Los lunes, revista de prensa y red

“El desafío independentista: El 45,4% avala la prisión para los líderes del «procés»”, de Ainhoa Martínez, y “El declive sindical: de las mariscadas a las esteladas”. de Teresa García-Noblejas

( Encuesta sobre El desafío independentista en La Razón. Radiografía del voto) (*)

EL DESAFÍO INDEPENDENTISTA: EL 45,4% AVALA LA PRISIÓN PARA LOS LÍDERES DEL «PROCÉS»

Artículo de Ainhoa Martínez publicado en La Razón el pasado día 22

Votar o no votar: esa vuelve a ser la cuestión. El 45,4% avala la prisión para los líderes del «procés». Los catalanes acusan el bloqueo institucional: lo califican de perjudicial en el 81,3% de los casos y el 67,7% reclama que Puigdemont debería volver a España. A un mes de la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones en Cataluña, el bloqueo en el que los líderes independentistas han sumido a la región, primando su pulso intermitente al Estado sobre los intereses de los ciudadanos, no tiene visos de solución en el corto plazo. La estrategia de rescatar las candidaturas de Carles Puigdemont, Jordi Turull y Jordi Sánchez para cegar la formación de un Govern efectivo y provocar la repetición de los comicios autonómicos, provoca –a su vez– un choque frontal entre JxCat y ERC, ya que los republicanos son partidarios de alumbrar un Ejecutivo cuanto antes para recuperar las riendas de la Generalitat.

En este clima de involución, parálisis y división se ha realizado la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN que recoge el malestar de los catalanes por la irresponsabilidad de sus líderes, a través de 1.000 entrevistas entre el 17 y el 20 de abril. El 81,3% califica de «perjudicial» el actual bloqueo institucional, por el 15,6% que no lo ve así y el 3,1% que evita responder a esta cuestión. La crítica al estancamiento de la situación catalana es más acusada en el sector de entre 30 y 44 años (90,3%) y más relajada en los mayores de 65 años.

Este bloqueo se achaca directamente a la falta de voluntad política, ya que el 48% de los encuestados considera que los líderes catalanes son capaces de ponerse de acuerdo. Un 36,6%, sin embargo, sí opina que el cisma que ha surgido entre los otrora miembros de Juntos por el Sí (JxCat y ERC) ha llevado la situación a un punto de no retorno en el que es imposible alcanzar un consenso. El 15,4% no sabe o prefiere no expresar su opinión al respecto. En este plano, quizá ya a la desesperada se recurre a la solución que deslizó Miquel Iceta de tejer un gobierno de concentración para salvar la situación de excepcionalidad. Un 37,2% estaría a favor de esta solución, mientras que el 33,7% lo ve irrealizable. El 29,1% no se lo ha planteado y evita emitir su parecer.
( Encuesta sobre El desafío independentista en La Razón. 2) (*)

En cualquier caso, en lo que sí hay acuerdo mayoritario es en la creencia de que no se llegará al extremo de tener que repetir los comicios. Una estrategia en la que, por otro lado, trabaja el sector más afín a Puigdemont. El 51,9% considera que Cataluña no volverá a celebrar elecciones, por el 31,4% que sí ve plausible esa opción. Un 16,7% no sabe o prefiere no responder. Si de votar se trata, los encuestados manifiestan que si hoy se celebrase un pseudoreferéndum ilegal como el del 1-O acudirían a las urnas. Aunque los porcentajes son muy igualados, y muestran la división de la sociedad catalana, el 48,3% depositaría su papeleta y el 44,9% evitaría participar. Un 6,8% no quiere o no sabe qué decir al respecto.

Los encuestados se muestran especialmente críticos con los políticos soberanistas que han propiciado la actual deriva de Cataluña. Un 45,4% considera que los líderes del «procés» deben estar en prisión, por el 41,4% que no aprueba su privación de libertad. El 13,2% restante prefiere no opinar. En esta cuestión se produce un choque generacional, ya que los jóvenes son más indulgentes que los mayores. Respecto a Puigdemont, el 67,7% reclama que debería volver a España. Un 26,5% considera que debería seguir huido, mientras que el 5,8% prefiere no responder a esta cuestión. Vuelva o no, la mayoría de los entrevistados creen que el ex president no está legitimado para volver a tomar las riendas de la Generalitat. Así lo señala un 53,3%, mientras que el 40,8% sí sería partidario de que se volviera a presentar a la investidura. Un 5,9% prefiere no responder.

