Estudio anatómico y arte desde el Renacimiento

Por José María Arévalo

( Santa Ana. 1540-45. Talla de Juan de Juni 1507-1577) (*)

El vallisoletano Museo Nacional de Escultura ha recogido durante todo el verano, y hasta el próximo 4 de noviembre, en el anexo del Palacio de Villena, la exposición “La invención del cuerpo. Desnudos, anatomía, pasiones”, una reflexión sobre la relación entre el estudio anatómico de los cuerpos y el arte desde el Renacimiento a la Ilustración, a través de casi un centenar de obras, entre esculturas, dibujos, tratados anatómicos, etc. Artistas como Alberto Durero, José de Ribera, Andrea Vesalio, Juan de Juni, Alonso Cano, Tintoretto, Pedro de Mena, Veronese, Zurbarán y Goya, entre otros casi 40 grandes artistas, muestran el encuentro de la anatomía en el arte y, a la vez, la componente estética de los tratados anatómicos; un recorrido que ejemplifica algunos de los episodios más significativos del proceso de invención artística del cuerpo llevado a cabo por el arte occidental entre el Renacimiento y la Ilustración.

( La Piedad. 1633. Óleo de José de Ribera 1691-1652) (*)

Y así podemos ver en pinturas y esculturas, pero también en dibujos, tratados anatómicos, maniquíes, cartillas de dibujo, reliquias, muñecos artísticos, fragmentos de retablo o figuras articuladas, las indagaciones sobre las proporciones de la figura humana; el influjo de la estatuaria clásica; la teatralización corporal de las pasiones; la ambigüedad tejida entre el desnudo y lo sagrado; el uso contrarreformista del imaginario anatómico como estímulo de la devoción del creyente; la excepcionalidad de la corporeidad femenina; el nacimiento del hombre-máquina, y el lazo entre color pictórico y apoteosis de la carne.

Todo ello con minuciosas explicaciones en las cartelas habituales, con textos mucho más cuidados de lo ordinario, así que hay que ir con tiempo para detenerse en cada apartado, porque no hay una web u otra información que las recoja siquiera sintéticamente. Hemos elegido tres de la explicaciones para dar una idea del contenido.

( Demócrito y Heráclito. 1603. Óleo de Pedro Pablo Rubens) (*)

Sobre el cuadro “Demócrito y Heráclito” de Pedro Pablo Rubens, la muestra explica: “Un `mapa carnal´ de humores negruzcos, arterias granates, venas azulencas, exudaciones violetas y rosas. Así pinta Rubens el rostro y el cuello de Heráclito, contrariando esa extendida opinión de que fue solo un pintor femenino. En el retrato de estos dos vigorosos filósofos exhibe su capacidad de pintar la palpitación cambiante de la carne, la interpenetración entre interior y exterior. Emplea el color no como una materia que recubre la piel, como si ésta fuese un `guante´ opaco: es una materia `hiperfísica´, transparente, que deja asomar la materia carnosa.”

Y sobre la talla de Santa Ana, de Juan de Juni, con que ilustramos de entrada este artículo, nos dicen: “Los escultores debatieron ampliamente sobre como imitar la carnación humana en la talla en madera, un material blando de contornos vacilantes, al que grandes maestros como Juni, con su esquisito cromatismo, saben dar una tetura carnosa y tierna. Las arrugas, las bolsas bajo los ojod, la caída del párpado, el perfil tembloroso por la flojedad muscular y las minúsculas disimetrías componen un espléndido retrato de la ancianidad física y del paso del tiempo por el cuerpo .y por el alma.”

( Magdalena penitente.1797. Óleo de Francisco de Goya 1746-1828) (*)

Y por último, junto al cuadro “Magdalena penitente”, que pintara en 1797 Francisco de Goya, nos dicen: “Este viaje artístico concluye en Goya, estación final en el proceso de la construcción moderna del cuerpo. El arte emprende ahora un rumbo distinto que demuestra cuánto de conseguido y útil fue el empeño de la Era Moderna y cuánto tuvo de artificio y necesidad histórica. Al arte que se vislumbra con Goya no le servirán, como lo hicieron antaño, ni el dogma anatómico, ni el temperamento humano, ni la codificación de las pasiones. El largo ciclo de la `invención corporal´ empieza a desvanecerse e inicia una historia distinta. El cuerpo entendido al modo clásico pierde la primacía de que había gozado hasta entonces. Goya introduce un punto y aparte. Con él, se abre una puerta a otro mundo”.

