Por José María Arévalo
( Plaza de Zorrilla. Acuarela de Chema Fraile) (*)
El Colegio de Arquitectos de Valladolid nos ofrece, hasta el 13 de julio, «PINTURA Y DIBUJO. HERRAMIENTAS DEL ARQUITECTO Y URBANISTA JOSÉ Mª DEL FRAILE”, que podemos ver en su sede colegial de la calle Santiago 9, en sus instalaciones del sótano, en horario de 12:00 a 14:00 h, de lunes a viernes. “Descubriremos la pasión del artista, aparte de la arquitectura, por el dibujo y acuarelas de paisaje urbano”, explica la nota del Colegio, que adjunta además un artículo del Director de la E.T.S.A.Va, Darío Álvarez -que reproducimos ahora-, para el que del Fraile “pertenece a una generación de arquitectos forjada en el dibujo, en la ejercitación continuada de la mano, a través de las diferentes técnicas, en su caso, y de manera especial, en la acuarela. Podemos afirmar que Fraile “dibuja” y “construye” sus acuarelas”.
(Cartel de la muestra, con una acuarela de la catedral de Salamanca vista desde el Tormes) (*)
Con esta exposición, el Colegio de Arquitectos de Valladolid continúa con el ciclo de exposiciones MostrARQ, de las que ésta es la segunda muestra, que se inauguró el pasado día 14 de junio. Allí estuvimos junto con varios compañeros acuarelistas que pintamos todas las semanas codo con codo con Chema Fraile y que nos apoyamos en su buen hacer y su crítica siempre positiva, como ya venimos explicando en estas páginas con nuestras crónicas sobre la actividad de la Asociación de Acuarelistas de Castilla y León que nos une a todos.
Por cierto, nuestra asociación estrena nueva presidenta, Carmen Peña, de la que también les he hablado, cuyo estilo, próximo a la abstracción, es diametralmente opuesto al tan realista de Chema. Vi la muestra, en la inauguración, con Jesús Martín Acebes, también rompedor de formas dentro de lo figurativo, con el que comentábamos la fuerza de las acuarelas de Chema Fraile, su limpieza y transparencia apoyadas en su facilidad para el dibujo, fruto de muchos años de profesión como arquitecto.
(Calle de Tomares, Sevilla. Acuarela de Chema Fraile) (*)
Extraordinarios también los trabajos que incluye, cuatro o cinco proyectos presentados por su estudio a concurso para edificios importantes en distintas ciudades españolas, como el del auditorio de la Universidad de Salamanca, y otros en el extranjero, como el de la nueva Biblioteca de Alejandría. Siento que no incluyera, sin duda por falta de espacio, los diseños que ha preparado para explicar su solución al soterramiento del ferrocarril en nuestra ciudad, con un sistema de semisoterramiento, y que hemos publicado en este blog en varios artículos, el último el 30.05.18 con el título “Soterramiento viable del ferrocarril” –que puede encontrarse fácilmente con nuestro estupendo buscador, arriba a la izquierda-.
Tiene en sus acuarelas Chema Fraile un estilo inconfundible, influido sin duda por tantos años de trabajo con su compañero Emilio Tejeda Alegre, del que ya comentamos en estas páginas su exposición póstuma en la sala del Bilbao, en artículo de 05.11.16 que titulé “Emilio Tejeda, qué gran acuarelista”, tras el que confeccionamos una web a él dedicada, que pueden ver en http://emiliotejeda.blogspot.com.es/ en la que hay un artículo de Chema sobre su compañero. Sin embargo el estilo de del Fraile es completamente distinto, ya digo inconfundible. ¿Por qué? Estoy de acuerdo con la calificación de Darío Álvarez en el artículo que ahora veremos, de que Chema “construye” sus acuarelas, pero no tanto en que lo haga “pincelada a pincelada de manera minuciosa y poco habitual en la acuarela”, como también expone su colega Álvarez, que me perdone el matiz a sus estupendas calificaciones, con las que estoy, por lo demás, en todo de acuerdo. Del Fraile no es un hiperrealista, ni siquiera un realista estrictu sensu, porque en su estilo es fundamental la simplificación, la síntesis, y el análisis de la realidad que efectúa es claramente análisis de formas, no tanto de contenidos. Por eso sus acuarelas no resultan anticuadas, sino muy originales dentro de lo que llamamos pintura figurativa contemporánea.
(Campo Grande. Acuarela de Chema Fraile) (*)
Creo que José María del Fraile Galán está más cerca de Cézanne, “el padre de todos nosotros” y “el primer artista que pintó usando ambos ojos”, sobre el que hemos publicado hace poco un muy interesante análisis de Will Gompertz, director de Arte de la BBC, el 28.04.18, que titulamos “El arte moderno, ¿es arte?. 11. Paul Cézanne”. Señala que éste se había “comprometido con la idea de la exactitud, no con la idea de la fugacidad o de lo momentáneo, como sucede con los paisajes impresionistas, ni tampoco con la exactitud fotográfica que se logra a golpe de vista”. “Lo que Cézanne quería decir, lo que había descubierto él mismo a base de «ver la naturaleza como nadie la había visto antes», era que cuando contemplamos un paisaje no vemos los detalles, sino las formas. Cézanne comenzó reduciendo la tierra, los edificios, los árboles, las montañas e incluso a la gente a una sucesión de formas geométricas”.
