Huellas de la caza XV. Pájaros del tiempo

Por Hilario Peraleda Navas. Introducción de José María Arévalo

( Gallito negro. Acuarela de Milton Pocasangre en Hispacuarela de Facebook) (*)

Sigue Hilario Peraleda con los pájaros pero en esta ocasión en relación con el tiempo, con la climatología, como indicadores del tiempo que hace o que se aproxima, o como auténticos relojes que lo miden. Es admirable la cantidad de dichos y refranes de este tipo que han motivado las costumbres y otras circunstancias de cucos, gaviotas, golondrinas, vencejos y otros muchos pájaros, que recoge su libro “Huellas de la caza en el campo del lenguaje”, que enriquecen nuestro lenguaje o que nos envían mensajes subliminales sobre la actitud moral y el comportamiento humano.

“En otras épocas –escribe Hilario Peraleda- cuando nuestros antepasados no conocían ni disponían de radares y otros aparatos y medios complementarios de que hoy nos servimos para pronosticar los cambios de tiempo se guiaban, para ello, de la observación directa de la naturaleza tomando buena nota del comportamiento y cambios de actitud de los animales, en particular de las aves, cuando algún cambio barruntaban, como si contaran con una especie de barómetro interno que les avisara de la llegada de alguna borrasca o de un centro de altas presiones.

Estas observaciones y sus efectos repetidas y comprobados miles de veces a lo largo de siglos dieron lugar a una serie de refranes y dichos, que muchos de ellos se conservan sin variación en la forma y resultado de la predicción que hacen; otros han mermado sustancialmente en sus dianas por haber variado, con el paso del tiempo, las condiciones del clima en los lugares en que se acuñaron; también los hay que se contradicen en sus afirmaciones y otros que van acompañados de ciertas dosis de ironía y humor así como alguno que resulta tan evidente como una verdad de Pero Grullo.

Veamos unos cuantos de ellos con distintos pájaros de protagonistas que nos anuncian si mañana lloverá, nevará, hará frío o calor o si bajará la niebla o soplará el viento; aunque, eso sí, con menos precisión que lo hacen hoy los partes meteorológicos con que, oportunamente, nos informa la AEMET. Comenzamos con un nutrido grupo que capitanea el ya bien conocido cuco: ‘Si el 4 de abril el cuco no ha venido, es muerto o se ha perdido’. Este refrán y los que siguen del grupo relacionan al ave con la época en que suele volver todos los años a primeros de este mes si las condiciones del clima se desarrollan con normalidad, dándole así carácter fijo y firme en cuanto a las fechas, con muy escaso margen de maniobra, con lo que se aproxima a la precisión del tiempo por lo que, junto al gallo, se les considera los relojes del campo, dada la puntualidad con que emiten sus cantos. La figura y el canto del pájaro se han convertido en el icono más representativo de los antiguos relojes de pared y así se afirma que el cuco, con su rítmico canto, es el fedatario de la llegada de la primavera.

El caso es que todos estos refranes establecen una relación entre la posibilidad de que el cuco no haga acto de presencia en los días en que debe hacerlo y la eventualidad de su muerte que, por otra parte, algunas fórmulas perfilan con una catástrofe general, cósmica y devastadora. No carece de cierta lógica esta sucesión de razonamientos: si el cuco no aparece, la primavera se queda sin el hito simbólico de su llegada y, sin el advenimiento de la primavera, el calendario completo, el ciclo de las estaciones y el devenir de la vida quedan en suspenso total.

