Los lunes, revista de prensa y red

“El problema económico del ‘Catalexit’ ”, de Juan Velarde, y “Carmena inventa la «querellación» para tapar su corrupción”, de Federico Jiménez Losantos

( Viñeta de Caín en La Razón del pasado día 24 de junio) (*)

EL PROBLEMA ECONÓMICO DEL ‘CATALEXIT’

Artículo de Juan Velarde, presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, publicado en El Economista el pasado día 20 de junio

Cuando concluí la primera clase como catedrático de Estructura Económica Mundial y de España, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Barcelona, recordé que no se entendía la marcha que había tenido la economía española sin recordar esta frase fundamental: «El criteri economic dels catalans, fa molt anys qu’a triomfat»; y esto, no solo en lo que se refiere al proteccionismo, sino por ejemplo, a la política financiera. ¿Cómo no recordar el papel de Cambó en relación con la Ley de Ordenación Bancaria de 1921 para salvar la situación derivada de una quiebra bancaria local que originaba en Barcelona aquello que se expresaba así: «Parecía que se nos había muerto un pariente»?

Pero ese contexto, derivado del modelo económico que puso en marcha Cánovas del Castillo a partir de 1874, y que permaneció, incluso acentuando sus líneas básicas hasta 1956, ha desaparecido. Efectivamente parecía haberse consolidado en mil aspectos ese modelo castizo tras la pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la Micronesia, con el fruto de un desarrollo escasísimo. De 1874 a 1956 el PIB por habitante en moneda homogénea (euros 2010), se multiplicó, en 82 años, por 2’1; y de 1956 a 2016, o sea en los últimos 60 años, se ha multiplicado por 5.

Pero ese nuevo contexto tiene dos bases esenciales. Una es, desde 1985, la incorporación de España a la actual Unión Europea, a lo que se debe añadir que se ha esfumado la peseta, y surge España desde el el inicio de la Eurozona. Se pasa así al ámbito del conjunto de la Eurozona, capitaneada, además, por el Banco Central Europeo. Y prácticamente todo eso, crea otra economía con la aceptación, además, por parte de los ciudadanos españoles de modo masivo, de la Constitución de 1978 que, señala la aceptación plena del modelo de economía libre de mercado con un natural complemento de lo que, desde 1942, se denomina Estado del Bienestar.

Todo ese conjunto de novedades es precisamente lo que se encuentra detrás del fuerte incremento del PIB que se ha señalado, lo cual supone también que España se ha incorporado al conjunto de los países que tienen como fundamento de su desarrollo, el estar al día en la Revolución Industrial. Y eso, lo sabemos con claridad desde que Marshall lo explicó para siempre, se basa en la existencia de distritos industriales, donde se marcha en vanguardia, por supuesto en tecnología, pero también en niveles de renta, por lo cual se atrae población, necesaria porque una oscura ley, iniciada de modo científicamente incorrecto, con los trabajos empíricos de Bertillon, pero que se comprueba de modo continuo, determina que con ese crecimiento de la producción se origina una caída en la natalidad. La expresión de Vandellós, «Catalunya, poble decadent», en eso se basaba y, concretamente el desarrollo industrial de Cataluña exige esa inmigración, al mismo tiempo que una segura salida de sus productos al mercado, el cual, por eso, necesita que sea cada vez más amplio.

Pero he aquí que, como consecuencia de las normas básicas de la Unión Europea, una salida de un miembro, o de parte de un miembro, de esa nueva entidad, significa que, para quien abandona el ámbito de la Unión, pierde la participación previa en el mercado en una magnitud colosal. Y automáticamente, como se ha explicado en esa línea continua de economistas grandiosos, que va de Adam Smith a esa maravilla de trabajo que es el artículo de Allyn Young, Increasing returns and economic progress, publicado en The Economic Journal, en 1928, surge una brusca reducción del mercado. Y para que esto no se origine, tal como están las disposiciones de la Unión Europea, se precisa, sin duda alguna, el visto bueno del Gobierno de España. ¿Y no se adivina cuál será ésta, con la postura actual del Gobierno, del PSOE y Ciudadanos? Y no digamos lo que supondría salir del euro. ¿Una vuelta a la peseta -diminutivo, por cierto, catalán- no hundiría el mundo financiero de la región con todas sus consecuencias?

