Obra gráfica contemporánea

Por José María Arévalo

( El sueño de Pere Ubu. 1966. Litografía de Joan Miró. 54×75) (*)

Hasta el 16 de abril puede verse “Obra gráfica y múltiple contemporánea. De Picasso a Anish Kapoor”, en la sala municipal de Exposiciones del Museo de la Pasión, que no nos explica de donde procede tan magnífica colección de grabados y escultura pequeña, de los mejores autores de la llamada modernidad, muchos de ellos conocidos de otras exposiciones o por haberse hecho ya famosos, verdaderos iconos del arte moderno. Por ello quizá el mayor interés de esta muestra se centre en los numerosos textos explicativos tanto de la evolución en el siglo pasado de las técnicas gráficas, como de las corrientes artísticas que aprovechan de ella, de forma que nos permite dar un buen repaso a los movimientos creativos del siglo pasado. Por ello hemos incorporado aquí la mayor parte de estos textos.

Así que es esta exposición, podríamos decir, un estupenda continuación de aquellas otras anteriores como la dedicada a la obra gráfica de los impresionistas, en la sala de Las Francesas, en julio de 2015, hacia atrás en la historia, o más atrás en las varias de grabados de Goya o la de Durero de febrero de 2014 en esta misma Sala de La Pasión; y hacia adelante en las de las bienales de Grabado Aguafuerte que se expusieron en el Palacio de Pimentel y en el Teatro Zorrilla el verano pasado.

Creaciones de Picasso, Dalí, Miró, Tàpies, Chagall o Warhol, entre otros, conforman la exposición compuesta por un total de 85 obras de 36 artistas, en su mayoría españoles, que reflexiona de una forma cronológica, sobre la relación actual que hay entre la producción artística y la tecnología. Así los conocidos Eduardo Arroyo, Miquel Barceló, Rafael Canogar, Eduardo Chillida, Antoni Tapies, Luis Feito, Luis Gordillo, José Guerrero, Pablo Palazuelo, Jaume Plensa, Antonio Saura, Richard Serra, Pablo Serrano, José María Sicilia, Manolo Valdés.

El uso de técnicas como el grabado, la litografía, la xilografía, el linóleo, la impresión digital o la fotografía en la exposición tienen en común el uso de representaciones susceptibles de ser reproducidas por medios mecánicos y/o digitales. Entre los artistas españoles destaca la obra de Manolo Valdés, que mediante luces y colores expresa un sentimiento de tactilidad por el tratamiento dado a los materiales. El valenciano está considerado uno de los creadores más importantes del actual panorama artístico nacional y con mayor protección internacional.

( Dans le jardin. 1954. Litografía de Marx Chagall.41×82) (*)

En un primer cartel titulado “La obra gráfica contemporánea: evolución y experimentación” nos explican que la obra gráfica contemporánea parece posicionarse hoy en un terreno separado de su concepción tradicional cambiando de percepción y prioridades y destacando posibilidades poco desarrolladas hasta el momento.

Sus características más marcadas, como lo democrático, múltiple, económico o popular son transformadas y reorganizadas por el artista formando parte de un discurso conceptual en la obra donde las potencialidades son asumidas como instrumentos creativos al servicio del arte.

La importancia de la tecnología en la producción, de forma involuntaria, añade valor a la manufactura de la obra envolviéndola de un aura particular y tan diversa como las diferentes técnicas y usos, y además se incorporan como herramientas ocultas en el proceso gráfico creativo.

En los últimos tiempos, muchos artistas han utilizado la obra gráfica sin prejuicios como base de muchos de sus trabajos. Sus propiedades plásticas, su incitación a la investigación, su capacidad de sorprender, su abanico de posibilidades y soportes o sus fronterasabiertas hacen de la gráfica moderna una disciplina en auge para la creación contemporánea

Más adelante se explican los orígenes del arte contemporáneo en España. El principio del siglo XX en España resultó ser muy prolífico en cuanto a la aparición de grandes artistas. “La lectura de la vanguardia española que proponemos en esta selección de obra gráfica se despliega cronológicamente, poniendo de relieve las trayectorias de estos tres artistas: Picasso, Miró y Dalí como partícipes en distintas manifestaciones vanguardistas. Picasso apareció en la escena artística en la primera década del siglo XX., Miró en la década de 1910 y Dalí a comienzos de los años veinte. La modernidad fueron ellos, les separaba la edad, pero les unían muchas cosas. Picasso fue maestro, pionero, Miró y Dalí le siguieron por los ismos y vanguardias, hasta el más allá, los sueños y el surrealismo. Los tres fueron grandes buscadores de lenguajes nuevos y sus encuentros e influencias cruzadas, a menudo invisibles o inconscientes.


