Semana Santa en Besmayah

Por Javier Pardo de Santayana

( La Virgen de la Victoria, acompañada por los diferentes guiones, en Besmayah, Irak) (*)

Las fotografías muestran la imagen de una Virgen en procesión nocturna. La escena aparece iluminada por una luz rojiza como de fogata, y al fondo vemos como un foco blanco que hace un sugerente contrapunto. Es un momento mágico en que los cofrades marchan uniformados y con un paso firme y rítmico como es costumbre inveterada, pero también con un cierto aire marcial. Nadie diría que no estamos hablando de Sevilla o de Málaga, de Valladolid o de Zamora, sino de un lugar casi desconocido para la inmensa mayoría de los españoles: su nombre es Besmayah, y está ubicado en un rincón de Irak cercano al territorio donde se combate a muerte contra el autodenominado Estado Islámico.

Supongo que ustedes habrán adivinado que quienes portan en hombros a la Virgen son militares españoles destacados en aquella lejana parte del planeta; españoles que añoran el ambiente que vivieron en sus pueblos. Posiblemente pensarán que ahí acabó la historia, ya suficientemente emocionante. Pero quizá no sepan que con su entusiasmo han arrastrado a sus camaradas portugueses y británicos. O que entre esos Jefes de la base que cerrarán la procesión portando los virales desfila el más caracterizado de los norteamericanos.

Se ve que la fe de los militares españoles ha hecho el milagro de conmover a sus compañeros y ha “internacionalizado” la celebración de esta Semana Santa. Para empezar, ya tenemos, como dije, a nuestros vecinos portugueses, que llevan a sus hombros una imagen de la Virgen de Fátima cuya figura avanza custodiada por guardias civiles españoles. Y aún veremos una cruz portada a la manera de los legionarios, es decir, tumbada: la han fabricado en los talleres de la Unidad de Apoyo, con sus manos, los soldados que ahora la alzan con el mayor respeto. Así que poco falta para que la procesión organizada en Irak por los militares españoles pase a ser como un eco de las que en esos mismos días vemos en Sevilla, Málaga, Valladolid, Madrid o Zamora, y en tantas otras ciudades españolas: porque la nuba de los Regulares melillenses añade el acompañamiento de la música.

Estamos presenciando la “Procesión de las Siete Palabras” del contingente de la Coalición Internacional creada para frenar al autodenominado Estado Islámico. La primera Palabra se convertirá en homenaje a un soldado español muerto en septiembre en acto de servicio; otras dos harán patente la internacionalizad del acto al al ser leídas en los idiomas de Shakespeare y Camôes.

( Cruz portada por soldados de la Unidad de Apoyo a la Base) (*)

Pero no es este un hecho aislado, pues, antes de la Vigilia Pascual y de los oficios del Sábado Santo, hubo la misa del Domingo de Ramos, y con las primeras aguas bendecidas se celebró un bautizo, Y presenciamos la Primera Comunión de otros tres militares de nuestro contingente. Pero eso no es todo, porque ya está previsto que, previa autorización del Arzobispo, se confirme en la Fe a más de otros cuarenta militares. Y aún queda por recordar que, en la capilla, el capellán – que algo tendrá que ver con el asunto – concluiría los ritos de Semana Santa con una Misa de Pascua… ¡en horario de mañana y tarde!

Este es, sí, el estilo de un Ejército que no sólo ha destacado por su profesionalidad a la hora de cumplir con su deber. Y que es capaz de hacer cosas como éstas: demostraciones de su espíritu en ambientes sumamente difíciles, incluso hostiles muchas veces; lugares donde existen culturas diferentes y se hablan idiomas imposibles; rincones del mundo en los que el peligro anda rondando. Y de esta forma ha demostrado poseer una categoría moral poco frecuente. Recuerden la ocasión en que nuestros soldados se privaron de sus raciones de campaña para repartirlas entre los necesitados; un simple ejemplo entre otros muchos.

Claro que viendo lo que hemos visto esta Semana Santa en Besmayah ya intuimos cuál es la base de ese espíritu.

NS: Y aún hay quienes exigen – desgraciados catetos ignorantes – la supresión de nuestros capellanes.


(*) Para ver las fotos que ilustran este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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