Debe agregarse algo más. Por supuesto que los planes de Puigdemont se diferencian de los de Claris, Maciá o Companys en que la separación en esos casos no tenía consecuencias económicas especialmente escalofriantes, porque en el siglo XVII o en el XX que siguió a la I Guerra Mundial, el daño era limitado por las propias características de la economía europea. Pero la estructura actual de la economía mundial se quiera o no, velis nolis, hunde hoy a quien quiere vivir solo.

También es necesario que sepamos los españoles que la posible pérdida de Cataluña, además del daño político, cultural y sociológico para el resto de España, también para ésta supone un castigo en la economía. Cataluña se hundiría en lo económico, pero el resto de España experimentaría el castigo de perder parte del mercado peninsular. Un daño mutuo. Cuando se señalizó la defensa del modelo proteccionista e industrializador de Manoilescu pareció tener algún respaldo el intento de Lluis i Vidal, sobre el que publiqué un artículo, después de haber manejado documentos importantes de sus conversaciones con el fascismo italiano para separar a Cataluña de España en la etapa de la II República, con la ayuda de Mussolini, a cambio de estar amparando con especiales adhesiones políticas al Imperio fascista con el que soñaba Mussolini. Por supuesto, si se hubiera logrado algo de esto el daño para Cataluña y el resto de España, hubiera sido colosal. Hubiéramos contemplado la II Guerra Mundial dentro de nuestras fronteras. Todo esto es muy preocupante, porque, en el fondo, estoy de acuerdo con estas palabras del gran economista Ludwig von Mises en su obra colosal La Acción Humana que en el capítulo XXXIX dice: «La economía, se dice, cegada por presupuestos nacionalistas, supone que la parte aspira ante todo, o al menos primordialmente, al bienestar material. Pero esta premisa es inexacta, ya que en la práctica la gente persigue con mayor vehemencia objetivos irracionales que racionales. Con más fuerza atraen al hombre los mitos y los ideales, que el prosaico mejoramiento del nivel de vida». Y ahora vemos que eso es lo que atrae a personas significativas de Cataluña, sean estos obispos de la Tarraconense o rectores de Universidad.

Artículo en: http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/8441474/06/17/El-problema-economico-del-Catalexit.html

CARMENA INVENTA LA «QUERELLACIÓN» PARA TAPAR SU CORRUPCIÓN

Artículo de Federico Jiménez Losantos publicado en Libertad Digital el pasado día 25 de junio

Pero saber si mandan los comunistas es fácil: basta ver si mienten y los demás fingen que es verdad o no se han dado cuenta de que es mentira.

La naturaleza del comunismo tal y como quedó definida por Lenin y se practica en los partidos hechos a su imagen y semejanza, como el de Podemos, no busca sólo mandar sobre la gente sino dominar su voluntad. Eso es el Poder para el comunismo. Sólo así puede nacer el Hombre Nuevo, negando el Viejo que era antes o que siempre lleva dentro. Lo que impone el comunismo no es sólo que se acate su Poder, sino que se acepte como legítima su dictadura, que su víctima se identifique con las razones del verdugo para convertirla, a ella o a cualquier otra, en lo que es: víctima. Sólo así deja de serlo: asumiendo que lo será para siempre. Y ya no sufrirá.

