25 años D.O. “Cigales”. 12. Palazuelos, el origen del vino en la comarca. II

Por José María Arévalo

( El Monasterio de Nª Sª de Palazuelos en 1950) (*)

Concluimos el artículo, “EI monasterio de Santa María de Palazuelos y el origen del vino en la comarca de Cigales” que han escrito Arturo Balado Pachón y Ana Belén Martínez Carcía, que iniciamos en post anterior, y que está incluido en el segundo capítulo del libro conmemorativo “La comarca vitivinícola de Cigales: viñedos, bodegas y vinos. 25 años de la D.O. Cigales” que venimos reseñando, capítulo que se titula “La comarca vitivinícola de Cigales a lo largo de la historia”.

«Pero por mucho que Palazuelos consumiera, la producción del monasterio excedía a sus necesidades. Desde el principio de su existencia adquirió viñas, por donaciones o compra, en Cozón y Muedra (A.H.N. Clero. Palazuelos. Carpeta 3.439, n° 5), San Martín de Valvení (A.H.N. Clero. Palazuelos. Carpeta 3439, n° 4) -cuando el monasterio estaba aún en San Andrés- y más tarde, ya en Palazuelos a partir del siglo XII, en Trigueros y Cubillas de Santa Marta (A.H.N. Clero. Palazuelos. Legajo 7628: 1-25), Cabezón (A.H.N. Clero. Palazuelos. Carpeta 3431, n°15) o Cigales (A.H.N. Clero. Palazuelos. Legajo 7626: 123138). La política del monasterio fue la de intentar concentrar sus posesiones de viñas mediante permutas o compras para optimizar los trabajos en los terrenos más cercanos a su sede central. Así Palazuelos acabará vendiendo en 1444 a Pedro Acuña, señor de Dueñas, algunas de sus posesiones más alejadas (Martínez, 1991)

Los monjes, lógicamente tenían sus propias bodegas y elaboraban su vino, tanto en el propio monasterio como en algunas de las granjas que poseían, pero las existencias eran centralizadas en Palazuelos. Lo almacenaban en cubas de gran tamaño de 4 a 14 moyos (1 moyo = 16 cántaras = 258 litros) y después en barriles era transportado a los monasterios urbanos de Valladolid, que no producían vino (Díez, 1982). En la ciudad podían entrar sin pagar impuestos, merced a una exención de tributos que realizó Alfonso VIII en 1205 a favor del monasterio, para introducir sus mercancías en varias casas que Palazuelos poseía en Valladolid (R.A. H. Colección Salazar y Castro, 0-8, hoja 139 v y 140) y que eran utilizadas como almacenes para la venta en la capital de sus excedentes. Estas casas, estaban situadas en la Calle de los Herreros, en el Burgo del Mercado, surgido a extramuros de la primera cerca, junto a la zona en la que se realizaba el mercado de la ciudad, actual Plaza Mayor.

( Sepulcros de finales del siglo XIII del linaje de los Téllez de Meneses conservados en Palazuelos. Fuente: Fotografía propia de los autores) (*)

En un principio los monjes no podían vender vino al por menor, pero el Capítulo de la Orden de 1182 permitía las ventas, si se hacían a través de un intermediario laico que tendría instalado su comercio fuera de los recintos monásticos. En el siglo XIII, se levantaron la mayoría de esas restricciones, aunque, hacia el año 1270, las mujeres estaban todavía excluidas de los comercios de vino monacales, y seguía prohibido para las abadías abrir tabernas en sus propiedades urbanas.

El impulso dado por los monasterios, convirtió a la comarca de Cigales en un importante núcleo viticultor. En la Baja Edad Media el desarrollo de las ciudades del entorno (Valladolid y Palencia), generalizó su producción para el abastecimiento de estas urbes. Ya en el siglo XIII se conoce la compra para la corte vallisoletana de Sancho IV de más de 200 cántaras de vino de Cigales (Martínez, 1991) y las
Ordenanzas de 1423, sobre la extensión de la jurisdicción de Valladolid, señalan que los que cultivaban viñas en Fuensaldaña, Cigales y Mucientes, podían introducir sus vinos en las bodegas de Valladolid.