Con ligeras variaciones sobre lo dicho en el anterior relaciono los siguientes:
‘Si el cuco no canta el 1 de abril, muerto se halla o a otro reino se ha ido a vivir’. Se extraña de la falta de puntualidad en la cita con el tiempo. ‘Si el cuco no canta entre mayo y abril, o él es muerto o la fin quiere venir’. Dice cuán seguro es el cuco por entonces. ‘El día 5 de abril el cuco tiene que venir y si no viene, novedad tiene’. ‘Si el cuco no canta para el 12 (15) de abril, es que está malo o se va a morir’. ‘Si el cuco no canta para el 12 (15) de abril, o se ha muerto o se ha ido a Valladolid’. Análogos a los siguientes en los que se amplía el plazo de espera. ‘Si el cuco no canta para el 20 de abril, es que se ha muerto o se quiere morir’. ‘Si el cuco no canta para el 7 de abril, o espera mal tiempo o quiere morir’. ‘Si el cuco no ha venido el 25 de abril (San Marcos), o se ha muerto, o lo han matado o es que no quiso venir’, conformista total justificando su ausencia, en cualquier caso. ‘Si el cuco no viene para el 5 de abril, o está constipado o está para morir’. En este caso alude al mal tiempo como causa de su retraso. El frío y las lluvias obligan a estos pájaros a venir más tarde. ‘Si el 8 de abril no me oís, por muerto me requerís’. ‘Si el peculillo no canta ‘pal’ 25 de abril, el peculillo se ha muerto o el fin va a venir’. Peculillo, cuco o cuclillo. Otros lo retrasan hasta el 12 de mayo. ‘Cuando canta el pecu está fuera el invierno’, oído en el campo de Burgos; pecu, cuco. ‘Cuando canta el cuclillo, poda el cornudillo’. Quiere decir que es en el mes de abril cuando se oye el cuco y la poda resulta ya tardía. ‘El cuco que no ha cucado para el 25 de abril, o se ha muerto y se ha secado o no le dejan venir’. ‘Si en abril o marzo no vengo, a los santos me encomiendo’. Advierte del mal tiempo que puede hacer en esos meses y justifica así su falta de los lugares de costumbre. ‘Si en abril o marzo (no) vengo, por cuquillejo me tengo’. Parecido al anterior, pero con sentido dual en el que al pájaro se le echa de menos si no acude puntual a la cita de primavera. ‘Hacia el 10 de abril, al cuco oirás venir’. ‘El 10 de abril, al cuco verás venir’. ‘A 5 de abril el cuco debe venir y si no viene a los siete o a los ocho, él es preso o morto’. Anuncia la llegada de la primavera, mas como esta se identifica con el buen tiempo y este, a veces, se retrasa, ello obliga a que los pájaros hagan lo mismo. De aquí la segunda parte del refrán que busca la rima junto a una pizca de ironía. ‘A 2 de abril, el cuclillo ha de venir’. ‘En abril si el cuco no canta el 2, es que ha perdido la voz’. ‘Entra mayo y sale abril, si no canta el cucubil, por muerto le recibid’. ‘Entre marzo y abril sale el cuco de su cubil y con la nieve no quiere venir’. Es decir, que su aparición está condicionada a la ausencia de frío y de nieve, de los que huye y así, su presencia en estos meses presagia buen tiempo. ‘Entre mayo y abril, o viene el cuco o viene la fin’, ya expresado de otra forma. ‘El cuco que no canta en abril, o está malo o se quiere morir’. ‘El cuco que canta en enero, un trabucazo y al suelo’. ‘El cuco, San Benito le trae y San Benito le lleva’. El 4 de abril y el 11 de junio son los días en que se conmemoran las onomásticas de San Benito de Palermo y de San Benito abad, que se corresponden aproximadamente, con las fechas en las que estas aves llegan y se marchan. ‘Cuando el cuclillo canta, tan pronto sol como agua’. Suele acontecer en abril, mes en que con frecuencia se alternan la lluvia y el sol. ‘Si en abril el cuco oyes cantar, tiempo bueno vendrá’, parecido al anterior. ‘Si se calla el cuco llora el santuco’, es decir, llueve. Y también el contrario, ‘Cuando el cuco canta, el cielo espanta’, se dispone a llover en forma de nubarradas. ‘Cuando el cuco marcha, coge la manta’, avisa que, a finales del verano, empieza a refrescar y llegan las primeras aguas, debiendo abrigarse y protegerse. ‘Si el cuco canta por el acebal, las arcas llenas de pan; si canta por la rasía, las arcas vacías’. Acebal, monte de acebos y rasía, campo llano con vegetación rala. Según cante en una u otra parte, así será la cosecha. ‘Si canta pares, temporales; si canta nones, carasoles’. Número de cantadas del cuco, según resulte será el tiempo. La dificultad está en contarlas y la gran duda en que sea cierto lo que se afirma. ‘Si al cuco oyes cantar, la primavera va a llegar’. Identifica su canto con el buen tiempo.