( San Sebastián. 1526, Talla de Alonso Berruguete, 1489-1560) (*)

La exposición ha sido coproducida por el Museo Nacional de Escultura junto con el Museo de San Telmo de San Sebastián, al que viajará cuando concluya su presencia en Valladolid, y han participado una decena de pinacotecas nacionales e internacionales: las obras proceden de El Prado, del Museo Thyssen-Bornemisza, de los museos de Bellas Artes de Asturias y Valencia, del propio San Telmo de San Sebastián, de los museos franceses de Lemans y Orleans, entre otras instituciones, además de la Galería Borghese de Roma y de colecciones como la de dibujos anatómicos de Juan Bordes y obras aportadas por la Biblioteca Histórica del vallisoletano Palacio de Santa Cruz.

( Cabeza de apóstol. Talla de Pedro Roldán 1624.1699) (*)

«Entre el Renacimiento y la Ilustración –dijo en la presentación María Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura y comisaria de la muestra -, va a emerger una ‘civilización del cuerpo’ que ordena el pensamiento, atraviesa las ciencias, golpea los sentidos, se expresa en imágenes violentas o sensuales, e inventa, con ello, un nuevo espacio de sensibilidad y saber».

Ella ha rastreado en museos nacionales e internacionales así como en colecciones privadas en busca de arte que sustente el discurso expositivo. Una labor dirigida a plasmar el concepto de cómo los ideales del humanismo renacentista llevaron a considerar a la persona como la medida de todas las cosas, «convirtiendo el cuerpo humano en foco de atracción de la estética, la medicina y la filosofía». Y ha elaborado el hilo conductor que une o contrapone piezas como dos ‘Martirios’ de Santa Águeda en las que los pintores italianos Francesco del Cairo y Vaccaro hacen confluir su fascinación anatómica por el cuerpo herido con el propósito devocional.

( Cabeza de San Juan Bautista. Óleo de Juan de Valdés Leal 1622-1690, del Museo de S. Telmo de San Sebastián) (*)

Un diálogo entre arte y anatomía reflejando, a través de la mutación de estilos y concepciones del cuerpo, cómo ese interés se extendería desde el Renacimiento hasta la Ilustración, tres siglos en los que autores como Pedro de Mena, Juan de Juni, Berruguete, Rubens, Ribera, Zurbarán, Juan Valdés, Bautista Maíno o Goya trasladaron esos ideales a sus creaciones.

«Se ha buscado mostrar ese cruce entre ciencia y arte en el que los artistas muestran los descubrimientos de la medicina y a su vez los médicos emplean a los artistas para realizar ilustraciones en sus tratados», señala Bolaños. A esta idea darán cuerpo varios tomos de la Biblioteca Histórica del Palacio de Santa Cruz, colocados al detalle en camas y cubiertos por una vitrina a una exposición máxima de 50 luxes para no dañar el papel. Estos ejemplares en la sala del Palacio de Villena estarán abiertos por una página que en ningún caso podrá ser la misma que la que se exponga en el Museo de San Telmo en noviembre. «Un libro no puede estar ocho meses abierto por la misma página, pues afecta al papel y la encuadernación», explica Bolaños, refiriendo uno más de los detalles velados en la penumbra de las salas.

( Cristo Resucitado. 1480-1490. Tabla de Bartolomeo Suardi `Bramantino´ 1465-1530) (*)

Jesús Bombín describía el pasado 3 de julio en El Norte de Castilla la operación de montaje de la muestra, en interesante artículo que titulaba “Lo que se esconde detrás de una exposición de arte” y subtitulaba “Ochenta personas han intervenido en el diseño y montaje de ‘La invención del cuerpo’, que indaga en el arte y la anatomía y exhibirá desde el jueves en el Palacio de Villena obras de una decena de museos nacionales y extranjeros”.