Es lo que hacían los acusados en los juicios de Moscú de los que se cumplen ahora 80 años: aceptar los delitos más disparatados, crímenes que, por razones de edad, de lugar o de tiempo, no pudieron cometer, contactos con embajadas que nunca visitaron, en idiomas que nunca supieron, junto a personas de los que nunca oyeron hablar. Daba igual. Llegado el juicio, y tras ser insultados minuciosamente por el fiscal Vichinsky, confesaban lo que (a cambio de no matar a sus familias) habían ensayado la víspera, para que ‘el idiota internacional’, o sea, los periodistas occidentales que daban noticia de los procesos, los encontraran legales y con plenas garantías para los acusados y arrepentidos, alelados y pronto fusilados, pero beneficiarios de la Justicia de la Unión Soviética. Porque al fusilarlos, confesaban, la Revolución no sólo hacía Justicia, sino que a ellos les hacía un gran favor.

Para el triunfo de la mentira en aquellas burdas noticias que sobre los Procesos de Moscú servían los esbirros periodísticos de Stalin, lo esencial era la aceptación de la mentira, o lo que es lo mismo, la indiferencia por la verdad. Orwell nunca exageró: la verdad del comunismo es la mentira. «La primera de las fuerzas que mueven el mundo es la mentira», dice Revel en El conocimiento inútil, y es verdad. El Poder es absoluto cuando sus víctimas proclaman la mentira pese a lo que ven y a lo que les conviene.

Ese dominio del interior y no del exterior de la persona es lo que desde el principio de su tiranía, hace ahora cien años, caracterizó al Poder soviético y lo que denunciaron sin ningún éxito liberales y socialistas rusos. Era demasiado increíble para ser cierto. O demasiado incómodo. Era mejor pensar que exageraban, aunque fuera un poco, los que padecían a Lenin y a sus esbirros de la Cheka, el verdadero Partido Bolchevique, que convirtió la Santa Rusia en Meca del ateísmo, en un tipo de ‘religión práctica’ que, como dijo Bertrand Russell antes de pasarse a Moscú, se parecía mucho al Islam.

Podemos ya manda: se aceptan sus mentiras

Antes de caer en desgracia, Iñigo Errejón, el Trotskito de Pablenín, dijo que «ya tenían el Poder cultural» y les faltaba tomar el poder político. No es fácil discernir quién manda en la cultura, sobre todo cuando se trata de redomados ignorantes, analfabetos funcionales o sectarios analfabetos, como es el caso de la horda podemita. Pero saber si mandan los comunistas es fácil: basta ver si mienten y los demás fingen que es verdad o no se han dado cuenta de que es mentira. Y eso es justamente lo que está pasando. Pablenín y su Pablenina enhebran un montón de trolas, aderezadas con injurias y trufadas de datos falsos. Si los demás diputados se callan, se ríen o quitan importancia a las atrocidades que contra ellos vierte el cabecilla de la fuerza totalitaria más numerosa que se haya sentado nunca en las Cortes, es evidente que, por incomparecencia del adversario, ellos están ganando.

No hay mejor pasarela política ni termómetro más sensible que el de Madrid. Y el Ayuntamiento de Carmena va consiguiendo que se vayan resignando todos, de los concejales de la Oposición a la mayoría de los ciudadanos, hartos de quejarse en vano o de hablar con el Muro de Berlín. ¿Resignarse a qué? A la mentira. Nunca, en gobierno alguno, sea nacional, regional o municipal, ha habido tal cantidad de mentirosos, tan burdos, tan descarados y tan absolutamente impunes. Del Zapata a Rita Maestre, del ‘Sobrinísimo’ al ‘Guillotinador’, de la Mayer al Sánchez Mato, o ‘Analfamato’, no hay delito que no se sustancie en trola ni embuste que no camufle delito.

Tenía una trolita muy bonita en Canadá

Pero la alcaldesa Carmena, la Abuelita Lobo, ha batido esta semana todas las marcas de mendacidad podemita, algunas reputadas inalcanzables. Al principio, aprovechó que estaba alzando nieves en Canadá y sugirió a través de la Mano de la Reina, o sea del ‘Sobrinísimo’, que no tragaría las ruedas de molino servidas por la ‘Papisa Pitita’ diciendo que, pese al Código Ético de Podemos, no dimitirían los concejales Mayer y Sánchez Mato, que con Varela (expulsada de Madrid Destino) han sido imputados por delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación y delito societario; por denunciar, contra el criterio de los técnicos municipales y a espaldas de Carmena, al Open de Tenis de Madrid, dando, sin concurso 100.000 euros a dos despachos amigos, para urdir un informe y llevarlo a la Fiscalía.