( Les Amoreux Adán y Eva.1979. Lotografía fe Salvador Dalí. 74×54) (*)

Picasso realizó su primera litografía en 1919, como una invitación a la exposición presentó en la galería Rossenberg de París, desde entonces y hasta 1930, utilizó la técnica litográfica para ilustrar algunos libros, catálogos e invitaciones, pero no fue hasta 1945 cuando se interesó realmente por este sistema de estampación.

Comenzó a elaborar estampas sobre piedra a partir de noviembre de 1945 en el taller de Fernand Mouriot,, en la calle Chabrol de París donde el artista se implicó en todas las fases de producción, desde el dibujo sobre la piedra hasta el control de las primeras tiradas. El taller Mouriot, abierto en 1852, fue un lugar que eligieron psra estampar los grandes artistas de la época, entre ellos Matisse, Miró, Chagalll, Braque, Leger, Magritte, e incluso Dalí. En este periodo utilizó todo tipo de planchas (piedra, zinc, papel de report litográfico) y probó numerosas técnicas tradicionales como el lápiz graso, la pluma, la aguada, al tiempo que introdujo nuevos materiales que le llevaron a una primera renovación de las antiguas prácticas del oficio.

Los cambios del lenguaje plástico no llegaron a influir de manera definitiva en la renovación de las técnicas de reproducción gráfica artesanales empleadas hasta el momento, el grabado y la litografía. Sin embargo crearon las bases para la adaptación tecnológica en los años futuros.

Se dedica otro apartado a “El Intercambio Cultural internacional en la época franquista”. “A partir de las represivas normas culturales y artísticas, que se implantan en la España franquista, una serie de creadores se lanzan en un proceso de deslegitimación pictórica en torno a toda una serie de estereotipos culturales españoles.

Entre estos artistas, encontramos el grupo Equipo Crónica, compuesto por Manolo Valdés, Rafael Solves y Juan Antonio Toledo, fundado en Valencia en 1964, que se embarca bajo los condicionantes del realismo social en una batalla por satirizar y ridiculizar aquellos baluartes de la cultura artística española durante los años 60, que eran radicalmente defendidos por el régimen franquista. Realizan parodias culturales que arremeten contra artistas convertidos en mitos, como El Greco, Velázquez, Rivera, Zurbarán y Goya, entre otros.

( Poterie rouge. 1952. Cerámica de Picasso) (*)

Por otro lado, bajo un lenguaje cercano a la neofiguración que se da a partir de finales de los años 50, Antonio Saura arremete en sus “Retratos imaginarios” con violencia creativa contra esos mismos estereotipos, distorsionando formalmente las principales figuras pictóricas, culturales e históricas del país.

Antes de instalarse en Nueva York, entre 1945 y 1949, José Guerrero recorrió una Europa moral y materialmente desolada pero animada por una vitalidad y entusiasmo creativos inesperados. En esa deriva conoció en París a los colores de Matisse, descubrió en Bruselas la espontaneidad de Alechinsky. Esa búsqueda de la luz, tan presente en su obra, presagia una condición persistente de la vida móvil y desarraigada del pintor, que sin ser propiamente un exiliado del franquismo, vivirá el exilio como un hecho artístico, al igual que Lorca, expresando en esta metáfora su compromiso artístico.

Y llegamos al “Pop Art y la serigrafía”. A finales del decenio de los 50 el expresionismo abstracto fue la tendencia principal de la pintura hasta que surgieron el Pop Art y el Minimal Art. Tanto los artistas jóvenes como el público empezaban a estar cansados de este movimiento y lo acusaban de haber llegado a una etapa caracterizada por la falta de sinceridad emocional. El Pop Art apareció simultáneamente durante esos años, en Inglaterra y en Estados Unidos. En contraste con el expresionismo abstracto, el arte pop trató de quitar la conexión emocional entre el artista y la obra de arte y creó obras que tuvieran una interpretación más instantánea y menos intelectual.

( Suite 156. 1971. Aguafuerte de Pablo Ruiz Picasso.50,3×65) (*)

Los artistas del Pop Art desarrollaron diferentes técnicas de trabajo, entre las más importantes se encuentra la serigrafía: un procedimiento de impresión que era utilizado principalmente para hacer reproducciones de arte o anuncios publicitarios. Andy Warhol (EE.UU. 1928) fue el pionero en el proceso de desarrollo de fotografías de gran formato; en sus obras los rasgos expresionistas se eliminaron de manera progresiva hasta reducir su trabajo a una repetición seriada de un elemento popular procedente de la cultura de masa, especialmente a través de la serigrafía. Gran parte de sus obras fueron realizadas mediante ella, convirtiendo los originales serigráficos en una nueva forma de expresión.