Para no abandonar a este artista, veamos unos pocos más de él:

‘El agua que cae en una semana se la bebe el cuco en una mañana’. Se refiere a las lluvias del mes de abril que, si frecuentes, suelen ser de poca entidad. ‘En tiempo del cuco por la mañana mojado y a la tarde enjuto’. Lo mismo, en este tiempo con sus claros y chubascos se decía que cuando uno se mojaba en el camino, llegaba enjuto a la posada y su análogo ‘En el tiempo del cuco, si llueve por la noche, a la mañana está enjuto’, se trata de los meses de abril y mayo en los que, como se sabe, suelen turnar una lluvia moderada con un tibio sol, calándose poco la tierra. Otros parecidos son: ‘Cuando canta el cuco, cuanto llueve en ocho días, se enjuga en uno’. ‘Cuando canta el cuco, de día mojado y a la noche enjuto’. ‘Cuando canta el cuco, tan pronto mojado como enjuto’. ‘Cuando canta el cuco, una hora llueve y otra hace enjuto’. ‘Abril, tiempo del cuco, por la mañana mojado y por la tarde enjuto’. ‘Cuando canta el cuco, entonces es primavera; si el cuco aún no llegó es que la primavera no comenzó’. Identifica ambas cosas, canto del pájaro y primavera como simultáneas.

‘Abril, abriluco, el mes del cuco’. ‘Abril, abriluco, tú verás venir al cuco’. ‘Abril, abril, al cuco tienes que oír’. Por repetirlo una vez más que no quede. Es el mes en que este pájaro regresa de su invernada en África y en el que emite con más frecuencia su rítmico canto.

Como resumen podría decirse que el cuco y su canto están asociados al tránsito del invierno a la primavera. La escucha de su canto en los bosques y campos tan pronto se disipan la nieve y el frío del invierno, su persistencia entusiasta durante la primavera y solo durante ella y el tono inconfundible y bien templado de su ‘cucú’ lo convierten en una especie de pregonero alegre y peculiar de la superación del mal tiempo y del renacer de la época más hermosa y fecunda de la naturaleza.

Bueno, llegó la hora de que entren en escena otros actores que también nos hablan del
tiempo:

Otro grupo es el representado por las bulliciosas y voraces gaviotas: ‘Gaviota a tierra volando, marinero velas rizando’. Doblando y recogiendo, porque se avecina temporal y su contrario: ‘Gaviotas a la mar, marineros a pescar’. Invierte la predicción anunciando buen tiempo y calma en la mar y animando a los pescadores a reanudar sus tareas. ‘Gaviota en el río, vendaval rompío’ es expresión castiza del litoral andaluz que indica que cuando estas aves sobrevuelan los ríos, ha roto el temporal en el mar. ‘Gaviota en la montaña, pescador a tu cabaña’, avisa a los pescadores de que se avecina temporal y, ante ello, lo prudente es refugiarse. ‘Gaviota hacia tierra, marinero a la mierda’, forma algo más burda de decir lo mismo. ‘Ave de mar que busca madriguera, avisa temporal de esta manera’, presiente y anuncia borrasca y tormenta, por lo que se dirige a tierra para capearlas y protegerse de ellas. ‘Gaviotas en el huerto, temporal en el puerto’, porque entonces buscan en tierra el alimento que sustituya al que no pueden obtener en las alteradas aguas. Otros parecidos: ‘Gaviotas en tierra, anuncian temporal fuera’, ‘Gaviotas en tierra, en el mar alguien acecha’, la tormenta. ‘Gaviotas en tierra, marineros en la taberna’, señal de que se acerca un temporal. ‘Cuando las gaviotas vuelan alto, debes redoblar amarras’ y ‘Cuando la gaviota visita al labrador, mal le va al pescador’, los dos anuncian temporal. ‘Si al mar van las gaviotas, marinero a las escotas’, es señal de buen tiempo.

Las golondrinas, los vencejos y otros pájaros también nos informan del tiempo con su actitud: ‘Si los vencejos chillan a la una; por la tarde, fresca segura’, lo dicen en Pamplona adonde llegan a principios de mayo y si les sorprende un temporal permanecen resguardados sin salir a buscar mosquitos, como también a las horas de calor, pero se observó que si salían a la hora de la siesta era seguro que por la tarde se movería el fresco viento del norte. ‘Si los pájaros vuelan a poca altura, nube segura’, alerta de la inminencia de una borrasca y, por ello, de lluvia.