Pero al final, la cabra tira al monte, el comunista a la trola y, como bien predijo Martínez Almeida, esta anciana, que por su delicadísima salud debe viajar en Bussiness, está dispuesta a inmolarse por nosotros en las próximas elecciones, así que se envainó el mohín, renegó de sus dos ceses previos (Varela y Mayer), fingió que eran obleas las ruedas de ‘Pitita’, se olvidó de su queja tras saber que Mato y Mayer habían actuado a sus espaldas, y llegó a la prueba de la ignominia, que en el comunismo fetén es la del algodón: proclamar la mentira que más puede perjudicarla.

Y así lo hizo: esgrimió su condición de antigua jueza para inventar una figura jurídica que no existe en la legislación española, la ‘querellación’, derogando las que hay para los dos tipos presuntamente delictivos: «testigo e investigado» o «imputado», que así se llamaba hasta hace poco al «investigado».

Mato y Mayer, dijo «no son imputados sino querellados, ¿por qué van a tener que dimitir si no hay nada contra ellos? No hay nada contra ellos, así de simple».

Así de falso. «La providencia» esgrimida por la desvergonzada ‘edila’ tendría que ser la Divina Providencia, e incluso así, Mato, Mayer y Valera seguirían estando imputados -o investigados, nunca querellados-, por tres delitos: malversación de fondos, prevaricación y delito societario. Pero la apoteosis de la corrupción de la Verdad, de la Justicia y del más elemental decoro político llegó cuando en el escenario del Teatro Español declamó:

«Un político que es formalmente acusado de un delito de corrupción debe poner su cargo a disposición de los demás» (aquí, calderón: peeero…) «no tiene lógica hablar de dimisiones» (¿Qué nooo?) «No es el caso con el delito de prevaricación, que no es nada más que dictar una resolución que no es conforme a derecho, no tiene nada que ver con la corrupción».

Prevarigalupando y/o prevaricarmenando

Hete aquí que, aunque de avanzada edad, nos ha nacido una ‘bacigalupa’. La prevaricación no es un error técnico, una aplicación discutible de la Ley . Es el peor de los delitos que puede cometer un funcionario público, sobre todo si es juez: «dictar una sentencia injusta a sabiendas». El mentirón de la alcaldesa ilustra lo que habrá hecho tantos años al dictar sus sentencias: lo que le ha dado la real gana, ajustando a sus ganas el Derecho.

Pero es que además omite el delito más grave, el indiscutible, al que, por oponerse repetidamente los técnicos del ayuntamiento, recurrieron Mato y Mayer: coger 100.000 euros, favorecer dos despachos privados, léase terceros (cuarto delito que omitió el juez y supongo recurrirá el fiscal) uno de ellos con motivos de animadversión personal a Gallardón, y que les hicieron el informe ad hoc que Mato & Mayer presentaron a la Fiscalía, por su cuenta y riesgo, que era el de la destitución por no decírselo a nadie.

Y aprovechando de forma repugnante su condición de antigua jueza para asustar a los periodistas jóvenes, la Camarada Carmena, Comisaria del Soviet de la Trola, culminó así la faena de engañabobos para requetenecios:

«Cuando los magistrados escriben una providencia dicen lo que dicen aunque se quiera ver lo que no hay; no hay imputación ninguna, punto».

O Carmena está ciega o deben imputarla por prevaricación, punto y coma. Debemos rebelarnos contra la tiranía de estos mentirosos redomados, punto y seguido. Es preciso echar a los comunistas de la política, antes de que los comunistas echen de la política a todos los ciudadanos. Punto final.

Artículo en: http://www.libertaddigital.com/opinion/federico-jimenez-losantos/carmena-inventa-la-querellacion-para-tapar-su-corrupcion-82574/


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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