Historias de mi madre. Romerías

Por Carlos de Bustamante

( La Virgen sin manos de la Dehesa de Peñalba y su restauración) (*)

El artículo que les ofrecí hace unos días, “Salve, Estrella de los Mares”, me ha recordado que aún no he publicado en estas páginas varios de los que reuní, con la idea de publicar un librito, bajo el título “Historias de mi madre”. Algunos han ido saliendo al paso de algunas fiestas de la Virgen, pero han quedado varios que me parece oportuno recuperar para cerrar el ciclo. Vamos con el primero. Y perdonen si alguna historia o anécdota les parece ya leida, que no es imposible haya utilizado más de una en artículos anteriores, sobre todo los muchos sobre la Dehesa de Peñalba, en la que se sitúa éste.

La fama de la nueva parroquia, saltó las fronteras de la Dehesa, hasta la capital y, sucesivamente, a lugares remotos. Durante el mes de mayo, y atraídos por la celebridad de la Virgen sin manos, la afluencia de peregrinos en romería, fue en un “in crescendo” imparable. Y el murmullo del Rosario, era una constante en el caserío. Sin prisa y sin pausa, la capilla se iba completando, sin perder la austeridad, con nuevas luces, candelabros en el altar y Vía Crucis en las paredes laterales.

De romería un grupo de amigos, que recibían formación doctrinal frecuente en un Centro del Opus dei, denominado “El Rincón” en la capital, solicitó la vivienda, vacía menos en verano, para celebrar Ejercicios Espirituales, que denominaban Curso de Retiro. Naturalmente, les fue concedido. En la capilla se celebró entonces la Santa Misa a diario. Don Carlos, el sacerdote del curso y también amigo, me indicó que, ¡lástima!, no se podía reservar el Santísimo, por deficiencias notorias en el interior del Sagrario. Acudí a don José Mª Arévalo (no nuestro foramontano sino el sacerdote del mismo nombre que falleció hace ya algunos años). De entre varios recogidos en el arzobispado, elegimos uno precioso e impecable, que para nada desdecía del retablo. Instalado enseguida con sumo cariño, el Señor en Cuerpo y Alma, presidió desde entonces el caserío de la Dehesa de Peñalba. Pocas veces estuvo solo durante el tiempo que tomó posesión de Su Casa.

Artesanos-restauradores del Centro “Niara” se comprometieron, a precio moderado, a restaurar las manos de la Virgen. No sin ligero forcejeo, porque, curioso, la carencia de manos inspiraba mayor devoción, accedimos. La Virgen del Carmen anterior, sustituyó por unos días a la preciosa sin manos. Terminada la labor, fui a verla. Una maravilla orante donde el Amor de los artesanos, hizo aún más que sus habilidades. Pertenecientes a la que en breve sería declarada Prelatura de la Iglesia, hicieron con tal labor un verdadero “operatio Dei” (trabajo de Dios). Enamorado también de la Virgen mi amigo Fernando Pérez Pellón, de la acreditada joyería vallisoletana “Ambrosio Pérez”, en breve lució la Imagen orante, una corona preciosa. Romerías, bodas, bautizos, Comuniones, Confirmación, retiros… y Santa Misa, cuando menos los domingos, hicieron que la campana del dulce nombre, volteara con frecuencia. Ángelus, Rosarios a diario y visitas al Santísimo en el Sagrario impecable, hicieron de la nueva Parroquia, una capilla famosa en todo el valle del Duero. Privilegio y bendición para la Dehesa. Desde entonces, tierra de María.

La historia completa de esta Inmaculada y cómo acabó, ya restaurada, en la iglesia de Tudela de Duero, la conté en otro artículo del 19 de abril pasado, “De afectos y sentimientos. IX. La Virgen sin manos”, que se puede ver todavía con el magnífico buscador de este blog.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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