“Recién llegadas de una decena de museos nacionales e internacionales, de Rubens, Goya, Zurbarán y Juan de Juni son algunas de las obras que se han mudado temporalmente al Palacio de Villena en Valladolid para participar en la exposición ‘La invención del cuerpo. Desnudos, anatomía, pasiones’, que abre sus puertas el jueves 5 de julio.

( Martirio de fray Juan Bautista Inglés. 1646. Óleo de Felipe Gil de Mena 1603-1673) (*)

«Una vez que la pieza entra al museo, se desembala, se examina minuciosamente y es colgada en presencia del correo que viene acompañándola desde su lugar de procedencia; y no podemos tocarla hasta que el correo vuelva para llevársela», explica Manuel Arias, subdirector del Museo Nacional de Escultura, mientras dos restauradoras examinan posibles pérdidas o alteraciones de ‘La visitación de la Virgen a Santa Isabel’, una tabla de la escuela castellana (1451-1500). Lo hacen junto a Carmen Espinosa, conservadora del Lázaro Galdiano, que ejerce como correo de la pinacoteca madrileña que la cede en préstamo hasta la primera semana de noviembre. Después, estas mismas piezas recalarán en el Museo San Telmo de San Sebastián, que coproduce la exposición junto al Museo Nacional de Escultura.

( S. Antonio Abad. Benito Silveira +1800) (*)

‘La visitación de la Virgen a Santa Isabel’ llega introducida en una especie de vitrina climática que evita fluctuaciones de temperatura y humedad durante los desplazamientos y, al igual que el resto de esculturas y pinturas, en transporte especializado en obras de arte. Cuando el valor de la obra supera la tasación de 150.000 euros se precisa escolta policial para moverla de un museo a otro. «Ninguna de las cajas se puede abrir si no está presente el correo que la acompaña, siempre atento para detectar posibles modificaciones en la pieza desde que salió de su lugar de origen», apunta Arias.”

Por su parte la web Hoyesarte destacaba de la muestra, que ejemplifica algunos de los episodios más significativos del proceso de invención artística del cuerpo llevado a cabo por el arte occidental entre el Renacimiento y la Ilustración. “La exposición acerca al nacimiento de una “civilización del cuerpo” que ordena el pensamiento, atraviesa las ciencias, golpea los sentidos, se expresa en imágenes violentas o sensuales, e inventa, con ello, un nuevo espacio de sensibilidad y saber.

( S. Sebastián asistido por santa Irene y su criada. 1630-40. Óleo de José de Ribera 1591-1652, del Museo de Bellas Artes de Valencia) (*)

“Somos maravillosamente corporales”. Esta breve frase del humanista francés Michel de Montaigne expresaba la admiración con que la cultura renacentista descubría un nuevo continente: el hombre y su cuerpo, la parte material del individuo, su naturaleza física, terrenal. En el curso de estos años, el cuerpo se apodera del escenario de la imaginación artística para quedarse largo tiempo, en una trayectoria dinámica de apasionantes cambios y evoluciones.

Hasta entonces, la figura aparecía reducida a un esquema desencarnado. Pero la nueva cultura, bajo el lema socrático “conócete a ti mismo”, descubrió en lo humano un espectáculo inagotable, amparado por la ética de la dignidad humana y de la libertad de pensamiento. Las artes afrontaron este desafío con audacia e imaginación, conjugando sus búsquedas con las propuestas de anatomistas y geómetras, con las lecturas de los antiguos y de los filósofos de la naturaleza, unidos siempre por la preeminencia de la observación, de la mirada, de la experiencia, de los sentidos; y de la imagen, cuya difusión por la imprenta contribuyó al esplendor de este periodo.”

( San Juan, 1566. Talla de Juan de Juni 1507-1577) (*)

La muestra está articulada –recogemos de la reseña de Diariodevalladolid.es- “en seis capítulos: Cuerpos en el taller del artista; Cuerpos en acción, hombres máquina; La anatomía y su sombra; El gran espectáculo de las emociones; La violencia, el cuerpo, lo sagrado y Carnositá: figuras de la plenitud.