‘Si alto vuela la golondrina, buen tiempo se avecina; pero si va por tierra, luego se anega’, otro anuncio clásico del tiempo meteorológico por la observación del vuelo de esta ave. En situación anticiclónica o de altas presiones, se disfruta de buen tiempo, ausencia de lluvias y los insectos de los que se alimentan estos pájaros, se encuentran a mayor altura que cuando la situación corresponde a una borrasca (bajas presiones) que trae abundantes lluvias y los insectos bajan a ras del suelo y, consecuentemente, las golondrinas tras ellos en ambos casos.

Como resumen del anterior: ‘Golondrinas altas, buen tiempo anuncian; si vuelan bajas, próxima lluvia’. ‘Golondrina que alto vuela, no teme que llueva’, por la razón apuntada más arriba.

‘Golondrinas en bajo vuelo, anuncian lluvia del cielo’, se desprende igualmente de lo dicho antes, a lo que se añaden estos detalles: Los insectos tienen alas higroscópicas que se sobrecargan de humedad, aumentando el peso y dificultándoles el vuelo; por eso se alejan de las nubes y bajan. Allí los buscan y apresan las golondrinas en sus vuelos rastreros y de la observación de ese hecho que propicia el aumento de humedad deriva el dicho, que implica la formación de tormentas y de lluvias. Análogos son: ‘Golondrina que con el ala roza la tierra, lluvia recela’ y ‘Golondrinas barrenderas, agua cerca’. Barrenderas, que vuelan a ras de tierra, como si la barrieran.

‘Golondrinas anticipadas, primavera muy templada (temprana)’, como anunciadoras del buen tiempo, el año que se adelantan, muestran que esa estación llegará pronto. Más completo es este: ‘Golondrinas tardías, invierno tardo; golondrinas tempranas, pronto verano’. ‘Golondrinas y vencejos, con la primavera fría, no levantan el vuelo’, porque con frío no hay insectos en vuelo y por lo tanto estos pájaros, que se alimentan normalmente de ese modo, retrasan su llegada o no salen en su busca si ya están aquí. ‘Si a la golondrina en marzo no la ves, mal año de espigas es’, porque suelen llegar por esas fechas e incluso antes, con buen tiempo, pero si retrasan su llegada es por el frío y otros fenómenos meteorológicos adversos para la buena marcha de la granazón de las mieses que acabará en una pobre cosecha.

Van apareciendo nuevos actores: ‘Tormenta y ventada, por el ave señalada’. Alude a los gestos y señales que hacen algunas aves cuando barruntan tormenta o vendaval, como los siguientes:

‘Antes y después de la tormenta, patos vi más de la cuenta’, expresa que, en esas circunstancias, las anátidas se mueven más que de ordinario y por ello se tiran y se cazan mejor. ‘Gansos en los altos, agua en los campos’. La presencia de los ánsares o gansos en las tierras elevadas indica que las bajas, adonde ellos acuden a pastar, se encuentran anegadas. ‘Ánsares a la sierra, agua en tierra’, otro indicador de que este proceder de los patos avisa de inmediata lluvia. ‘Si vienen los patos, viene la nieve’ y ‘Los patos marinos anuncian nieve’, aluden a la llegada de estas aves a finales del otoño, procedentes del centro y norte de Europa, dispuestas a pasar en nuestras aguas los fríos invernales más suaves que los de los lugares de donde vienen, fenómeno que confirma este otro: ‘Cuando octubre llega al fin, los pájaros ya están aquí’. ‘Cuando la pega se viene al lugar, señal de que quiere nevar’ y ‘Urraca en el lugar, llover o nevar’, indican que por barruntar frío y mal tiempo, buscan protección y cobijo donde pueden encontrarlo. ‘Si en enero la cigüeña para, la nieve será rara’. La presencia de las cigüeñas (Por San Blas…) auguraba buen tiempo y por lo tanto si su llegada se adelantaba al mes de enero, cabía suponer que nevaría poco. En este caso, como al principio se dijo, las cigüeñas han cambiado su comportamiento, debido probablemente al cambio climático y la mayoría ya no se va, permaneciendo entre nosotros todo el invierno, nieve poco o mucho.