(Canal de Castilla. Acuarela de Chema Fraile) (*)
Fraile disfruta pintando paisaje urbano, en el que aplica su conocimiento de la estructura construida. Cuando salimos a pintar a los alrededores, muchos preferimos pintar campo, donde se equivoca uno menos en el dibujo y puede soltar la mano –como decimos- con más facilidad, y él insiste en que recorramos los pueblos de alrededor. Y sin embargo es precisamente en sus acuarelas de naturaleza y campo donde se descubre mejor su trabajo de las formas, la forma de cada árbol, de cada matorral. Y eso que en ellas sí se ven las “pinceladas” a que alude Darío Álvarez, porque da el volumen a las plantas con pinceladas concretas, casi en seco, que explican las sombras, en vez de realizarlas en húmedo. Pero lo importante, a mi ver, es que “construye”, como hace con los edificios, las formas de árboles y plantas, caminos o cerros, y además con variedad de colores –que no facilitan tanto las edificaciones, grises u ocres- lo que le permite seguir los consejos de su hija –como me dice le insistió ella, también pintora, hace algún tiempo ya- de aplicar más variedad y fuerza con el color. Y el uso del color le permite delimitar formas con él en vez de dibujar expresamente los contornos. Lo hace también en el paisaje urbano, pero se nota menos.
(Entrada a Burgos. Acuarela de Chema Fraile) (*)
El resultado creo yo, es el de unas construcciones pictóricas bastante geométricas, como quería Cézanne, exactas, pero sin detalle ninguno, puras formas que hilvana con exquisito gusto para el equilibrio y composición del cuadro. Quizá un tanto estáticas, lo que se evita solo soltando la mano –que en acuarela equivale normalmente a trabajar en húmedo- lo que no busca Chema, como no lo hacía el gran Cézanne. Bueno, esta es mi opinión, veamos la del Director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura deValladolid, Darío Álvarez:
MIRAR, PINTAR, CONSTRUIR
En la enseñanza clásica de las Escuelas de Arquitectura españolas el dibujo ha sido tradicionalmente una de las materias básicas en la formación del arquitecto; a través del dibujo, y sus variantes de representación, se forjaba la calidad y el sentir de su futura arquitectura, algo que nos ha distinguido siempre del resto de los países.
(Iglesia de Zaratán. Acuarela de Chema Fraile) (*)
En la actualidad las herramientas digitales han menguado, solo en parte, el buen hacer en el dibujo de los arquitectos, la pérdida de la mano que piensa, parafraseando a Juhani Pallasmaa, nos ha llevado a otra manera no solo de concebir la arquitectura sino de ver la realidad y de asumirla.
José María del Fraile pertenece a una generación de arquitectos forjada en el dibujo, en la ejercitación continuada de la mano, a través de las diferentes técnicas, en su caso, y de manera especial, en la acuarela.
( Medina de Rioseco. Acuarela de Chema Fraile) (*)
Podemos afirmar que Fraile dibuja y construye sus acuarelas. Habituados como estamos a las acuarelas que se desvanecen, que se diluyen, que se vuelven manierismo casi transparente sobre el papel, en las suyas hay una fuerte carga matérica, que casi se toca con la mano. Pincelada a pincelada construye cada cuadro, como si realmente fuera una obra de arquitectura, como una clara representación de la realidad construida.
Sus acuarelas no captan un instante fugaz, congelan, de manera intencionada, un paisaje, habitualmente urbano, un paisaje que se vuelve así atemporal, en su propia definición, rompiendo los moldes habituales de la técnica.
( Medina del Campo. Acuarela de Chema Fraile) (*)
Fraile construye ese paisaje al pintarlo, al representar, de manera minuciosa y poco habitual en la acuarela, todos y cada uno de los elementos que lo componen, incluso las figuras humanas o los automóviles que se mueven por las calles, que se tornan objetos de la misma construcción.
Fraile mira la ciudad y se detiene en sus edificios ¿qué otra cosa sino arquitectura compone la ciudad? Y se preocupa de representarlos tal y como son, a través de una mirada totalmente objetiva, aunque no exenta de un cierto lirismo, la mirada de un arquitecto “comme il faut”. No cabe otra cosa en su forma de pensar, ver y pintar la realidad.
( Mucientes. Acuarela de Chema Fraile) (*)
En sus composiciones siempre hay un edificio representativo que destaca, el que domina y articula el espacio, el que le da sentido a la obra. Los encuadres adolecen de artificio, no hay forzados escorzos, todo lo contrario, destilan una naturalidad que tiñe la obra por completo, haciéndola más próxima y cercana al espectador, que se sumerge en ella como un elemento más, con la misma naturalidad.
Y las torres como tema; la verticalidad que enfatiza y da sentido al orden horizontal de la ciudad, como ha sucedido siempre en las ciudades históricas, que él tanto gusta de mirar y de pintar, con un inmenso placer.
( Plaza Mayor de Valladolid. Acuarela de Chema Fraile) (*)
Sus acuarelas no se captan con una sola mirada, requieren de una lectura detallada, como si de un libro se tratase, un libro perfectamente ejecutado, con el buen oficio de los arquitectos de antes; una lectura que obliga al espectador a dialogar con la arquitectura que se representa en cada acuarela.
( Puerto de Sada. Acuarela de Chema Fraile) (*)
En las muchas conversaciones que he mantenido a lo largo de los años con José María del Fraile sobre sus acuarelas siempre aparece en ellas la figura de su desaparecido socio y añorado amigo, Emilio Tejeda, con quien compartía su pasión por la arquitectura y la acuarela: algo de él permanece, estoy totalmente seguro, en esas escenas urbanas, ejercicios en los que late un diálogo entre el presente y la memoria.
Darío Álvarez Director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valladolid
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(*) Para ver las fotos que ilustran este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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