El Rezongón. Democracia y Constitución españolas

Por Carlos de Bustamante

( Foto antigua de Valladolid, calle Santiago esquina Constitución) (*)

Rezongar sobre estos conceptos en un solo artículo, puede resultar complicado dada la complejidad que ambos conllevan. Procuraré, no obstante comprimir ideas para evitar (I) Y (II), que pudieran aburrir hasta a las ovejas.

Se define en la Rae la democracia como: 1.- Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. 2.- Régimen político basado en esta doctrina. 3.- Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo (ésta no de la Rae). Pues bien; o sea y en mi opinión no tan bien: puede que sea éste (el de la democracia) “el menos malo” de los sistemas políticos de gobierno, pero a fe, que, personalmente y en opinión mucho más que personal, esta democracia al menos, opino que nos ha traído muchos más males que bienes. Cito con forzosa brevedad los motivos de éstas mis opiniones:

Si como en el presente -el de unos años después de la denominada “oprobiosa” que, rarito que es uno, de verdad añoro- se adoctrina previamente, sibilinamente, astutamente, ladinamente al pueblo (o populacho), la nueva y cruenta revolución francesa y su hijo el comunismo, están servidos. Ignoro si existe otro tipo mejor de democracia; pero de no ser así, ésta no la quiero. Digo más: la aborrezco.

-¿Salgo ya…? -diría desde la tumba nuestro General Franco ante este nuevo peligro en muestra Patria. Porque e que ¡hay que roerse…! ¿eh? lo que estamos viendo y padeciendo. Que si “la mejor iglesia es la que arde” … que si la memoria histórica… que si cargarse monumentos históricos… que si ideología de género… que si vuelven los reinos de taifas con la independencia de Cataluña como aperitivo… que si desenterrar muertos per temor a que resuciten… y tan largo etc. que terminaría este título primero con mayor extensión de la acostumbrada.

Siendo como queda dicho y repito: Ignoro si existe otro tipo mejor de democracia; pero de no ser así, ésta no la quiero. Digo más: la aborrezco.

Con cerrado forzoso, acompáñeme, por favor al segundo título: la Constitución del -78-.
Seguro que los vallisoletanos más y también los que no lo son, conocieron y/o admiraron al Cardenal don Marcelo González. Acudo a él para que vean la opinión de un hombre santo y sabio:

Respecto a lo que diría D. Marcelo ante la situación actual hay que referirse a la “pastoral que escribió sobre la Constitución”. En ella señalaba que, admitiendo los grandes valores de la Constitución, que todos alababan, señaló cinco puntos en relación con el texto que se iba a someter a votación.

-Primero: en un país de mayoría católica “no aparece el nombre de Dios”.

-Segundo: “prescinde de los valores permanentes y de ley natural”.

-Tercero: “no protege debidamente la familia y facilita que venga enseguida la ley del divorcio”.

– Cuarto: “no protege de forma suficiente la vida humana y abre la puerta al aborto”.

– Quinto: “no garantiza debidamente la libertad de enseñanza, que hará depender del criterio del gobierno, que podrá ejercer un control excesivo”.

-En su borrador escribió un sexto punto que luego retiró del escrito definitivo. Sobre este punto decía lo siguiente: “No se aclara la palabra `nacionalidades´. Se puede entender de una manera correcta, que reconoce la unidad de España, en su diversidad; en cambio, va dar pie a que algunos (y “pensaba en bastantes catalanes que él había conocido”) lo van a interpretar en un sentido que quiera romper la unidad de España. Señalaba que se debía explicar bien, antes de la votación, qué se quería decir con la palabra “nacionalidades”, porque si se votaba con la ambigüedad que tiene la palabra, podrían venir después enfrentamientos entre españoles. Y esto – decía D. Marcelo- hay que evitarlo. Finalmente “retiró este punto sexto de la Carta Pastoral, porque pensó que se interpretaría como si él quisiera ir contra Cataluña” y él siempre decía: “No tengo nada contra Cataluña”. Pero comentó entre los que estábamos cerca: “Veréis cómo esta palabra, tan ambigua va a traer cola y disgustos…”. Profecía cumplida.

D. Marcelo con este escrito no iba contra la Constitución, pero quiso que se aclarara lo que la Conferencia Episcopal había señalado – y no había explicado- cuáles eran las “ambigüedades, omisiones y frases inexactas” de la Constitución. Para D. Marcelo si esto no se hacía, muchos fieles se sentirían obligados a votar que NO. D. Marcelo no dijo que NO a la Constitución, sino que “había que aclarar esos aspectos para poder votar afirmativamente en conciencia”.

Créanme que cuando mi NO fue rotundo a la vigente Constitución desconocía absolutamente estas opiniones de nuestro muy querido Don Marcelo. Como también les digo que de haberse conocido no sólo en su tierra (Villanubla de Valladolid), sino por todos aquellos lugares por donde desarrolló su ministerio y en los que dejó huella indeleble, “otro gallo nos cantara y otra gallina nos cacareara”. Como él no les digo que no halla en ella cosas buenas –incluso muy buenas- , pero que desde luego es muy perfectible. Y como lo es, ahora que se habla tanto de reformarla, abogo porque sea en los puntos citados por la sabiduría innegable de don Marcelo. Ya que éstas mis más que modestas palabras se las llevará el viento, háganme caso, por favor los que pueden, al que Dios tiene en su gloria “gozando de las más bellas ymejores praderas”.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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