25 años D.O. “Cigales”. 10. La reestructuración del viñedo. III. La nueva bodega

Por José María Arévalo

( Parcelario de viñedos en Mucientes) (*)

Concluimos con esta tercera parte el artículo de Julio Fernández Portela “La reestructuración del viñedo y las nuevas bodegas en la comarca de la D. O. Cigales: permanencias y transformaciones en el paisaje de la vid y el vino (1988-2016)”, dentro del primer capítulo, “Constitución y evolución de la D. O. Cigales”, del libro conmemorativo “La comarca vitivinícola de Cigales: viñedos, bodegas y vinos. 25 años de la D.O. Cigales” que venimos reseñando.

El profesor Fernández Portela incluye un nuevo apartado que titula “LA BODEGA TRADICIONAL COMO ELEMENTO PATRIMONIAL FRENTE A LAS NUEVAS BODEGAS PRODUCTORAS DE VINO”. Y explica: “Al igual que la superficie cultivada, las bodegas han sufrido una serie de cambios de gran relevancia, tanto en su arquitectura, como en el ámbito económico, social y cultural. Bodegas que van a tener una importante incidencia en el territorio, y que nos ofrecen dos paisajes diferenciados. Dos son los tipos de bodegas que conviven hoy día en esta comarca. Por un lado la bodega tradicional, hoy día puramente ornamental y destinada a la celebración de actos sociales, pues en la mayoría ya no se elabora vino; y por otro lado las nuevas bodegas, de carácter más industrial, que se han ido construyendo desde el nombramiento de la D. O., y que están destinadas a elaborar vino para un mercado más amplio que el que tenían las antiguas instalaciones subterráneas”.

Y a continuación el profesor Fernández Portela inicia un subapartado “La bodega subterránea tradicional”:

“En el conjunto de la comarca se encuentran catalogadas unas 1.200 bodegas tradicionales repartidas entre los doce municipios a excepción de Santovenia de Pisuerga, y también del Pago de El Berrocal, que no poseen ninguna (Junta de Castilla y León, 2007). Una red muy amplia de este tipo de construcciones, algunas del siglo XIII, y que indican la impronta histórica que tuvo el cultivo del viñedo en esta comarca, pues la uva que se recogía tenía que procesarse para convertirse en vino y almacenarse en estas instalaciones. Los municipios con mayor número de bodegas son Cigales con más de 300, seguido de Mucientes y Dueñas con alrededor de 200 cada uno.

Estas bodegas eran subterráneas, se agrupaban en barrios y para su construcción se tenían que tener en cuenta una serie de aspectos (Fernández, 2013). El más importante era la elección de un terreno apropiado que necesitaba:

«…La existencia de un subsuelo adecuado con una capa impermeable, compacta, homogénea y consistente de arcilla, margas o rocas calizas o yesíferas blandas, con un espesor superior a los diez o doce metros para que no existiese una capa freática. Todas estas características de suelo se presentan en casi todas las laderas o cerros pero no en los suelos llanos de terrazas de aluvión, en los que era necesario profundizar hasta encontrar suelos compactos […] Por ello la mayoría de las bodegas están construidas en cuesta, ladera o cerro, siendo una de las características definitorias» (Franco y Luis, 2005:143).

( Viñedos en espaldera en Cubillas de Santa Marta) (*)

Una vez elegido el terreno se comenzaba con su construcción. Nos interesan los elementos exteriores característicos de estos espacios, pues van a ser que los que incidan en el paisaje al ser aquellos que el ojo humano va a percibir. Entre los más representativos se encuentran los catarros, los respiraderos, las zarceras, las chimeneas y las fachadas con sus poyos, generalmente construidos de piedra al ser el material que más abundaba en la zona, aunque en algunas ocasiones también utilizaban el ladrillo. Una serie de elementos característicos que otorgan identidad y singularidad a las lomas en las que se ubican, y que llamaron, y lo siguen haciendo en la actualidad, la atención de los visitantes que recorren sus calles. Ejemplo de ellos son los relatos de los viajeros decimonónicos que recorrieron España, como por ejemplo el francés Gautier, y que respecto a las de Dueñas decía lo siguiente: «cavadas en la roca viva, reciben la ventilación por torrecillas de forma de turbante, que ofrecen un falso aspecto de minarete muy singular» (recogido en Figueroa y Melgar, 1997:246).

El incremento de la superficie de viñedo, la aprobación de los reglamentos de la D. O. Cigales, las exigencias sanitarias, la elaboración de una gama más amplia de tipos de vino, o los nuevos mercados entre otros aspectos, propiciaron la aparición de nuevos y más grandes centros elaboradores de vino en detrimento de las bodegas tradicionales. El trabajo en las galerías laberínticas con empinadas escaleras dificultaba todo el proceso, y era necesario buscar alternativas para mantener esta actividad agroindustrial que generaba riqueza en el territorio y promovía el desarrollo rural.

Las nuevas bodegas elaboradoras de vino

La orientación en la industria vitivinícola que adquirió Cigales tras su nombramiento como D. O. dio lugar a una serie de inversiones con el objetivo de remodelar y modernizar el entramado económico vitivinícola a través de la construcción de grandes bodegas capaces de producir decenas y cientos de miles de litros de rosado y de vinos tintos principalmente.

