Por Carlos de Bustamante
( Acuarela de Alesandro Andreuccetti en aandreuccetti. altervista.org) (*)
Por la razón dicha al finalizar (III), o sea porque me da la gana, derecho del que nadie me puede privar, sin necesidad de defenderme, es hora de interrelacionar a Dios con el hombre, la política, valores y moral. Como dejé en suspenso la conversación con mi sobrino, militar de alta graduación y discrepante con mis opiniones al respecto del fondo y la forma del artículo 73 de nuestras RR.OO. ya citado, lo retomo para explicar el porqué de nuestras `amables´ -¡faltaría más!-diferencias.
Le decía cómo con la permisión e incluso fomento de la convivencia con los de la ideología de género o diferente orientación sexual, que como supongo de harto conocimiento de todos ustedes y que huelgan explicaciones, en las Fas, con obligado cumplimiento, podrían darse casos realmente peregrinos. Me decía que “en su Regimiento era mayor el número de lesbianas que de gays, y que unos y otros eran soldados ejemplares”.
Fue entonces cuando de palabra le comenté algo de lo que ahora hago por escrito.
-Si lo inmoral es, según la RAE, sinónimo de inmoral o deshonesto, ¿cómo ser soldados ejemplares los que carentes de moral, podían convertir los cuarteles –su Regimiento en este caso y con perdón por lo dicho- en “revolcadero de monos”? So pena de vigilancia extrema, difícil o imposible caso de promiscuidad. ¿Cómo lo que va en contra de la moral, puede ser a la vez ejemplar…? Herido, y seguro que con razón, por la dureza de mis argumentos, me aseguró que incluso personalmente no perdía ocasión de hablar a sus soldados de moral y su importancia en las Fas.
-Pero, vamos a ver querido sobrino, ¿de qué moral me estás hablando?
-Pues tío Carlos (no me llamó rezongón) de la única que hay y conozco: la moral militar. ¿Cuál va a ser si no?
Distendido e incluso jocoso, le contesté al poco tiempo:
– ¿Y no es ésa, sobrino, la moral del portero del Alcoyano…? Como me puso cara de haba, hube de explicar:
-¡Sí hombre!, la del que encajados once o más goles, aún pedía prórroga al árbitro. Nueva cara de haba; risas un tanto forzadas y enseguida continué serio, pero sin dramatizar.
– ¿Acaso no estás tú bautizado en la Iglesia Católica?-.¡ A ver como todos! La haba cambió de cara, de la suya a la mía. ¿Y nadie te ha explicado nunca cuál es la mejor y verdadera moral para un cristiano como por bautizado eres tú? La haba debió de volverse loca con tantos cambios de rostro.
-Yo …, bueno de pequeño cuando hice la Primera Comunión… , titubeó. Por poco tiempo, porque enseguida: -Pero eso, tío, ya está superado. Esa moral es cosa de otros tiempos; ahora ya no se lleva, afirmó con aplomo.
Y Dios, le dije, también es cosa de otros tiempos…? Recordó… y también la sonrisa que se le había esfumado.
-¿No fue Dios el que preguntó a la mujer que iban a apedrear por sorprendida en adulterio: “¿Nadie te ha condenado? ¿Y no le dijo, si mal no recuerdo, “tampoco yo te condeno…?” ¿Entonces…?
-¿No se te olvida algo más de lo que le dijo…? Haba totalmente loca.
-¿Recuerdas…?: “ Anda y no peques más”.
-Item digo, sobrino, si el pecado dicen que no existe o que es cosa de otros tiempos, ¿a qué ton, anda y no `peques´ más?
Luego y sosegadamente: -Es que, querido sobrino, la moral a la que tú te refieres y que no es mala, sino necesaria, es una moral con minúsculas. Y a la que yo me refiero, es otra MORAL como Dios manda. La que si se guarda, no pude ser a la vez inmoral o deshonesta. La que nada tiene que ver con la del `género´ y diferente `orientación sexual´ contra natura,” si se practica”. De esa Moral es de la que hay que instruir a la tropa, sin descuidar la otra. La que si es labor fundamental del `Páter´, tampoco nos debe de ser ajena. La que de palabra y con el ejemplo debemos colaborar en la formación, puede que elemental, del soldado. La que llevan, como nosotros, en los genes. Desaparecieron las habas como por encanto y proseguí lo que no resultó ser un rollo macabeo:
-Cuando hoy ha disminuido, g.a D. notablemente el número de analfabetos, aumentan de forma alarmante los que de formación religiosa, “si te he visto no me acuerdo”. Con esa moral y Moral, con toda propiedad sí puedes llamar soldados ejemplares a los que las vivan y practiquen. Pausa.
Perdón, comprensión y ayuda a los que quieran salir del equívoco, e incluso a los que no quieran, por supuesto que todo; pero de hosannnar, sobrino, nada de nada. Aunque se fuera contracorriente, al mal se le llama, con caridad, por su nombre. Y sin falsos respetos humanos, al pecado, pecado. ¿Miedo para hablar de Dios por su nombre…? ¿Por qué…?
Como nos rondaba el mareo `pietista´ finalicé y finalizo: Ésta es sobrinazo, la gran revolución cristiana, que explicó divinamente un santo de nuestros días y que copio y pego: “Convertir el dolor en sufrimiento fecundo; hacer de un mal un bien. Hemos despojado así al diablo de esa arma. Y con ella conquistamos la eternidad”. “¡Dios y audacia!”.
-¡¡Aaaah!!
—
(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
http://c1.staticflickr.com/5/4491/24360484888_8a9b2c9802_b.jpg