Los lunes, revista de prensa y red

“Moncloa, fortaleza asediada”, de Lucía Méndez, y “¿Conoce los principios sobre la vida política definidos por la Iglesia?”, de José Castro Velarde

( Viñeta de Serrano en El Español el pasado día 22 de septiembre) (*)

MONCLOA, FORTALEZA ASEDIADA

Artículo de Lucía Méndez publicado en El Mundo el pasado día 23 de septiembre

En poco más de cien días, aquel Gobierno jovial y dichoso, laboratorio de cambios, planes y proyectos para resucitar al PSOE de Pedro Sánchez, se ha transformado en un núcleo de resistencia contra los líos. «Hasta que saltó el tema de su tesis, el presidente estaba con muchas ganas y mucha fuerza, a pesar de las dificultades que teníamos para gobernar. Ahora se le ve tocado, en lo personal, que siempre es lo más difícil de gestionar. La crítica política es una cosa, la puedes soportar mejor, pero cuando la discusión pública gira en torno a tus valores personales, te llaman plagiador y mentiroso, aunque sea injusto o sea mentira, te afecta. Te preocupa que puedas aparecer ante la gente de esa manera. Eso lo sabemos todos los que nos dedicamos a la política en momentos como éstos».

Éste es un breve resumen de cómo se ve dentro del Gobierno al presidente Sánchez, desde que estalló la tormenta de una tesis y un libro que publicó cuando ser diputado o miembro de la Ejecutiva eran sus máximas aspiraciones políticas. La tesis la hizo cuando se quedó sin escaño en las elecciones de 2011 y Rubalcaba le dejó fuera de la Ejecutiva en el Congreso de Sevilla. La docencia era una opción vital de futuro, si la política le abandonaba. Desde luego no podía aspirar a dar clase en Harvard. Así que se conformó con una universidad privada y pequeña, donde sí tenía contactos. Hizo una tesis atropellada -y al decir de los expertos no muy buena- para tener el doctorado. El libro fue otra cosa. La renuncia de Cristina Narbona le devolvió el escaño de diputado en 2013 y, entonces sí, quiso engordar su currículum publicando un libro.

La simple idea de que llegara a ser presidente del Gobierno era del todo inverosímil a esas alturas. Pero así ha sido. Y ahora Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, como él recordó a los espectadores de La Sexta y se recordó a sí mismo una y otra vez durante su entrevista con Ana Pastor. En poco más de cien días, La Moncloa que conquistó con la moción de censura contra Mariano Rajoy -una auténtica carambola política- ha sufrido una metamorfosis fruto del inestable panorama político.

Aquella Moncloa jovial y dichosa, laboratorio de cambios, planes y proyectos para resucitar al PSOE, se ha transformado en una Moncloa de resistencia. Un fuerte asediado por la oposición, por unas Cámaras que controla un partido distinto al del Gobierno, y por acontecimientos diarios imprevisibles que descargan a discreción sobre el jefe del Ejecutivo. «Te levantas con un plan y las circunstancias te obligan a acostarte con otro distinto. Sin tiempo para reflexionar ni para pensar a medio plazo», resumen
fuentes del Gobierno.

El martes el presidente se levantó creyendo haber recuperado la iniciativa política con la propuesta de reformar la Constitución para suprimir los aforamientos -una demanda de regeneración ampliamente compartida por los ciudadanos- y al día siguiente le estallaron en la cara los párrafos copiados de un libro que publicó hace cinco años.

A pesar de que numerosos políticos lamentan haber situado en el centro del debate el currículum académico de los líderes -«esto se nos ha ido de las manos», reconocen en casi todos los partidos- también admiten sus responsabilidades en haber elevado el nivel de exigencia de ejemplaridad hasta estos extremos. Puede decirse que casi nadie -a excepción quizá de Albert Rivera- se encuentra cómodo hablando de tesis, libros y currículums, aunque la realidad es que lo hacen casi todos los días.