( Encuesta sobre El desafío independentista en La Razón. 3) (*)

En cuanto a la valoración de líderes políticos, ninguno aprueba pero es el socialista Miquel Iceta el que obtiene una mejor puntuación (4,3), le siguen empatados Inés Arrimadas y Oriol Junqueras (4,1), Xavier Domènech (3,8), Puigdemont (3,7) y cerrando la lista Xavier García Albiol (3,1).

Cuando se van a cumplir seis meses de la aplicación del artículo 155 en Cataluña, los encuestados señalan que la intervención no les ha afectado en su vida diaria. Así lo manifiesta el 50,3% de los entrevistados, mientras que el 40,4% sí ha sentido los efectos de su entrada en vigor. El 9,3% evita responder a esta cuestión. La valoración del 155 vuelve a mostrar la división de la sociedad catalana. Ganan quienes lo valoran «mal» (40,8%), seguidos de cerca por quienes lo califican «bien» (39,1%). Un 15,1% lo considera «regular» y un 5% no quiere comentarlo.

En cualquier caso, los entrevistados consideran que la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), que provocó la intervención, ha perjudicado económicamente a Cataluña. Así lo reseñan el 58,5% de ellos, por el 29,6% que no ha visto cambio negativo alguno. Un 11,9% no se manifiesta. No obstante, el 53,7% muestra su disconformidad con el modelo de Estado actual, mientras que el 38,7 por ciento sí se siente cómodo con él. El 7,6% no sabe o prefiere no expresar su opinión a este respecto.

Artículo en: https://www.larazon.es/espana/los-independentistas-perderian-la-mayoria-NO18167903

EL DECLIVE SINDICAL: DE LAS MARISCADAS A LAS ESTELADAS

Artículo de Teresa García-Noblejas publicado en Actuall el pasado día 20

Los sueldos de los dirigentes y trabajadores de UGT y CCOO, sus viajes, el coste de mantenimiento de los edificios, todo pasa por nuestro bolsillo. No hay elección ni ‘X’ que valga en la declaración de IRPF para mantener a esta gente.

Hay que reconocer que la especie conocida como ‘españolito común’ se caracteriza por su agilidad mental y su puntito de mala leche. Hay, por supuesto, una ‘geografía’ hispana del ingenio que tiene su epicentro en Andalucía y sus efectos, a modo de réplicas sísmicas, en el resto de la península ibérica. El Siglo de Oro de nuestra literatura reflejó ese talento nacional de forma magistral. Por cierto, que muchos de los escritores de aquel tiempo encontraron en la picaresca su fuente de inspiración.

Pues precisamente las queridas tierras andaluzas proporcionaron a los autores de nuestro tiempo una jugosa noticia en el año 2013. El diario ABC lo titulaba así: “UGT Andalucía cargó una mariscada de 2.047 euros a una subvención de la Junta”. La noticia detallaba después el menú y su coste: “Treinta raciones de langostinos, 1.080 euros; seis pargos al horno, 126 euros; seis cilindros de foie, 90 euros; ocho botellas de Rioja de reserva Marqués de Arienzo, 152”.

Esta muestra de austeridad sindical con cargo a los fondos públicos en un país que a duras penas combatía una crisis económica, desató la creatividad popular. Y las redes sociales se poblaron de frases e imágenes en las que el histórico lema anarcosindicalista ‘A las barricadas’ era sustituido por el más actualizado de ‘A las mariscadas’. No tienen más que revisar las redes sociales en las proximidades del 1 de mayo para comprobar la habilidad hispánica para reírse de su sombra.

José Álvarez y Unai Sordo, secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras.
José Álvarez y Unai Sordo, secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras.
El expolio de las arcas públicas llevado a cabo por no pocos dirigentes de Unión General de Trabajadores (UGT) y, en menor medida, Comisiones Obreras (CCOO), los sindicatos mayoritarios o de ‘clase’ merece una enciclopedia. El problema es que, más allá de las bromas, esto nos cuesta dinero. A usted y a mí, aunque nunca hayamos estado afiliados ni a UGT ni a CCOO. Los sueldos de los dirigentes y trabajadores de estas entidades, sus viajes, el coste de mantenimiento de los edificios, todo pasa por nuestro bolsillo. No hay elección ni ‘X’ que valga en la declaración de IRPF para mantener a los sindicatos. Lo pagamos sí o sí. Como a los funcionarios pero, por lo que hemos podido comprobar en no pocos casos, sin control.