‘Si ves los gorriones alborotados, reteja pronto los tejados’. Porque anuncian lluvia abundante.

‘Los pechirrojos entran en casa, la nieve pronto baja’, observación que hacen en el valle de Soba (Cantabria). Pechirrojo, por petirrojo. ‘Los pájaros cuando nieva, vuelan bajo’, los que tengan que hacerlo, pues si no los obligan prefieren no volar porque, además de mojarse, se desnortan si vuelan alto, al perder la referencia de los objetos del suelo por la capa de nieve que se forma sobre él y la cortina de copos que les vela la visión. ‘Pájaros en bandadas, nieve a capazadas’, es decir, en abundancia. ‘Pajaritos en banda, mañana holganda’, porque lloverá por la tarde o por la noche y la lluvia impedirá el trabajo por la mañana. ‘Pajarillos en banda, las tardes son de agua’, ‘Junta de pájaros, lluvia segura’ y ‘Junta de cuervos o grajas, animal muerto o señal de agua’, no necesitan explicación. ‘Si los cuervos bajan al llano, la niebla vendrá temprano’ y de otra forma: ‘Si los cuervos bajan temprano, la niebla vendrá al llano’. Valle de Soba, (Cantabria). Indican el comportamiento de la niebla en ese lugar. ‘Si la corneja vuela rasante, saca el abrigo y el guante’. La corneja es un córvido parecido al cuervo, de tamaño ligeramente menor, a la que vulgarmente se le llama grajo, por lo que al dicho se le puede aplicar la explicación dada en el siguiente: ‘Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo’, que otros le añaden, en forma de coletilla, unas segundas partes, también buscando la rima y de igual manera, faltas de finura y elegancia, así: ‘…y cuando vuela a trompicones, hace un frío de…’, ‘cuando vuela rasante hace un frío acojo…’. Otros remates mejor avenidos son: ‘y cuando el grajo sube, no se ve ni una nube’ y ‘Cuando el grajo vuela bajo, el hielo blanquea el campo’. Se emplean para afirmar que hace mucho frío. El vuelo a ras de tierra de algunas aves, como queda dicho antes, es indicio de bajas temperaturas. Del carajo, es expresión vulgar y malsonante con significado de grande, intenso o de consideración. ‘Cuando el grajo (graja) canta; si no es mediodía, poco le falta’ y su análogo: ‘Cuando el grajo grajea, si no es mediodía, poco le quea’. Este oído en Osuna (Sevilla).

‘Cuando oyeres el torillo (tortillo y torrillo), no hayas miedo de tu ganadillo’. Tortillo y torrillo son otros nombres del torillo (Turnix sylvatica). Este es un pájaro parecido a la codorniz, que llega a Andalucía en primavera. El dicho indica que cuando eso ocurre es señal de buen tiempo y abundantes pastos.

El baño de otras especies es también otro indicador del tiempo, así: ‘Cuando los tordos, en el invierno se bañan, barruntan agua’ y el similar ‘Cuando los tordos se bañan, agua viene’. Sucede igual con estos: ‘Cuando los pájaros se dan un bañito, coge el paragüito’, ‘Cuando el palomo se baña, agua presagia’, ‘Cuando al palomo veas en el agua, coge las botas y el paraguas’, ‘Cuando el cuervo se baña, cerca viene el agua’ y ‘Si canta el cuervo, agua pal cuerpo’. Todos ellos, fruto de la observación, anuncian lluvia inmediata.

Con los de perdiz nos gastan algunas bromas y burlas: ‘Cuando la perdiz canta, agua requiere’, pronto lloverá. Requiere, avisa o anuncia. ‘Cuando la perdiz canta, señal es de agua’, ‘Cuando la perdiz canta, si llueve, señal es de agua’, ‘Cuando la perdiz canta y llueve, señal de agua’ y el mismo de otra forma: ‘Cuando llueve y la perdiz canta, señal (es) de agua’, ‘Cuando la perdiz canta y el ala extiende, es más señal de agua que cuando llueve’, ‘Cuando la perdiz canta y el culo le goterea, es señal de que ha llovido o anda la marea’, recogido en Trujillo (Cáceres), ‘Cuando la perdiz canta en el prado verde es la mejor seña para cuando llueve’, pura y fina ironía. ‘Cuando la perdiz canta, nublado viene’. Suele ser síntoma de lluvia inminente el que las perdices se arrullen. De una coplilla o cantar popular que continúa así: ‘No hay mejor señal de agua que cuando llueve’. Chocarrera burla de los pronósticos del tiempo que se acostumbra hacer con las nubes, las salidas y puestas de sol, el canto de las aves y tantas otras tonterías por el estilo sobre si lloverá o no lloverá en tal o cual fecha. Sirva lo descrito para explicar lo de otros semejantes a estos que bien podría cerrarse con el siguiente: ‘Señales de agua, todas marran; que no hay más señal cierta que cuando les sudan los cuernos a los bueyes’.