Un espectáculo inagotable en torno al cuerpo que recibe al visitante con una obra procedente del taller de Rubens, el artista que ‘inventó’ el cuerpo femenino como nunca antes se había visto. Una imagen que destila carnalidad, exotismo, exuberancia y voluptuosidad. La Fortuna, fechada a mediados del siglo XVI y procedente del Museo del Prado, sirve de prólogo a esta exposición. Sensual y palpitante abre los brazos y lanza al vuelo un manto gris invitando a conocer las audacias que varias generaciones acometerían en el campo del arte siglos después haciendo que emergiera una civilización del cuerpo.

( La Fortuna. Óleo de Pedro Pablo Rubens) (*)

“Las artes –continúa- afrontan este desafío con audacia e imaginación conjugando sus búsquedas con las propuestas de anatomistas, geómetras y filósofos comenzando a ‘tratar’ con muertos para poder dar forma a los vivos y adentrándose en el incontrolable mundo de las pasiones. «Las célebres disecciones anatómicas de Vesalio inauguraron la fascinación por el cuerpo humano dando claridad a un fenómeno confuso hasta entonces», remarca Bolaños. Así, los artistas comienzan a recurrir a otras disciplinas «para saber qué hay debajo de la piel» y plasmarlo en sus obras.

Lejos de tratarse de una exposición de medicina, “La invención del cuerpo” ofrece también la posibilidad de disfrutar de un volumen ilustrado de Vesalio o de un tratado de Durero, así como de la obra “Lección de anatomía” de la escuela de Passerotti procedente de la galería Borghese en la que grandes maestros de la pintura se reúnen en torno a un cadáver con la finalidad de conocer el cuerpo y plasmarlo en las artes. El dibujo comenzará a convertirse entonces en una manera de pensar. «Observando las formas de los cuerpos, un pintor ve más cosas que todos los filósofos reunidos midiendo y explorando el universo», señala una frase de Leon Battista Alberti que aparece escrita en una de las paredes de la sala.

La insaciable curiosidad por el cuerpo humano lleva también a los artistas a empezar a incorporar el movimiento en sus trabajos. Comienzan a representar los cuerpos en acción a los que la exposición dedica un capítulo especial. Cuerpos concebidos como una ‘máquina moviente’ que giran la cabeza, corren, estiran los brazos o forman escorzos como el que adopta el soldado en La liberación de San Pedro (1575).

Tras la consecución de cuerpos perfectos, con la llegada del barroco y en medio de grandes tensiones espirituales, se abre paso el poderoso mundo de las emociones. «Es el cuerpo el que da cuenta de lo que sucede en el alma actuando como un espejo», apunta Bolaños. Es el caso de Cabeza del apóstol de Pedro Roldán, San Juan, de Juan de Juni o Alma condenada de Bernini. Sus cuerpos son un depósito de emociones que exteriorizan a través de las facciones del rostro. Desde la ira o el miedo hasta la alegría o la compasión.

( Susana y los viejos. Óleo de Juan Dó 1601-1656) (*)

La invención del cuerpo profundiza también en la fascinación por el cuerpo herido. Y es que, explica Bolaños, las artes figurativas tejieron una intensa alianza «entre el desnudo, lo sagrado y la violencia» poniendo de manifiesto la paradójica relación del cristianismo con el cuerpo. La cima de la desnudez sagrada es la de Cristo, en su agonía y su muerte en la cruz. Pero esta violencia teatral se extiende también a suplicios sangrientos o a martirios como los de Santa Águeda, San Bartolomé o San Sebastián, presentes en varias obras.

El viaje artístico concluye con un apartado dedicado a la plenitud del desnudo. a la materialidad de la carne, a la voluptuosidad, donde el cuerpo entendido al modo clásico pierde la primacía de que había gozado hasta entonces. Obras con la firma de Rubens, de Artemisia Gentileschi o Goya, presente en la muestra con su Magdalena penitente. Él será el punto de inflexión y el que abrirá la puerta a otro mundo.”

Una exposición, en fin, a la que dedicar mucho, mucho tiempo.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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