Salve, Estrella de los Mares

Por Carlos de Bustamante

( Imagen de la Inmaculada que estuvo en la capilla de la Dehesa de Peñalba) (*)

Los adolescentes de la Dehesa finalizaron la “escolta” a la nueva barca cargada de mozas. Aunque con intención -la verdad- de zarandeo para terror de las pasajeras y regocijo de ellos, desistieron del divertimiento en atención a la “señá” Jacinta. Mientras todo el personal de ésta y sucesivas barcadas se dirigía a la Iglesia, los hermanos adolescentes arrancaron ramas de alijunjeras (¿) de la orilla y adornaron la barca con los arcos del triunfo. Luego, vestidos con decencia al menos, corrieron a la Iglesia donde don Ramón daba la mayor solemnidad a la celebración religiosa por el feliz resultado de la botadura. Ceremonia sencilla, para gentes sencillas con la nobleza castellana, que es su mayor grandeza por la humildad.

Llegaron cuando don Ramón explicaba a “sus muy queridos feligreses peñalberos” la historia de Nª Sª de la Esperanza, que dijo estar situada en el Santuario que lleva su nombre en Calasparra, antigua villa árabe y luego cristiana de la que Ella es Patrona, querida y venerada. ¡Benditas. dijo, estas tierras de María! Creado el ambiente propicio con la sustitución del río Segura murciano por el Duero castellano, entonó la Salve popular en acción de gracias. Terminada la ceremonia con la emoción muy adentro de la bendita sencillez de la que hoy -sabiondos- tantos carecemos, el cortejo, encabezado por don Ramón, se dirigió “agudo” al embarcadero.

La sorpresa por la Esperanza -barca- engalanada, nuevamente hizo vibrar la nobleza de los de por sí sobradamente nobles. Los adolescentes, también emocionados, por qué no decirlo, y descendientes de numerosas generaciones de grandes marinos de nuestra Armada, creyeron llegado el momento oportuno para cantar (como ellos bien sabían) la Salve Marinera aprendida desde niños:

Salve/estrella de los mares/de los mares iris/de eterna ventura. Salve/¡oh fénix de hermosura!/madre del divino amor. De tu pueblo a los pesares/tu clemencia de consuelo/Fervoroso llegue al cielo/hasta a ti/ hasta ti nuestro clamor/
Salve/salve/ estrella de los mares/salve estrella de los mares/si, fervoroso llegue al cielo/hasta ti hasta ti/nuestro clamor.
Salve salve/Estrella de los mares/Estrella de los mares/salve/;salve/,salve salve. Salve/Estrella de los mares/de los mares iris/de eterna ventura.
Salve/¡oh fénix de hermosura!/madre del divino amor. De tu pueblo a los pesares/tu clemencia de consuelo/.Fervoroso llegue al cielo/hasta a ti hasta ti/nuestro clamor.
Salve/salve/ Estrella de los mares/salve Estrella de los mares/si, fervoroso llegue al cielo/hasta ti hasta ti/nuestro clamor.
Salve salve/Estrella de los mares/Estrella de los mares/
salve/;salve/,salve salve.

Cuando el eco ¡Salve! se repetía insistente en las Derroñadas, el grito, sencillo y fervoroso de un sencillo castellano del pueblo, gritó fuerte:

¡¡Viva la Virgeeeen…!! La respuesta atronadora hizo que hasta se agitasen las hojas verde y plata de los álamos (pópulus albis) de la ribera en la Dehesa.

Para remate de la “fiesta”, el más pequeño de los “chicos de la Dehesa” salió corriendo del grupo abigarrado de peñalberos de ambas orillas. Atravesó en un verbo a nado el río y en un tiempo increíblemente corto también, esperaba en el otro embarcadero con la imagen de la Virgen del Carmen tomada de la capilla, patrona de los marineros e igualmente de la Dehesa.

Finalizado con bien el trasvase de marineros de agua dulce, con don Ramón a la cabeza, se organizó la procesión. Enamorado de la Virgen del Carmen, cantamos y cantamos… con el baile de la jota por delante:

“A la Virgen del Carmen quiero y adoro/porque saca a las almas del purgatorio/ porque saca las aaalmaaas del purgatorio….

¡Viva María viva el Carmelo!/ ¡viva el Escapulario, preeendaaa del Cielo!/ ¡Viva el Eeescapulariooo, preeenda del cielo”.

No pudo faltar, y no faltó, el ágape improvisado. De la unción y devoción se pasó a la exaltación cuasi incontrolada. Cuando el señor Santiago el “Marranero” gritó como un trueno: ¡¡¡Viva la madre que te parió!!!, don Ramón tuvo a bien dar por finalizado el festejo.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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