Dicen que son urgentes

Por Javier Pardo de Santayana

( Viñeta de Tomás Serrano en El Español el pasado día 30 de agosto) (*)

Lo que faltaba para el duro… Ahora resulta que lo que hace nuestro gobierno es – agárrense a la brocha – “arreglar la democracia”. Al menos eso es lo que ha dicho su superministra; la de las frases coleccionables que tienen pinta de “virales” y que de entrada no sé si se refieren a la creación del fallido sindicato de fulanas o a la exhumación de unos restos humanos que llevaban en el sueño eterno la friolera de cuarenta años: una faena que han pospuesto ya repetidas veces. Y es que remover unos huesos sin la autorización de la familia tiende a la prevaricación si no al abuso.

Además, nadie se traga las razones de urgencia que proclaman, porque eso es ya de risa floja y exige echarle caradura. Como hace falta un rostro de cemento para hablar de arreglar la democracia cuando lo que estamos viendo es precisamente lo contrario. Porque, sin ir más lejos, pretenden suprimir nuestro Senado, que es una de las cámaras creadas por la constitución y también símbolo del equilibrio de poderes. Y aún estos linces andan buscando que transcurra el tiempo y que prescriban sus corrupciones en Andalucía, donde las instituciones oficiales han sido utilizadas para, como ahora dicen, “fidelizar» a sus votantes.Y ahí tienen su obsceno cultivo del “no es no” como argumento y muestra del espíritu abierto de que blasonan los demócratas.. Algo muy parecido a ese truquillo de los llamados “pactos del Tinell”; una vergüenza.

Es de suponer que si pretenden “arreglar” nuestro sistema será porque el actual no llega a gustarles demasiado y creen que es conveniente desmontarlo en algunos aspectos esenciales, o sea como parece ser del gusto de los podemitas y otros socios de ideas revolucionarias que lo que buscan es cargarse los acuerdos de la Transición y propiciar un caos que les resulte favorable con esa especie de Frente Popular que nos recuerda tiempos ya felizmente superados en los que sus predecesores se cargaron al Jefe de la oposición previa amenaza explícita en el Parlamento o hicieron trampa con las elecciones. Gente que mantuvo a mi suegro en prisión tres años y medio – aunque nunca hizo política sino que se trataba de un simple ciudadano – por la sola razón de ser monárquico: tres años y medio esperando cada día que le metieran en una camioneta y le arrojaran al final a la cuneta. O que aniquiló toda una familia a tiros – la de mi yerno – incluido uno que era coadjutor de la parroquia; que todo esto es parte de lo que conservo en mi personal memoria histórica.

Y dicen que es urgente volver a las andadas en la mayor exhibición de estupidez imaginable. Pues a la hora de asignar prioridades para “regenerar” la democracia no se les ocurre mejor cosa que pasear difuntos y arrancar los letreros de las calles.

Sí; dicen que sus “medidas” son “urgentes” mientras se tragan desplantes y amenazas de ataques al Estado y la arrogante actitud de ciertas organizaciones que practican abiertamente la agitprop. Y transigen con que se les enfaden quienes les están agrediendo cada día exhibiendo unos lazos amarillos y tachando de bichos al resto de los ciudadanos españoles. Se diría que el temor a la respuesta airada de los resentidos se traduce en contentar a la jauría martirizando a media España con una tergiversación de la memoria que destruye la paz de los espíritus.

Urgente dicen mientras se templan gaitas con quienes pretenden la destrucción de España que en su día no supieron rematar; con quienes se han organizado ahora para saltar sobre las leyes. Y quienes sintonizan con quienes sembraron de luto nuestras calles. Los que marginan la importancia terrorista sólo por dar prioridad a sus ambiciones partidistas y nos imponen el indudable riesgo de un retorno del Frente Popular de trágico recuerdo dominado por los comunistas, apoyado por los anarquistas y tolerado por los tontos útiles mediante una torpe maniobra que desvía el problema hacia ficticios problemas superados en España por una transición modélica y en Europa por el triunfo de Occidente.

Urgencia por borrar las ilusiones de aquellos jóvenes de la mirada limpia que morían con la esperanza de una España mejor – “por Dios y por España” – y ver cómo se les insulta mientras se idealizan aquellas hordas de incendiarios que produjeron la mayor y más sangrienta matanza de cristianos de la historia: algo que es casi insoportable por retorcido y por injusto; más aún cuando para callar las bocas se fabrican leyes que enmudecerán a los discordantes y ensalzarán a los siniestros milicianos del puño en alto y el mono de faena; aquellos que aquí mismo, en la Montaña, junto a Jesús del Monte, dieron muerte alevosa al octogenario y bien intencionado párroco y al inocente jefe de estación – tras de engañarle – junto con otros muchos ciudadanos cuyos nombres quedaron registrados en el mármol.

“Estamos regenerando la sociedad en todos los frentes” se atreven a decir. Y se quedan tan panchos, como si su predecesor Felipe, que ese sí que era listo, no se hubiera dado cuenta de que la solución no estaba en atizar los rescoldos de la división entre los españoles sino en aprovechar el clima propiciado por quienes mantuvieron la paz en los tiempos difíciles y pusieron a la nación en condiciones de apartar el pasado e incorporarse a un proyecto europeo esperanzador y razonable.

PS: Comprenderán que para disimular tan burdas maniobras todo resulta provechoso. Así se acogerá con alborozo cualquier tipo de noticia que haga ruido y disimule la burrada aunque en rigor no sea favorable, como ese “gol por la escuadra” que fue la creación fallida de un sindicato de fulanas. O que se muestre totalmente neutra, cual es la del pretendido cambio horario, sobre lo que nadie tiene nada claro. Pero para el convento todo vale.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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