Nuevo cambio de actores que perseveran en seguir mojándose de una manera alegre y festiva: ‘Cuando el mirlo canta, si llueve, es señal de agua’, el mismo que el anterior con la perdiz. ‘Cuando la milanilla pía, agua al tercer día’, milanilla no debe tomarse como la hembra del milano, en este caso alude a una especie de graja, chova o grajilla. Parecido resulta este: ‘Cuando el cárabo canta al mediodía, llueve a los tres días’. ‘Cuando el mochuelo maúlla, agua arrulla’, su voz es parecida a la del gato. ‘Cuando chilla el mochuelo, pronto se moja el suelo’. Cierran el grupo los más certeros: ‘Cuando el mochuelo mía, o es ya de noche o es ya de día’, ‘Cuando el mochuelo pía, ya es de día’ y ‘Cuando la mochuela mía, o es de noche o es de día y cuando mía el mochuelo, o está en alto o está en el suelo’. ‘Cuando la garza sale del río, o va a llover o ha llovío’. ‘Cuando el búho canta, o llueve o escampa’, ‘Cuando el búho en diciembre canta, o lluvia o templanza’, ‘Cuando el búho en diciembre canta, o mucha lluvia o nada’.

‘Cuando la garza va a la tierra, coge el hacha y haz leña; cuando va a la mar, coge los bueyes y ponte a arar’, dicho asturiano equivalente a otros que toman por referencia a otras aves como gansos, grullas, etc., que más abajo se tratarán y que se basan en la observación de sus viajes migratorios y la relación que tienen con las estaciones del año y la vida en el campo. En este caso cuando llegan del mar y se dirigen al interior, es bien entrado el otoño y hay que prepararse un buen leñero para no pasar frío en el invierno y, al contrario, cuando se marchan (a la mar), comienza la primavera y el buen tiempo y, con ellos, las tareas agrícolas.

‘Cuando la gansa va arriba, pastorcito buena vida; pero si va abajo, no te arriendo tu trabajo’. Los ánsares o gansos que nos visitan, viajan a sus lugares de cría del centro y norte de Europa a últimos de febrero y durante el mes de marzo, cuando aquí comienza el buen tiempo y crecen buenos pastos, teniendo poco que hacer quienes cuidan del ganado. Cosa distinta es cuando regresan en pleno otoño y vienen los fríos, apurándose la hierba. Entonces los pastores tienen que multiplicar sus esfuerzos recorriendo y conduciendo los rebaños a lugares distantes para proporcionarles algo de alimento. Análogos resultan: ‘Gansas arriba, ata el buey a la cebilla; gansas abajo, unce el buey para el trabajo’ y ‘Gansos arriba, pastor de buena vida; gansos abajo, pastor de buen trabajo’.