La diferencia fundamental de la serigrafía respecto a otras técnicas de estampación es que tanto en las técnicas de grabado en plano como en las de grabado en hueco o en la litografía, la imagen se transfiere por presión, mientras que en la serigrafía se genera a través de una pantalla por filtración. Ello explica la distinta cantidad de tinta depositada sobre el papel en uno y otros procedimientos y permite entender por qué las superficies de color son tan compactas, sólidas y homogéneas en las serigrafías.

La evolución del abstracto en Europa y Estados Unidos: Grupo COBRA y Op-art.

El grupo COBRA se formó en París en 1948 y fue compuesto por artistas provenientes de los Países Bajos y Escandinavia, siendo sus principales representantes: Karel Appel, Asger Jorn y Pierre Corneille, a los cuáles se sumaron: Jean Atlan, Pierre Alechinsky, Constant, Noiret y Dotremont, inventor del nombre del grupo (acronimo de las Ciudades de sus principales representantes COpenhague, BRuselas y Ámsterdam) y redactor de su manifiesto. Estos artistas se marcaron como objetivo aprovechar la libre expresión del inconsciente sin la interferencia ni el control del intelecto y estas premisas hunden sus raíces en el surrealismo, así como en la violencia cromática, el dinamismo y el acento en el proceso. Este interés por el gesto inconsciente también pone al grupo en relación con el «action painting» americano.

Al terminar la guerra la situación en EEUU era muy diferente de la europea; sus ciudades no habían sido devastadas y la vida cultural no se había interrumpido. Además, desde los años treinta, pero sobre todo en la primera mitad de los cuarenta, había sido país de asilo para un buen número de europeos, lo que permitió un conocimiento directo de sus obras y de su pensamiento.

Pero si grande fue la influencia que el conocimiento directo de los vanguardistas tuvo sobre los jóvenes artistas norteamericanos -siendo decisiva la del grupo surrealista- mayor fue la que ejercieron aquellos que se insertaron en la sociedad americana como docentes, entre ellos un nutrido grupo del cuerpo de profesores de la Bauhaus: Walter Gropius, Marcel Breuer (Universidad de Harvard), Mies van der Rohe ( ITT de Chicago), Noholy Nagy (funda en Chicago la Nueva Bauhaus) – que tanta influencia tendría en la aparición del arte óptico y cinético-, y Joseph Albers (Black Mountain College de Carolina del Norte).

La pintura óptica, así como la abstracción «hard edge», tenia profundas raices en la tradición del Bauhaus, y fue la consecuencía del tipo de experimentos continuos con diversos materiales que el Bauhaus alentaba en sus alumnos.

Op-art, abreviatura de «Optical-Art», fue un movimiento pictórico nacido en Estados Unidos en el año 1958, cuyo nombre se empleó por primera vez en 1964 en la revista Times. Esta corriente abstracta se basaba en la composición pictórica de fenómenos puramente ópticos, sensaciones de movimiento en una superficie bidimensional, que engañaban al ojo humano mediante ilusiones ópticas y estructuras de repetición con un orden claro. Máximo componente del Op-Art fue Victor Vasarely, de origen húngaro, nacido en 1908.

La gráfica española de las segundas vanguardias: Entre realismo y abstracción.

Tras la II Guerra Mundial surgen las segundas vanguardias. Empiezan a desarrollarse la sociedad de consumo y el capitalismo, el coleccionismo se dispara y el arte se convierte en un objeto de especulación. A nivel Internacional surgen tendencias en contra de estos aspectos: la ironía y el sentido del humor aparecen en en el arte con movimientos como el Pop, mientras que por otra parte se exaltan los materiales de desperdicio de la sociedad de consumo en el Arte Povera o Nuevo Realismo Francés. El Arte Conceptual o Minimal nace con la voluntad de intelectualizar el arte, de llegar directamente al intelecto del espectador y el Expresionismo abstracto de utilizarlo como medio para exteriorizar los sentimientos del artista. El rasgo común en todos los movimientos que surgen es el deseo de innovación constante y la meta de los artistas es la experiencia novedosa, es la búsqueda de lo nuevo, recurriendo a nuevos materiales, industriales o de desecho.

( Técnica mixta de Jaume Plensa. 2008) (*)

En España a finales de los años 40 surgen las primeras agrupaciones contra el arte academicista oficializado por el Estado.

