Recuerdos del Atleti

Por Javier Pardo de Santayana

( Los jugadores del Atlético celebran el título. Foto de Chema Rey en Marca) (*)

No pude ver el partido en la televisión (1). Podría haberlo visto en mi casa de ahora como pude comprobar hace unos meses cuando caí en la cuenta de que tenía a mano algunas de las retransmisiones deportivas a través de determinadas cadenas especializadas y más allá del “tdp”. Entonces recordé que al instalarnos las antenas nos ofrecieron la posibilidad de acceder a algunas emisoras extranjeras y ver también estos partidos. Pero ahora me encontraba junto a la ría de Santoña, en la Montaña, así que me resigné a seguir el partido por la Cope.

El objetivo del viaje era ocuparme de la huerta, ya removida y abonada, para plantar en ella, según quería nuestro hijo, muchos pimientos de distintas clases. Así que siguiendo sus indicaciones pondríamos, además de los llamados choriceros, los conocidos aquí como pimientos de cristal, y por supuesto algunos de Padrón puesto que a él le encantan los picantes. Y también algunos de los que se conocen como de Asta, que creo son bastante grandes, a lo cual hay que añadir una docena de lechugas, un par de plantas de calabacín que ocuparán una parte del terreno, y una decena de apetecibles berenjenas junto a las consabidas acelgas, tan agradecidas. Y, desde luego, una buena cantidad de alubias de las que no precisan de andamiaje.

Por si pudiera llover, todo lo plantamos enseguida, que así quedaría tiempo desde el primer día para visitar Santoña, oír misa en el Cristo de Limpias y visitar la Bien Aparecida.

Decía yo que oí el partido del Atlético – glorioso encuentro que le daría la victoria y uno de los dos campeonatos europeos – en una emisora radiofónica; ocasión, pues, pintiparada para revelar a mis lectores mis preferencias deportivas, que se sitúan, naturalmente, en el Valladolid de siempre, mas que en primera división van ya con el Madrid desde los tiempos del inolvidable Di Stéfano y del foramontano Gento. Mi casa madrileña era entonces vecina del Bernabeu, así que mi hijo podía acudir a los partidos sin recorrer grandes distancias. y sin tener que tomar el autobús o el metro. Pero antes milité en el Sporting Club de Portugal del que fui socio en mis tiempos de Lisboa; aquellos cinco años de estadio de Alvalade y de Jesús Correia, Vasco, Peiroteo, Travassos y Albano, delantera para recordar toda la vida (2).

Sin embargo tengo que confesar, no sin orgullo, que de niño fui un ferviente socio del Atléti. Me transmitió su militancia un tío mío simpatizante con el hecho de que el equipo se llamara “de Aviación” y dependiera del Ejército del Aire. Así que durante un par de años – a los 10 de edad aproximadamente – frecuenté el estadio Metropolitano, donde además de ver el mejor fútbol, tuve la suerte de asistir a algunos acontecimientos que se inscriben en la historia de nuestro deporte, como las carreras de dirttrack o de galgos, y singularmente el primer encuentro nocturno con iluminación artificial, cuando mi equipo derrotó al Valencia por tres goles a cero nada menos. Realidad esta de pocos conocida, pero en la que el Atleti fue gloriosamente pionero.

Mas -¡ay! – se le ocurrió cambiar de nombre, y pasó a denominarse como se llama ahora; que esta sería la causa de un doloroso desenganche emocional. Quedaron, sin embargo, no sólo mi simpatía hacia el Atléti madrileño sino también algunos buenos recuerdos del pasado, como los nombres de Tabales el portero, de los defensas Mesa y Aparicio, de los medios Gabilondo, Germán y Machín, y de los delanteros Manín, Arencibia, Pruden, Campos y Vázquez, varios de ellos canarios hábiles y finos. Jóvenes que imprimían al club un fútbol más moderno, de pases más en corto, más lejos del patadón hacia adelante y al remate. Su juego ya anunciaba los futuros cambios que culminarían con la visita del San Lorenzo de Almagro; el equipo argentino que puso boca arriba nuestro fútbol.

También recuerdo los largos viajes en el metro desde el centro donde yo vivía; cuando a la vuelta cerraba los ojos y seguía viendo futbolistas y los remates y paradas espectaculares en que éstos se lucían tanto, y los partidos del filial – el “Imperio” – que algún domingo nos hicieron ir al fútbol por la mañana y por la tarde porque entonces sólo se jugaba un día de la semana que era siempre el mismo. Y el gran estadio bajo el sol y lleno hasta los topes los grandes días de partido… Y aquel forofo que nos mostró el ladrillo que ocultaba bajo su chaqueta; un arma que, según nos dijo utilizaría “tan sólo en caso necesario”.

Comprenderán ustedes que hoy me congratule del reciente éxito europeo del Atleti aunque ya no se llame como antes, y de que con su victoria tres de nuestros clubes de primera reinen hoy en España y en el mundo.

(1) En Lyon: Atlético de Madrid 3, Marsella 0 (Europa League).

(2) Un caso supongo que único en el mundo: Jesús Correia, extremo derecha del Sporting, era a la vez internacional en fútbol y en hockey sobre patines.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
http://c1.staticflickr.com/1/906/41267749095_bdee65e65d_b.jpg

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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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