Algo parecido ocurre con las grullas, que siguen casi los mismos caminos y calendario de viajes: ‘Surco de grullas en el cielo, carbón en el brasero’. Cuando llegan, a finales de octubre, comienza el frío y por ello el refrán recomienda estar preparados para combatirlo. ‘Grullas bajas, guarda la paja’ o de otra forma ‘Cuando veas las grullas bajar, échale la llave al pajar’, advierten que, en estas condiciones, se debe recoger y guardar la paja porque anuncian lluvia y se puede mojar y estropear. ‘Las grullas bajas, mucho grano y poca paja’, como se viene diciendo con otras aves, estas normalmente vuelan altas y cuando descienden, presienten lluvias que favorecerán, sin duda, la formación de una gran cosecha. ‘Grullas volando, calladas o cantando, señal de que el tiempo se está arrullando’, indica que las grullas vuelan cuando el tiempo está calmado, tranquilo, como suspendido y dormido. Es en esas circunstancias cuando el trompeteo de su gruir se oye a gran distancia y sirve para mantener agrupado el bando. Con el tiempo revuelto de viento o lluvia permanecen en tierra. ‘Cuando las grullas veas pasar, quita las mulas y vete al lugar’. ‘Por San José, con día claro, las grullas ves’, es el tiempo de regresar a sus lugares de cría, después de haber pasado el invierno en las dehesas y orillas de los pantanos extremeños y andaluces. ‘Grullas abajo, pastor con trabajo; grullas arriba, pastor con buena vida’, ‘Grullas arriba, pastor boca arriba; grullas abajo, pastor boca abajo’, ‘Grullas para arriba, busque el amo quien le sirva; grullas para abajo, quieto en casa del amo’ y ‘Cuando las grullas van a Castilla, vete a astillas; cuando van al mar, vete a arar’, lo dicen asturianos y cántabros con el significado dado para los gansos y las garzas. Incluyo en este grupo los dos siguientes por su semejanza: ‘Cuando canta la abubilla, deja al trabajador y busca la buhardilla’ y ‘Cuando canta la abubilla, deja al buey y toma la gavilla`, ambos anuncian lluvia. Gavilla es un conjunto de sarmientos o ramillas de matas, hierbas o mieses, podadas o segadas, mayor que el manojo y menor que el haz. Es tiempo de siega y aconseja recoger las gavillas que, si se mojan, se enmohecen y pudren.

Y, por fin, llegamos al final con un último grupo de extras que, como figurantes, nos sirven de relleno de esta película que hoy os he contado sobre los pájaros del tiempo:
‘Cuando canta la coruja, no hace falta manta ni mantuja’, se avecina el buen tiempo y ya no es necesario abrigarse. Un segundo sentido del dicho hay que atribuirlo a la creencia de que el canto del pájaro presagia muerte por ser considerado de mal agüero. ‘Cuando canta la coruja, la hierba empuja’, indica que la hierba crece y la siega apremia. Coruja es uno de los nombres vernáculos que se da en algunos lugares al autillo, junto a otros como cornichuela y corneja. Se trata de la rapaz nocturna más pequeña de nuestra avifauna, apenas del tamaño de un zorzal.

‘Coruja (corneja) de secano, agua en la mano’. Con ambos nombres se registra este dicho en los refraneros, creando cierta ambigüedad en su interpretación, resuelta con la explicación dada en el anterior. Sobre esta ave dice el proverbista que ‘anuncia la pluvia, dando muchas vozes y revolcándose en la arena’. ‘En la seca, la corneja guarda la cabeza’, tras una larga temporada de sequía, cuando presiente agua, anuncia la lluvia de esa manera, por lo general, en abril. ‘Cuando canta el milano, agua en la mano y si canta al mediodía, agua al quinto día’, pronóstico de escaso crédito; pues el milano no suele cantar, solo pía o mía; más bien podría pasarse al grupo de los irónicos y burlones. ‘Agua en la mano, con milano y con viento solano’, indica que la presencia de esta rapaz y la aparición de este viento, de modo simultáneo, son indicios de lluvia inmediata.

‘En tardes de invierno sombrías, vuelan patos y avefrías’, en particular estas últimas, porque no se ven en el resto del año. ‘Si el avefría se adelanta, invierno duradero’, porque estas aves aparecen cuando barruntan los fríos y si lo hacen pronto es que también lo hará el invierno. ‘Si el avefría está en la huerta, haz fuego y cierra la puerta’, refrán valenciano que como el anterior avisa que llega el frío.

‘Cuando el gavilán caracolea, el nordeste está cerca’ y su igual ‘Cuando el gavilán vuela haciendo caracoles, nordeste seguro’. Caracolear, describir vueltas o tornos al volar. Nordeste, viento frío procedente de esa dirección. ‘Cuando el cerrojillo canta, agua lleva en la garganta’. Según una creencia popular el canto del pájaro así llamado, augura lluvia. Cerrojillo, nombre que en algunos lugares acotan al papamoscas cerrojillo y en otros al herrerillo, tanto capuchino como común.”


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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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