucho menos domesticar al griego rojo Tsipras que al húngaro identitario Orban

Desde entonces, el ‘populismo’, o sea, la reacción de los pueblos a los planes de destrucción social decididos por unas elites tan corruptas como inmorales, se ha convertido en un fantasma que recorre Europa. Victoria del Brexit en el Reino Unido, elección de Gobiernos ‘eurófobos’ en Hungría, Italia, Austria y Polonia, irrupción en los Parlamentos nacionales de Alemania y de Suecia de partidos calificados de ‘subversivos’ por The Economist…

En ese septiembre de hace tres años, los griegos elegían como primer ministro al rojísimo Alexis Tsipras, admirado por Pablo Iglesias. A Bruselas le ha costado mucho menos domesticarle a él que a Viktor Orban. Tsipras ha bajado las pensiones a los jubilados, subido los impuestos a las clases media y baja, y privatizado empresas públicas. En cambio, los ‘deplorables’ no solo han resistido las campañas y los boicoteos de la ‘elite cosmopolita’, sino que además han crecido.

Sí, en el resto de Europa la inmigración descontrolada, la mano blanda de la socialdemocracia con los delincuentes extranjeros y el agotamiento del Estado de bienestar han llevado en volandas a esos partidos en los Parlamentos y Gobiernos.

La dejadez y las mentiras de Rajoy ante el ‘procés’ han anulado el sempiterno mensaje del voto útil con el que se cerraban filas en el PP

En España, que desde el siglo XIX tiene otros ritmos respecto a Europa y mantiene elementos que le hacen ‘diferente’, como una izquierda que detesta la nación que la sustenta y una colonia extranjera en nuestro territorio, el cataclismo no ha sido esa inmigración ilegal fomentada desde el poder. A fin de cuentas, la mayoría de los inmigrantes que viven entre nosotros son hispanoamericanos y europeos. Salvo en Cataluña.

El factor que ha sacudido la mesa política española es la cuestión nacional, silenciada durante décadas por la partitocracia. El ataque feroz e indisimulable contra la unidad de España y los catalanes no separatistas hace un año, la dejadez del PP ante el golpe y las acciones judiciales planteadas por VOX despertaron a parte del pueblo español.

Desde entonces ya no sirven los mensajes con que se mantenía estabulados a millones de compatriotas: “vota útil”, “nunca pasa nada”, “no seas radical”, “esos digitales siempre exageran”, “admite que los catalanes son distintos”, “Rajoy tiene un manejo magistral de los tiempos”, “lo de Cataluña se arregla dándoles más dinero”, “hay que ser como los europeos”…

Pues sí, parece que los españoles vamos a ser como los europeos. Con un partido de los que le quitan el sueño a George Soros en el Congreso y con el caudillo de la ultra-izquierda en un chalé con piscina.

Artículo en: https://www.actuall.com/criterio/democracia/1-octubre-sacudio-la-mesa-politica-espanola/


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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