No es de extrañar que, como detallaba el diario El Mundo, ambos sindicatos hayan perdido más de 500.000 afiliados entre 2011 y 2015. Y no sólo, como han argumentado sus portavoces, por el desempleo y la escasez de trabajadores en activo. La corrupción, la ineficacia y el dedicarse a tareas que no les competen tienen mucho que ver. Robar y no ser eficientes sale carísimo.

“Con el dinero del ‘opresor’ Gobierno de España estas ‘joyas’ sindicales primero gastaron en mariscadas y ahora en esteladas. Ni corrupción económica ni politiquería ajena a los intereses de los obreros, señores”

Por si fuera poco, el pasado fin de semana UGT y CCOO, los destinatarios de una parte de nuestros impuestos, nos dieron otra ‘alegría’ porque salieron a las calles de Barcelona para manifestarse con lazos amarillos a favor de los independentistas catalanes encarcelados por vulnerar la ley y burlarse de todos los españoles, también de los trabajadores. Las redes sociales llevan días ‘ardiendo’ con mensajes de personas que anuncian que se han dado de baja en alguno de estos sindicatos por su deriva secesionista. Lo entiendo perfectamente.

Lo que no acierto a comprender es por qué una organización que tiene un objetivo claro -que es defender a los trabajadores- se dedica a hacer reivindicaciones políticas que nada tienen que ver con lo laboral. Sobre todo, cuando se financian con los Presupuestos Generales del Estado. Vamos, que con el dinero del ‘opresor’ Gobierno de España primero gastaron en mariscadas y ahora en esteladas. Ni corrupción económica ni politiquería ajena a los intereses de los obreros, señores.

Y por si fuera poco, a estas dos `’joyas’ de la lucha obrera les ha dado por promover con fuerza eso que se llama ‘diversidad sexual’ o ‘ideología LGTBI’. Sólo dos ejemplos. La ‘Guía sindical sobre diversidad sexual y afectiva en el entorno laboral’ de UGT y la ‘Diversidad afectiva y sexual: Una cuestión sindical’ de CCOO. Ambas guías proclaman, con términos casi idénticos, que los sindicatos tienen “la obligación de velar por los derechos de las personas LGTB y garantizarles una igualdad de oportunidades real, especialmente en el mundo del trabajo”.

Es decir, en función de sus preferencias sexuales, las organizaciones sindicales le protegen a usted más o le protegen menos. Yo me había creído que eran organizaciones que velaban por los derechos de los trabajadores independientemente de sus características, origen, circunstancias o condiciones. Por el sólo hecho de ser empleado o desempleado, proletario en términos marxistas, pensé que el sindicato me iba a atender. Y, por supuesto, estaba segura de me defendería ante cualquier discriminación sin preguntarme antes por mi vida personal o con quién me acuesto.

Esto de dedicarse a todo menos a lo que uno tiene encomendado no es admisible, sobre todo cuando lo pagamos los ciudadanos (la mayoría, por cierto, trabajadores). Si en una empresa el encargado de la contabilidad, por poner un ejemplo, se dedica a abrir la puerta y atender a las visitas, sin duda alguien le llamará la atención. Es de cajón. Pero UGT y CCOO parece que tienen un privilegio que les permite hacer de todo menos dedicarse a su misión, sin distracciones. Que estos presuntos defensores del obrero hayan metido la mano en la caja pública para comer langostinos es miserable y delictivo. Y zafio y de nuevo rico. Pero desatender las tareas por las que a uno le pagan -dedicarse en cuerpo y alma a los trabajadores que tienen ocupación y a los que carecen de ella- me parece una inmoralidad.

A mi núnca se me ha pasado por la cabeza afiliarme a los mencionados sindicatos porque, además de su escasa credibilidad, me consta que resuelven más bien poco en lo que a problemas laborales se refiere. Así que, lamentablemente, no puedo darme de baja. Pero si en el proceso que les ha llevado de las mariscadas a las esteladas (pasando por la elaboración de guías LGTBI) UGT y CCOO desaparecen o se refundan les confieso que no voy a derramar ni una lágrima.

Artículo en: https://www.actuall.com/criterio/democracia/declive-sindical-las-mariscadas-las-esteladas/


(*) Para ver las fotos que ilustran este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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