La donna è mobile

Por Javier Pardo de Santayana

( Viñeta de Ricardo publicada en El Mundo el pasado día 16) (*)

No; no voy a hablar de la mujer. Me voy a referir ahora a cuanto ocurre. Y reconozco que siempre ha sido así, que ahí cada uno podría mostrarnos su experiencia personal, mas la realidad es que vivimos un día a día tan inesperado y tan cambiante, tan lleno de sobresaltos y situaciones sorprendentes, que las casualidades empiezan a parecernos ya menos casuales. La impresión apunta a que lo que nos domina es el mal fario, cual si una amenaza bíblica se hubiera desatado en el planeta con la intención de castigar nuestras inconsecuencias. Además la situación que ahora sufrimos está en franco contraste con lo vaticinado; con aquel mundo de vino y rosas que parecía ser la resultante de una paz razonada y razonable que cerraba un lamentable periodo de la Historia. Un mundo que no era fruto de la casualidad, sino el resultado de un esfuerzo que estaba cargado de esperanza.

No es de extrañar, por tanto, que nos sintamos confusos y desorientados, que incluso los ”intelectuales”, o si quieren ustedes, los líderes del pensamiento y de la acción que contemplan las circunstancias de la vida y sienten la responsabilidad de dar ejemplo desde la perspectiva de una visión histórica y de la reflexión, el estudio y la experiencia, se nos muestren absolutamente mudos y se limiten a calificar la situación actual como “de líquida”.

Fíjense ustedes lo que está ocurriendo: mientras la globalización avanza en el planeta surgen las divisiones y tendencias disolventes en una irracional actitud de resistencia a la imparable realidad. Cuando parecíamos haber encontrado la fórmula perfecta para compaginar un potente desarrollo de la economía con una justicia social indispensable; cuando las instituciones internacionales habían conseguido establecer un entramado de relaciones y presencias que favoreciera un equilibrio suficiente para mantener la paz en lo posible; cuando la experiencia del pasado siglo había desacreditado ya el radicalismo; cuando un imparable desarrollo tecnológico permitía la comunicación fluida y democrática sin distinción de clases y conocimientos; cuando ya se había alcanzado aquel desideratum de una información en tiempo real al alcance de cualquier persona, cuando ya se habían conseguido unos avances teóricamente convergentes en el camino hacia la paz y el bienestar…. en vez de aprovechar las enseñanzas de la Historia hemos perdido la razón y el buen sentido: poco nos ha servido la experiencia. La voz de los que piensan y tienen el conocimiento se ha apagado, y se ha aprovechado la democratización para encumbrar a los inútiles y- digámoslo sin más tapujos – a los perversos: aquellos que, descontentos con sus vidas, reaccionan brutalmente contra el prójimo en una artera exhibición de su odio. En cuanto a los avances tecnológicos en comunicación, serían el instrumento más usado para extender su irrefrenable inquina.

Pero todo esto no habría roto las defensas naturales de la sociedad del bienestar si no fuera por la inoculación de un relativismo que se ha ido extendiendo más y más hasta crear un ambiente enrarecido en que el ya nada de lo que nuestra cultura ha respetado siempre sabiamente – como su preferencia por el discurso lógico o por el respeto a los valores del espíritu – merece ser considerado si no es con la intención de eliminarlo.

Así vivimos unos tiempos en los que ante nosotros se acumula toda una serie desorganizada y confusa de noticias que sepultan cualquier chispazo de inteligencia y buen sentido. Época aciaga de verdad en que los hielos polares se derriten; en los que el terrorismo siembra de muerte nuestras calles y persigue con saña a los cristianos; un tiempo en el que un pretendido estado islámico degüella ante las cámaras a quien le viene en gana y un ridículo tirano asiático amenaza con desatar un ataque nuclear sin que se sepa bien por qué, y cuando, para colmo, una desoladora cadena de huracanes recorre las costas del Atlántico mientras la tierra se despierta y cruje. Presos de tal desgracia, aun hemos de soportar que un grupo de revolucionarios independentistas practique trampas de trilero para acabar con una convivencia de más de cinco siglos.

¿Que cómo puede haberse producido un cambio tan brutal en pocos años? ¿Podremos encontrar una razón común a este total desbarajuste que nos abruma como si fuera un chaparrón apocalíptico?

Quizá sea éste el nuevo signo de los tiempos que la complejidad aporta: un despiste generalizado de la Humanidad que induciría el abandono y al olvido de los apoyos que siempre tuvimos, de nuestras convicciones y de nuestras raíces más profundas, del buen sentido de las cosas que, para entender el mundo y las cosas de la vida, nos proporcionaba la fe de nuestros padres

PS: Confieso humildemente que comencé este artículo escribiendo el título, y que al hacerlo pensé en la cambiante situación del Real Madrid, hace menos de un mes considerado por los medios un equipo poco menos que imbatible y con un fondo de armario formidable, y sin embargo hoy susceptible de ser duramente criticado. Dos empates y una derrota en casa después de las victorias y los títulos ganados hace poco bastarían para cambiar el ambiente ciento ochenta grados, puesto que en este caso la dona es efectivamente “mobile” como la situación política. Nos gusta cerrar los ojos ante tantas cosas… Fíjense ustedes que, sea o no casualidad, aquel equipo fulgurante y reforzado por prometedores canteranos se descompuso desde que Cristiano reaccionó iracundo dando sobre la marcha un empellón al árbitro, pese a lo cual nada se le descuenta, que yo sepa, de su sueldo. En efecto, nuestra realidad – o sea “la donna” – es ahora más “mobile” que nunca en todos los campos y sentidos.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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