Diálogo e historia

Por Carlos de Bustamante

( Patriarca. Escultura de Alonso Berruguete en el Museo Nacional de Escultura, Valladolid) (*)

Parece que toda la humanidad de este Rezongón no tenga otro tema para caer a plomo sobre mis posibles lectores. Se lo decía a mis compañeros de blog que también me soportan: Tenemos que “ahogar el mal con abundancia de bien”. Y éste es el único motivo de tanta insistencia. Nada original puesto que viene escrito en la Sagrada Biblia, que lo es –sagrada- por palabra de Dios. Juego con la ventaja añadida de que, además, es realmente interesante. Aunque no haga falta, me pete refrescar la memoria de algunos…

Para que no se me acuse de plagio –aunque en esto en absoluto me importaría-, no copio y pego. Perdonen, pues, si en algo o en mucho me salgo del “guión” que viene en el Génesis. Hablaba Abrahán –nuestro padre en la fe- con Dios, más o menos de esta manera cuando supo de Sus planes de destruir las ciudades corruptas por el vicio abominable que da nombre a los que cometen semejante ofensa a quienes estos días proclaman sentirse orgullosos en la capital de España, convertida y apoyada por quien no debiera y con nuestro dinero “ciudad del orgullo… gay”.

-Pero Señor, ¿vas a destruir justos por pecadores si hubiera en ellas 45 justos?

-No; si hubiera 45 justos, no las destruiría. Pero no había 45 de los tales.

Insistió Abrahán, casi tan plomo como el Rezongón:

-¿Y si hubiera 40, también las destruirías, Señor?

E idéntica respuesta, porque no había tantos justos (santos) en Sodoma ni en Gomorra.

-¿Y si hubiera 30, 20, 10… Que no; que no los había en esas ciudades del orgullo… gay.

Y ahora un poco de historia… apasionante:

Sodoma y Gomorra estaban situadas muy cerca una de la otra, en una llanura. Próximo a ellas se encontraba un valle, llamado Valle de Sidim, en el que abundaban los pozos de asfalto, cercano al mar Salado (mar Muerto) a muchos metros por debajo del nivel normal de los mares. También próximas a estas ciudades se encontraban Adma, Zoar y Zeboím.

El rey de Sodoma era Bera y el de Gomorra era Birsha. En aquellos tiempos en que Lot se había establecido, habían sostenido una guerra con los reinos de Elam, Sinar, Elazar, y Goim, siendo éstos los vencedores. Lot y su gente fueron hechos prisioneros por los vencedores y llevados a Dan. En este lugar Abraham y sus aliados rescataron a Lot, sus bienes, y su gente.

Dios reveló a Abraham que destruiría Sodoma por medio de fuego y azufre, porque su pecado era muy grave e irreversible, y solo Lot y su familia podrían ser salvados. Abraham intercedió por los justos de la ciudad, y Dios le repuso que no la destruiría si, al menos, encontraba cincuenta justos en la ciudad. Dios, sin embargo, permitió a Abraham interceder hasta que se convenciera de que en Sodoma no había ni diez justos. Como queda dicho anteriormente en el diálogo.

Dos ángeles de Dios entraron en Sodoma a rescatar a Lot, sobrino de Abraham; los ángeles eran de hermosa apariencia y llamaron la atención de los habitantes. Al verlos, Lot los invitó e insistió en que pasaran la noche en su casa. Pero antes de que se acostasen, los sodomitas cercaron la casa y exigieron que les entregase a sus invitados para abusar de ellos.

Lot se negó, y les ofreció a cambio sus dos hijas vírgenes, para que se saciaran con ellas. La turba no aceptó e intentó romper la puerta, pero los dos invitados cegaron a los asaltantes.

«Lot salió de la casa y se dirigió hacia ellos, cerrando la puerta detrás de sí, y les dijo: “Les ruego, hermanos míos, que no cometan semejante maldad. Miren, tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las voy a traer para que ustedes hagan con ellas lo que quieran, pero dejen tranquilos a estos hombres que han confiado en mi hospitalidad.” Pero ellos le respondieron: “¡Quítate de en medio! ¡Eres un forastero y ya quieres actuar como juez! Ahora te trataremos a ti peor que a ellos.” Lo empujaron violentamente y se disponían a romper la puerta».

Después dijeron a Lot que sacara a su familia de la ciudad. Lot avisó a sus yernos, pero estos creyeron que bromeaba, así que Lot marchó solo con su esposa y sus hijas. Los ángeles, antes de retirarse, instruyeron a Lot que pasara lo que pasara no se volviesen a mirar, puesto que quien lo hiciese perecería.

Una vez los ángeles hubieran sacado de Sodoma a la familia, Dios envió una lluvia de fuego y azufre que incineró completamente la ciudad con sus habitantes, así como otras ciudades de la llanura (al menos cuatro de las cinco). Uno de los que acompañaba a Lot en la huida, su mujer, se dio vuelta para mirar, y se convirtió en sal, pereciendo tal como se le había indicado a Lot.

El tío de Lot, Abraham, desde una montaña a lo lejos, vio la columna de humo que se levantó sobre la destruida Sodoma.

Un equipo de arqueólogos dirigido por el profesor Steve Collins, ha desenterrado las ruinas de las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra, que según la Biblia -palabra de Dios- sufrieron una destrucción catastrófica causada por Dios.

Collins y su equipo de la Universidad de Trinity del Suroeste de Nuevo México anunció que después de 10 años de excavaciones y estudio como parte del proyecto de excavación en Tall el-Hammam, descubrieron lo que parece ser el sitio de la ciudad bíblica de Sodoma, de acuerdo con la revista digital de Arqueología Popular.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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