25 años D.O. “Cigales”. 11. A lo largo de la historia. II. Del XVII a hoy

Por José María Arévalo

( Vendimia manual) (*)

La semana pasada veíamos la primera parte del artículo “EI viñedo en las tierras de Cigales. Un paseo por la historia: de los Vacceos a la D.O.”, de Amada Salas Ortega, gerente de la Bodega Remigio de Salas Jalón, de Dueñas (Palencia), con el que se inicia la segunda parte, titulada “La comarca vitivinícola de Cigales a lo largo de la historia”, del libro conmemorativo “La comarca vitivinícola de Cigales: viñedos, bodegas y vinos. 25 años de la D.O. Cigales” que venimos reseñando.

En nuevo apartado, “La importancia del cultivo durante los siglos XVII y XVIII hasta la llegada de la filoxera” el artículo recoge: “Durante los siglos XVII Y XVIII encontramos la datación de la mayoría de las bodegas subterráneas de la zona, así como las ampliaciones de bodegas anteriores a esas fechas. En 1899 la superficie de viñedo en Castilla y León alcanzó su máximo histórico debido a la gran demanda de vino de los países europeos. Según Huetz de Lemps (1967) de 1889 a 1899 la superficie de viñedo pasó de 262.000 a 280.000 hectáreas siendo Valladolid la primera provincia en superficie de viñedo en Castilla y León con 91.000 hectáreas y Palencia la cuarta, después de Zamora y Burgos, con 27.000 hectáreas, la mayor parte de ellas concentradas en la parte sur de la provincia donde las condiciones climáticas permitían el correcto desarrollo vegetativo de la planta.

Los estragos que la filoxera causó hicieron que a principios del siglo XX muchas localidades dedicadas al cultivo de la vid se quedasen despobladas debido ala emigración de muchas familias de viticultores que no pudieron afrontar la situación. Así Julio Senador señala:

«como poblaciones como Dueñas, Fuentecén, Matapozuelos, Cigales, quedaron reducidas a la tercera parte de su vecindario. Los partidos judiciales de Medina del Campo, Valoria, Lerma, Peñafiel, Nava del Rey, Briviesca, Roa, y otros innumerables, lanzaron sobre las ciudades trenes enteros de cultivadores arruinados. No fue una fuga; fue una desbandada. El terror hizo en regiones extensas como la Cuenca del Duero y el Valle del Cerrato, más estragos que la peste del Milán» (Senador, 1920: 105).

SIGLO XX. CREACIÓN DE LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN CIGALES. CAMBIOS EN LOS 25 AÑOS DE LA DENOMINACIÓN

Si algo ha caracterizado al viñedo de la Denominación de Origen de Cigales ha sido el colorido paisaje llegado el otoño producido por la mezcla de variedades de los viñedos viejos. La diversidad de variedades para elaborar el famoso «clarete» hacía que sus viñedos tuviesen un carácter singular. Variedades como la garnacha tinta y gris, la garnacha tintorera, la verdejo, y la albillo de los viñedos viejos suponen hoy en día un atractivo patrimonio vitícola, que, al emplear las técnicas de elaboración actuales, permiten la posibilidad de diferenciación del producto respecto a otros territorios vitívinícolas. Tras la creación de la Denominación de Origen hace ahora 25 años, se plantaron numerosas hectáreas de Tempranillo que han servido, junto con las ya existentes, para poder elaborar interesantísimos vinos tintos gracias a las virtudes de esta zona. Con la aprobación del nuevo reglamento nos encontramos con la incorporación de nuevas variedades como la Sauvignon Blanc, la Syrah, la Merlot, así como la Cabernet Sauvignon (Reglamento de la D. O. Cigales).

Por tanto nos encontramos con el reto de compaginar el respeto y valoración de variedades de viñedos viejos que dan un resultado absolutamente singular con la posibilidad de elaborar vinos con variedades no tan tradicionales pero que pueden interesar a nuevos mercados. El mapa vitícola también ha cambiado, no sólo en cuanto a las nuevas variedades admitidas, sino que también ha sufrido una importante reestructuración vitícola al pasar de una conducción en vaso a una conducción en espaldera, así como la incorporación del riego en cultivos que tradicionalmente eran de secano. También estos cambios se han visto afectados en el marco de plantación, de la cuadrícula típica de los viñedos en vaso que iban desde el l,5 m x 1,5 m y 2 m x 2 m, al sistema de calle ancha de 3 metros o más para que puedan pasar los tractores agrícolas a hacer labores como arar o tratar con productos fitosanitarios. Todos estos cambios se han visto motivados por la necesidad de tener un cultivo más rentable, lo que ha supuesto incrementos en producción. Por otra parte, las posibilidades de mecanización como la prepoda, pero sobre todo la sustitución de la vendimia manual por la vendimia mecánica, ha supuesto un aliciente importante para el cambio.