Entre unas cosas y otras, la oposición está convencida de haber debilitado al presidente Sánchez hasta ponerle en el disparadero de tener que convocar elecciones antes de lo que él pensaba. Es cierto que Sánchez da síntomas de estar tocado y que los ministros ya no caminan con la alegría de comienzos de verano, sino con el miedo de otoño a cuál será el próximo lío. «Se está jugando una guerra psicológica contra el Gobierno, para generar el relato de que es un Ejecutivo débil, inseguro e inestable incapaz de gestionar. Y claro que se han cometido errores de gestión, rectificaciones e incumplimiento de promesas que hicimos en la oposición. Pero estamos sacando proyectos adelante que pasan inadvertidos en el jaleo», aseguran fuentes gubernamentales.

Las personas que han compartido la travesía del desierto de Sánchez desde su derrocamiento en el Comité Federal hasta su llegada a La Moncloa, pasando por las primarias, reconocen que la controversia de la tesis y el libro le ha afectado emocionalmente, pero también recuerdan que se trata de un hombre resistente. En términos de guerra psicológica, está entrenado en el manejo de situaciones amenazantes o de estrés ambiental y personal. Tras sufrir el simbólico asesinato en el Comité Federal y dimitir como diputado, pasó meses sin prácticamente salir de casa, destrozado psicológicamente. Después renació, y venció en las primarias a quienes parecían invencibles. El sufrimiento curte, esculpe y madura a las personas. Visto desde La Moncloa, aquel tiempo le puede parecer más difícil que éste.

Necesitará echar mano de esa resiliencia pues fácil no es el camino, que acabará -no se sabe cuándo- en elecciones generales. Su compromiso de vincular la legislatura a aprobar los Presupuestos le ata a un objetivo que está completamente en el aire.

Podemos no es un aliado fácil -sino todo lo contrario- y los independentistas catalanes ya han dicho que no aprobarán las cuentas del Gobierno si no insta a la Fiscalía a que retire el delito de rebelión contra los políticos catalanes encarcelados. Algo que, ni aún deseándolo, podría hacer el Gobierno en estas circunstancias.

Artículo en: http://www.elmundo.es/espana/2018/09/23/5ba67f5aca47415f698b463f.html

¿CONOCE LOS PRINCIPIOS SOBRE LA VIDA POLÍTICA DEFINIDOS POR LA IGLESIA?

Artículo de José Castro Velarde publicado en Actuall el pasado día 18 de septiembre

No es un recetario o una ideología, ni ofrece soluciones concretas. Pero sí nos dan los criterios para discernir lo que es justo, lo que es conforme al hombre y lo que no lo es.
¿Existe una forma católica de pensar acerca de la vida pública? La respuesta de muchos lectores puede ser un rápido “no”.

Sin embargo existe una doctrina de la Iglesia católica acerca de la vida social y política, una doctrina que forma parte de la Teología moral, y por tanto parte de lo que un católico consciente debe conocer y vivir.

La fe no es algo privado que solo afecta a la conciencia personal, sino que ilumina toda la vida de la persona, de toda persona y de toda la persona. Tanto la parte espiritual como la parte material. Tanto las relaciones consigo misma, como con los demás y con la entera creación.

San Juan Pablo II, consciente de la necesidad de difundir esta concepción católica de la vida pública, decidió encargar una sistematización de la doctrina social de la Iglesia. Y no se la encargó a un cualquiera. El responsable de iniciar dicho encargo (no llegó a concluirlo pues el Señor le llamó antes a su presencia) fue el cardenal Van Thuân, un confesor de la fe de nuestra época contemporánea.

Van Thuân había pasado varios años en campos de concentración o recluido por el régimen totalitario comunista de su país, Vietnam. Famosa, y emocionante, es la narración de cómo celebraba la Santa Misa, clandestinamente, utilizando como altar su propia mano y utilizando una gota de vino y un pedacito ínfimo de pan.

Volviendo al objeto de nuestro artículo, el Cardenal sistematizó la Doctrina Social en el Compendio que todos podemos consultar en las páginas del Vaticano (http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html.)

