¿Educación para la igualdad o adoctrinamiento?

Por Fernando López Luengos. Introducción de Carlos de Bustamante

( Niños. Acuarela de Ana Vidaurre, en Hispacuarela de Facebook) (*)

Sí; va a hacer un año en que el autor dio la voz de alarma; sin embargo, y como un nuevo “prestige” la oleada sucia y maloliente no sólo no ha sido eliminada, sino que ya inunda media España en, ¿casualidad…? escuelas, colegios y…¡cuarteles! Pero la batalla (?) en absoluto está perdida. Tenemos lo que ellos precisamente quieren –pobres- derribar.

La Cruz del Valle de los caídos, no es el símbolo de que unos hayan vencido a otros con las armas. Es precisamente lo contrario: el signo monumental de reconciliación. Del descanso de nuestros difuntos hermanados “in aeternum” por la Santa Cruz. Proverbial y archiconocida su astucia; pero por mucho que se empeñen, si todos nos unimos bajo este Signo, la batalla última -la que de verdad importa- de sobra saben que la tienen perdida. Para ello, es de plena actualidad la vieja y siempre nueva fórmula: “ahogar el mal en abundancia de bien”. ¿Vamos…?

“La nueva asignatura «Educación para la igualdad, la tolerancia y la diversidad» que se está ensayando en Castilla la Mancha – escribía en ABC Fernando López Luengos, profesor de Filosofía en la Enseñanza Pública y vicepresidente de Educación y Persona- es un grave desatino del gobierno de nuestra región. Si el objetivo es educar en la igualdad y la tolerancia (valores compartidos por la sociedad en su conjunto y que ya están presentes en otras asignaturas) no se entiende por qué ha de hacerse desde un modelo antropológico y ético discutido socialmente y rechazado por una parte de la sociedad.

La ideología de género que se intenta inculcar a los alumnos ni es el único modelo antropológico ni es el mejor: Este modelo enseña (a menores de 10 años -5º Primaria- y de 14 años -3º ESO-) a elegir qué género desean y que orientación sexual les parece mejor. Pues ambas cosas, según la ideología de género, son «imposiciones sociales» que no tienen por qué hacer suyas los alumnos, piensen lo que piensen sus padres. Los alumnos deben también aceptar que cualquier diferencia entre la psicología masculina y femenina es creada socialmente y que todas estas diferencias son opresoras.

Pero este modelo antropológico puede ser opuesto a las convicciones de sus padres si, por ejemplo, son partidarios de una ética natural (aristotélica o cristiana) o si tienen una forma diferente de entender el feminismo. El feminismo de la diferencia, sin ir más lejos, plantea la igualdad en los derechos de las mujeres admitiendo diferencias psicológicas naturales –no sociales- entre hombres y mujeres. Y estas diferencias enriquecen a la sociedad de manera complementaria. Pero para la asignatura no hay diferencia que sea enriquecedora.

La ideología de género transmitida por la asignatura, además, no tiene asiento científico y contradice frontalmente a la neurociencia y a la psicología que establece diferencias nítidas entre el temperamento masculino y femenino: ambos cerebros, el masculino y el femenino, comienzan su diferenciación durante las primeras semanas de vida fetal por la influencia de hormonas también diferentes: tanto el hipotálamo (responsable de la vida emocional y sexual) como los hemisferios cerebrales (responsables de las funciones asociativas superiores) son configurados de modo diverso en hombres y mujeres. “La asignatura enseña lo contrario”. ¿Quousque tándem…?

Por otro lado, para «educar en tolerancia», la asignatura obliga a los menores a asumir como valioso y digno de aprecio la forma de entender la afectividad y la sexualidad del colectivo LGTBI. Pero valorar y apreciar a una persona no significa compartir ni apreciar su forma de pensar, de sentir o actuar tal y como pretende la asignatura. No es potestad del sistema educativo entrometerse en la formación de la conciencia de los menores ni usurpar la potestad de los padres a educar a sus hijos en sus propias convicciones morales o religiosas, principios, ambos, protegidos por nuestra Constitución (arts.16.1, y 27.3). Esta irresponsabilidad de las autoridades educativas emplaza a los padres a presentar batalla en la defensa y protección de sus hijos amparados por nuestra Constitución.

En el año 2007 la asociación de profesores Educación y Persona alertó de la gravedad del proyecto ideológico de Educación para la Ciudadanía y pocos meses después se presentaron 5.000 objeciones de conciencia –solo en la provincia de Toledo– y se iniciaron varios cientos de recursos contenciosos administrativos contra la consejería de Educación. Confiemos en que, en esta ocasión, no tenga que repetirse el enfrentamiento.”

P.D. Pues ya saben la receta: “In hoc signo vinces”. El artículo de opinión de Fernando López Luengos fue publicado el 27 de octubre de 2017 en ABC Toledo.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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