Esta expansión del vino en la comarca, que los propios monjes habían propiciado, acabó repercutiendo en su economía, ya que con el paso de los siglos y ante el aumento de la competencia, parece que Palazuelos acaba centrando la producción en la necesaria para su propio consumo.

Así vemos en las cuentas monásticas como a partir del siglo XVII, el porcentaje de vino que se vende es muy bajo. Por ejemplo en el trienio de 1647 a 1649, de las 1.400 cántaras que produjo (22.400 1), tan solo vendió 344 (5.504 1), según las siguientes cuentas conservadas (Tabla l).

( Tabla 1. Cuentas de producción, venta y consumo de vino en Palazuelos, trienio 1647-1649. Fuente: Herrero, 2011: 2) (*)

Porcentajes muy parecidos de producción y venta, se rastrean durante los siglos XVII, XVIII Y XIX.

Un aspecto que destaca en la comarca de Cigales, es la existencia de bodegas subterráneas construidas en barrios anejos a las poblaciones, algo que no pasó desapercibido en los relatos de los viajeros europeos de los siglos XVIII y XIX. (Fernández e Isla, 2012). Sin embargo en Palazuelos, por la propia constitución del terreno en el que se asienta, sobre una terraza del Pisuerga, no fue posible la construcción de una de estas bodegas tradicionales. Los monjes tuvieron serios problemas para conservar el vino y buena parte del mismo se perdía todos los años

En 1744 barajaron la posibilidad de excavar una bodega en sus terrenos, pero comprobaron que estos no eran apropiados, por lo que decidieron construir una, excavando un sótano con arquerías de ladrillo, en el lugar que antes ocupaban las caballerizas, según relata el libro de cuentas del monasterio:

“Hicieronse varias diligencias para ver, si en el termino de este Collegio se podia hacer vna cueba pa conservar el vino, a causa de perderse todos los anos; pero no se pudo hallar sitio a proposito por ser todo cascajo; en estas diligencias se gastaron cien reales; auiendo visto que no se podia conseguir el fin, por causa del terreno, se determino con consejo de hombres peritos hacerse en el sitio que oi se halla, y que antes era Caballeriza; profundizando mas el suelo, tapiando con cal, y canto todas las pesebreras, y haciendo vna bobeda de ladrillo, y hiesso con sus arcos de lo mismo, cargando dha bobeda con tierra; lo que costo alzadamente tres mil trescientos reales, que juntos con los cien reales hacen tres mili y cuatrocientos reales” (Herrero, 2012: 913).

La finalidad de estas construcciones subterráneas es mantener los vinos a temperaturas bajas y estables con vistas a prolongar su conservación. Por ello los monjes dotaron a esta nueva bodega de diversos elementos para favorecer estos aspectos, y lo dejaron reflejado en el libro de cuentas del año 1744:

“Hizose por la parte del oriente vn escamado, o chaflan juntamente vna zarzera, para defensa del calor,. e introducion del aire cierzo para la conseruacion del vino. tubo de coste, con piedra, cal, ladrillo, y hiesso cuatrocientos, y cincuenta reales (…) Para mas defensa del calor,. se hizo vna tapia doble desde la puerta de la bodega, hasta la puerta de la cabafferiza de las mulas de passo. tubo de coste, de adobes, hieso, y manos ciento y sesenta reales! (Herrero, 2012: 913).

En 1835 los monjes de Palazuelos, como tantos otros, hubieron de abandonar definitivamente el monasterio, en virtud de las leyes de exclaustración. Cuando en 1837 se expropia a Palazuelos sus tierras, le son desamortizadas 21 hectáreas de viñedo (Herrero, 2012b), que siendo una cifra importante, seguramente no podría compararse con las extensiones de viñedo que poseería durante la Edad Media (Díez 1982), pero que nos da una muestra de la importancia que el vino seguía teniendo hasta el final de la vida monacal.

Cuando los monjes hubieron de abandonar sus celdas, hacía ya siglos que la cultura del vino había arraigado en la comarca. De la mano de los pequeños productores locales, que en todas las localidades de la Denominación de Origen Cigales, producían vinos de calidad, continuó la herencia que los cistercienses habían iniciado siglos atrás.»


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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