Conviene que todos los católicos y también toda persona de buena voluntad conozcan lo que dice esta Doctrina. La misma no es un recetario o una ideología, ni ofrece soluciones técnicas y concretas, pues éstas corresponden al mundo secular. Pero sí nos dan los criterios para discernir lo que es justo, lo que es conforme al hombre y lo que no lo es.

Los principios que recoge la DSI son los siguientes (¿sabría enumerarlos antes?):

1.- Dignidad de la persona

Exige tratar a cada persona como un fin en sí mismo. La persona nunca puede ser un medio. Nunca puede ser manipulada ni nunca puede ser privada de sus derechos fundamentales.

Todo cristiano está llamado a la caridad política nos dice Benedicto XVI y nos repiten incesantemente los pontífices de los últimos decenios

2.- El principio del bien común y el destino universal de los bienes

Qué importante es esta noción de bien común y que lejos está del llamado interés general que tantas veces se cita. Una definición quizás inmejorable es la que nos dio Benedicto XVI en Caritas in veritate, número 7.

“Hay que tener también en gran consideración el bien común. Amar a alguien es querer su bien y trabajar eficazmente por él. Junto al bien individual, hay un bien relacionado con el vivir social de las personas: el bien común. Es el bien de ese “todos nosotros”, formado por individuos, familias y grupos intermedios que se unen en comunidad social.

No es un bien que se busca por sí mismo, sino para las personas que forman parte de la comunidad social, y que sólo en ella pueden conseguir su bien realmente y de modo más eficaz.

Desear el bien común y esforzarse por él es exigencia de justicia y caridad. Trabajar por el bien común es cuidar, por un lado, y utilizar, por otro, ese conjunto de instituciones que estructuran jurídica, civil, política y culturalmente la vida social, que se configura así como pólis, como ciudad.

Se ama al prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que responda también a sus necesidades reales.

Todo cristiano está llamado a esta caridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la pólis. Ésta es la vía institucional —también política, podríamos decir— de la caridad, no menos cualificada e incisiva de lo que pueda ser la caridad que encuentra directamente al prójimo fuera de las mediaciones institucionales de la pólis.

El compromiso por el bien común, cuando está inspirado por la caridad, tiene una valencia superior al compromiso meramente secular y político. Como todo compromiso en favor de la justicia, forma parte de ese testimonio de la caridad divina que, actuando en el tiempo, prepara lo eterno.

La acción del hombre sobre la tierra, cuando está inspirada y sustentada por la caridad, contribuye a la edificación de esa ciudad de Dios universal hacia la cual avanza la historia de la familia humana. En una sociedad en vías de globalización, el bien común y el esfuerzo por él, han de abarcar necesariamente a toda la familia humana, es decir, a la comunidad de los pueblos y naciones, dando así forma de unidad y de paz a la ciudad del hombre, y haciéndola en cierta medida una anticipación que prefigura la ciudad de Dios sin barreras”.

Todo cristiano está llamado a la caridad política nos dice Benedicto XVI y nos repiten incesantemente los pontífices de los últimos decenios.

3.- El principio de subsidiaridad y la participación

Muy importantes también ante el Estado que cada vez más, a veces con buenas intenciones, va suprimiendo la iniciativa de las personas y de las familias por una maquinaria burocrática. La dignidad de cada hombre exige que éste sea el protagonista de su propia Historia y que no se le arrebate su protagonismo. Sí que es cierto que el Estado debe actuar cuando el individuo y las familias y la sociedad no pueden hacerlo, pero siempre de una forma subsidiaria.

4.- El principio de solidaridad

Nos recuerda que todos, incluso aquellos que están más alejados de nuestra forma de pensar o que incluso pueden llegar a odiarnos, son nuestros hermanos, pues todos tenemos un mismo origen, todos hemos sido creados por Dios, y también todos estamos llamados a un mismo fin.

Invito a conocer estos principios y a hacerlos guía de nuestro pensamiento social y político.

Artículo en: https://www.actuall.com/criterio/democracia/conoce-los-principios-sobre-la-vida-politica-definidos-por-la-iglesia/


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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