CARACTERíSTICAS ESPECIALES DEL TERRITORIO VlTÍCOLA DE LA DENOMINACiÓN DE ORIGEN DE CIGALES

El suelo

( Figura 3. Fotografía correspondiente al típico viñedo en vaso sobre un suelo de cascajo. Fuente: Consejo Regulador de la D. O, Cigales) (*)

La vocación vitivinícola del territorio comprendido dentro de la Denominación de Origen de Cigales es clara al existir unos elementos comunes que los definen de calidad para el cultivo del viñedo. Nos encontramos con suelos que van desde las texturas arenosas a las franco-limosas, pasando por otras más cascajosas (Figura 3), caracterizadas por su ligereza que van desde suelos pobres en materia orgánica a otros más calizos. El límite nos lo encontramos en aquellas zonas donde la caliza activa pueda suponer un problema al originarse clorosis férrica, a pesar de utilizarse los patrones tolerantes con este tipo de suelo, aparece un problema de ausencia de hierro por el exceso de calcio, que se suele incrementar a medida que la planta crece y sus raíces profundizan. Si bien no hay que olvidar que en los suelos calizos con contenidos en caliza total inferiores al 20 % se obtienen maduraciones muy interesantes, sobre todo en elaboraciones de vinos tintos.

El clima

Las temperaturas son extremas, alcanzando temperaturas mínimas de -10°, y medias en Enero de 3°, dando lugar a inviernos fríos. Aunque las temperaturas medias anuales pueden alcanzar de 8 a 12°, predominan las oscilaciones térmicas entre el día y la noche, así como entre el invierno y el verano.

Uno de los mayores riesgos para la vid en la Denominación de Origen de Cigales consiste en la helada de primavera, ya que después de la parada vegetativa del invierno, cuando la vid comienza su actividad a finales de abril y principios de mayo, es frecuente la presencia de heladas, con una sensibilidad de la vid al frío que se sitúa entre -1,1º C para las yemas en estado de punta verde, y de 2,50 para los órganos herbáceos, causando importantes daños a la planta, aunque va a depender y mucho la altitud de la parcela, su orientación, el tipo de suelo y las labores agrícolas realizadas.

La pluviometría en el territorio de la Denominación de Origen de Cigales oscila entre 400 a 600 mm. El hecho de tener escasas precipitaciones desde la primavera hasta la recolección asegura un estado sanitario óptimo de las uvas y una correcta maduración. Si bien, se dan años de acusada sequía, como ocurre en años con una pluviometría por debajo de los 360 mm por lo que la incorporación del riego por goteo en muchos viñedos de la Denominación asegura que la planta no acuse el estrés hídrico y las consecuencias que éste acarrea.

CONCLUSIÓN

El territorio que comprende la Denominación de Origen de Cigales tiene unas características agronómicas más que idóneas para el cultivo de la vid, en gran parte gracias al suelo que es óptimo para el desarrollo de uvas de gran calidad. Si a esto 1e añadimos que el clima nos acompaña la mayor parte de los años para que el fruto tenga un estado sanitario extraordinario, no debemos por tanto dudar que nos encontramos ante una gran zona vitivinícola.

Por otra parte existe un pasado vitícola excepcional que engrandece aún más el prestigio de la zona, por lo que hay que seguir trabajando por su puesta en valor. Los grandes retos a los que se enfrenta esta Denominación de Origen son muchos. Entre los más importantes se encuentra el mantener en la medida de lo posible su identidad. Aunque no cerremos la puerta a las nuevas variedades de uva o a nuevas elaboraciones, el mantenimiento de una identidad clara con la que diferenciarnos es la clave para enfrentarse al futuro.

Teniendo en cuenta que un porcentaje importante del éxito de un buen vino está en su origen, en la materia prima, no debemos descuidar por seguir apostando por una viticultura de calidad. Por otra parte, las dificultades a la hora de mantener los viñedos viejos son cada vez mayores, sobre todo, si no se ve recompensado ese esfuerzo de mantenimiento. Si bien, considero que hay que seguir apostando por ellos como elemento diferenciador y de prestigio de esta Denominación. Entre todos está la responsabilidad de valorar el cultivo y los vinos que resultan de él.”

A continuación el artículo incluye una amplia bibliografía.


(*) Para ver las fotos que ilustran este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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