Estas nuevas bodegas, dispersas por el territorio y cercanas a los ejes de comunicación como la autovía o las carreteras provinciales, han hecho de este territorio un centro vitivinícola importante y un referente del rosado en la región, y poco a poco en el conjunto nacional. Aunque todas cumplen la misma función su tipología arquitectónica ha sido muy diversa alejándose de los grandes diseños vanguardistas realizados por prestigiosos arquitectos en otras D. O. Entre los ejemplos más destacados se encuentran los de la Ribera del Duero. y en concreto Bodegas Protos en Peñafiel diseñada por Richard Rogers y Bodegas Portia en Gumiel de Izán por Norman Foster, o Ysios en La Guardia (D.O.Ca. Rioja) a cargo de Santiago Calatrava.

En la actualidad, 34 son las bodegas inscritas en el Consejo Regulador de la D. O. Cigales. Casi el 65% del total se encuentran en los tres municipios que mayor superficie de viñedo concentran en la denominación de origen, es decir, nueve en Mucientes, siete en Cubillas de Santa Marta y seis en Cigales. El resto se ubican en Corcos del Valle con cinco, cuatro en Fuensaldaña, y una en Trigueros del Valle, Dueñas y Valoria la Buena. Su tipología edificatoria es diversa entre ellas. La mayoría son naves de hormigón, pero presentan diversos revestimientos, unas se encuentran pintadas, otras forradas de piedra, y en otros casos han empleado materiales como el cristal, el mármol, la madera e incluso el adobe otorgando mayor notoriedad a la construcción. Algunas se encuentran rodeadas de sus viñedos siguiendo el modelo de Cháteau francés, con jardines o con aperos antiguos relacionados con la viticultura y que tienen el objetivo de conseguir un entorno más atractivo para las personas que las visiten.

Según los datos manejados, se muestra una clasificación del tamaño de las bodegas en la D. O. Cigales teniendo como principal variable la producción de vino (en litros). El tamaño medio que domina en la comarca es la empresa familiar de pequeño tamaño con el 75% de las bodegas y una producción que se encuentra por debajo de los 250.000 litros, siendo en algunas de ellas inferior a los 50.000 «‘Os. Las bodegas de tamaño medio representarían el 14% del total con una producción comprendida entre los 250.000 y el millón de litros, y finalmente, el 11 % serían bodegas grandes con la elaboración de más de un millón de litros de vino.

Ante las nuevas exigencias sanitarias y el incremento de la cantidad de vino elaborado, las nuevas instalaciones han ido incorporado modernos sistemas de producción y conservación de los caldos adquiriendo la maquinaria adecuada. De esta forma los depósitos de hormigón o las grandes cubas de madera que se encontraban en las bodegas subterráneas han sido sustituidos por grandes depósitos de acero inoxidable y poliéster que permiten controlar de forma más eficaz la temperatura del vino y llevar un control más estricto del producto. Además poseen modernos laboratorios, salas de catas, de reunión, comedores, salas de exposiciones, etc., que permiten realizar nuevas actividades siempre relacionadas con el mundo del vino conocidas como enoturismo, y que han contribuido a diversificar la actividad económica de este medio rural a través de la apertura de hoteles, casas rurales, tiendas, pequeños museos o restaurantes, muchos de ellos a cargo de las propias bodegas.

CONCLUSIÓN

La industria vitivinícola ha sufrido importantes transformaciones económicas, paisajísticas, sociales y culturales en estas últimas tres décadas debido al nombramiento de esta comarca como D. O. Estos cambios acaecidos no se han producido con la misma intensidad por todo el territorio, y se han intensificado en los términos municipales de aquellos que están situados en la margen derecha del río Pisuerga, y en concreto en Cigales, Cubil las de Santa Marta y Mucientes.

Ha generado cambios paisajísticos muy significativos en un espacio agrario tradicional muy característico para esta comarca. Las bodegas subterráneas han sido sustituidas en la elaboración de vino por las grandes naves industriales dispersas por el territorio, las plantaciones de viñedo se hacen en espaldera en lugar del tradicional vaso y con unos marcos de plantación mayores que antes, los majuelos son monovarietales, etc., en definitiva, elementos que han cambiado el territorio y esta actividad agroindustrial.

Además hay que destacar la importancia que la uva y el vino han tenido, y siguen teniendo en la sociedad de estas localidades, en su forma de pensar, de sentir y de vivir un cultivo y un producto que en muchas ocasiones han heredado de sus familiares y que, unas veces han mantenido, y en otros casos han pasado a viticultores y grupos empresariales más grandes. Son la raíz de estos pueblos y de sus moradores, elementos que han formado parte su vida diaria, cuando se paseaba por los barrios de bodegas y se encontraban las puertas abiertas, sus dueños sentados en los pollos con una bota de vino y algo para comer, los murmullos de unos y de otros. Cambios y permanencias que han transformado este paisaje, su forma de mirarlo, de olerlo, de oírlo, y de beberlo, y es que la vid y el vino, son los emblemas más representativos de esta comarca de la D. O. Cigales, que la otorgan unas sellas de identidad propias a otros territorios castcllanoleoneses.”

Finalmente incluye un amplio apartado dedicado a la Bibliografía utilizada.


(*) Para ver las fotos que ilustran este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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