A pesar de esta efímera existencia, iniciativas tales como las del grupo barcelonés Dau al Set creado en 1948 por el poeta Joan Bossa, el filósofo Aranu Puig y los pintores Joan Ponç o Antoni Tapies entre otros están consideradas como unos de los primeros referentes de la vanguardia artística interior posterior a la posguerra española. Con sólidas estrategias de actuación, a través de exposiciones itinerantes , publicaciones o intercambios culturales, consiguieron introducir a la sociedad, a los galeristas, coleccionistas y editores en el gusto por la estética surrealista y el arte abstracto en general.

En paralelo, hasta mediados de la década de los sesenta- aparece una etapa que viene a condensar el nacimiento de una gran cantidad de agrupaciones artísticas, divididas a su vez. em dos movimientos diferentes: el abstracto y el realista. Dos visiones estéticas e ideologías muy diferentes pero que confluían hacia el mismo objetivo: el de llevar a cabo una contienda contra la desinformación y del aislamiento del país durante la época franquista.

Una visión poética del arte español en los años ochenta y noventa.

Abordar la posmodernidad es una tarea particularmente compleja, dada su peculiar naturaleza y empezando con el carácter semántico que se le designa; es un término que no parece aludir a nada en específico, siendo una concepción cultural propia de la sociedad de las últimas décadas del siglo XX, que se asocia al culto de la individualidad, a la ausencia de interés por el bienestar común, al desencanto y a la apatía, admitiendo un fracaso de la sociedad.

A diferencia de las generaciones precedentes, que creían en las utopías y en el desarrollo social, los pensadores posmodernos defienden que la posibilidad de progreso solo es individual y este sentimiento se refleja también en las creaciones artísticas. La posmodernidad en España funcionó como un alibí estético y cultural que proponía como modelo la pacífica transición de la dictadura franquista a la monarquía parlamentaria. La Movida madrileña, un movimiento difuso pero de gran repercusión mediática, impuso un esteticismo frívolo, un “españolismo” sin complejos, descarado y provocador, que pretendía igualar desde el punto de vista artístico la ciudad de Madrid a Nueva York.

Desde un punto de vista propiamente plástico y artístico, la época posterior al franquismo se caracterizó por el rescate de las vanguardias anteriores con una visión más individualista. Surgió una profunda heterogeneidad estilística que seguimos compartiendo en la actualidad. La sociedad artística española supo unirse estratégicamente en pro de una renovación cultural sin precedente; consiguiendo con ello aunarse en paralelo a los avances del resto de países.

( Cimera. 2005. Técnica mixta de Rafael Canogar. 29×37) (*)

“Hemos reunido en esta sección a una generación de artistas que florecieron en los noventa, con algunos antecedentes de los ochenta: Jaume Plensa, Miguel Barceló o José María Sicilia. Aunque estos artistas son muy diferentes, todos tienen una idea poética del arte, “con el sentido trágico que existe desde el arte primitivo”. El carácter multidisciplinar de estos creadores tiene implícito un espacio para la innovación, y se valen tanto de todos los procedimientos tradicionales del grabado como de nuevas técnicas experimentales, creando unas obras sorprendentes en las que conviven la tradición y la innovación”.

Las prácticas artísticas y los nuevos modos de producción en el siglo XXI.

El arte actual, desde las últimas décadas del siglo pasado, está en una situación de transformación, tanto en el plano teórico como en el práctico. Como otros aspectos de la sociedad, los criterios por los que se regían las prácticas artísticas han cambiado radicalmente, y entre los factores que han propiciado esta metamorfosis se encuentran seguramente el impacto de las nuevas tecnologías y el exceso de información.

La pluralidad que caracteriza al arte actual a través de la proliferación de lenguajes expresivos y el uso de todo tipo de materiales para la creación, afecta también directamente a los medios de fabricación empleados para la multiplicidad. En la cultura de la época de la globalización se ha liquidado definitivamente la tradicional oposición entre cultura y economía. Los artistas Takashi Murakami (Japón, 1962) y Damien Hirst (UK, 1965) tienen factorías de producción o cuentan con un ingente número de personas elaborando sus obras. En el caso de Hirst, las célebres pinturas de puntos “Spot Paintings” tienen un estudio dedicado a crear solo esta tipología de obras, de las que se han producido cientos o miles y que su marchante Larry Gagosian vende en sus galerías repartidas por todo el mundo. Murakami igualmente trabaja a partir de un holding, Kaikai Kiki Corporation, con sedes en New York y Tokio. Además, a partir de su factoría, distribuye a otros artistas.

Igualmente el arte contemporáneo ha llegado a convertirse en una experiencia subversiva. La obra de Paul McCarthy (EE.UU. 1945) es sarcástica, perturbadora y roza el absurdo: el artista pone en escena situaciones sin límite, sin solución, profundamente perturbadoras que destapan el inconsciente reprimido de los espectadores.


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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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