Los lunes, revista de prensa y red

“Las diferencias de Rivera con Rajoy y Sánchez”, de Joaquín Vila, y “2 de octubre: ¿Día de la Independencia de Europa?”, de Pedro Fernández Barbadillo

( Viñeta de Miki y Duarte en Diario de Sevilla el pasado día 27 de julio)(*)

LAS DIFERENCIAS DE RIVERA CON RAJOY Y SÁNCHEZ

Artículo de Joaquín Vila publicado en El Imparcial el pasado día 16

Albert Rivera, con solo 32 escaños, se está moviendo más que nadie para desatascar el colapso político. Ya con los 40 diputados que obtuvo el 20D se erigió en protagonista, pese a firmar aquel ridículo documento del que ya nadie se acuerda. Pero salta a la vista las diferencias entre el acuerdo con Sánchez y el irritante documento de pacto que le ha endosado a Rajoy. Los que van de centristas son así. Se llevan mejor con la izquierda para disimular que son de derechas. Con Pedro Sánchez, Albert Rivera se inventó un documento para el “pacto de legislatura” que a nada comprometía. Era la excusa para la solemne foto del Congreso de los Diputados. Y, sin más, se presentaron a la sesión de investidura, donde con razón y con saña fueron apaleados. Pero, ahora, Rivera quiere que Rajoy hinque la rodilla.

Se la tiene jurada desde que el presidente del PP se choteó sin piedad de él por la investidura fallida con el PSOE. La verdad es que le sacó los colores, le dejó en ridículo y le birló 8 escaños de una tacada.

Tampoco las seis “condiciones” impuestas por Rivera ahora son obra de un genio de la política. La reforma electoral, la lucha contra la corrupción y la independencia de la Justicia forman parte de los programas electorales de todos los partidos.

Y, otras, como la comisión del caso Bárcenas, huelen a mera “vendetta”. Primero, porque ya se sabe que las comisiones del Congreso sirven para poco, tan solo para despellejar al investigado de turno, en este caso el PP. Pero lo más chocante es que a Sánchez no le planteó una comisión sobre los ERE, el mayor escándalo de corrupción política de los últimos años. Otra de centristas.

En realidad, a Albert Rivera le hubiera gustado que gobernara el PSOE, pero le salió el tiro por la culata. Y, ahora, se ha visto obligado a tragarse el veto a Rajoy y de ofrecerle un “sí” condicionado, pues de otro modo y en unas terceras elecciones, Ciudadanos hubiera terminado en el Grupo Mixto.

Hay que aplaudir a Rivera por su dinamismo. Pero no hay que fiarse de él. Porque, en realidad, lo que quiere el líder de Ciudadanos, en el caso de que prospere la investidura, es torturar al PP durante uno o dos años para, al final, romper el pacto de legislatura, echar a Rajoy de la política y erigirse en el líder de la derecha o del centro-derecha o del centro, que viene a ser lo mismo.

El PP no tiene más remedio que tragarse unos cuantos sapos, aceptar las condiciones de Ciudadanos e intentar formar Gobierno. Rajoy ya se ocupará, entonces, de devolverle la moneda a Rivera. Lo primero, le nombrará representante especial del Gobierno para que vaya a Bruselas a explicar a la “troika” lo de la bajada del IVA. A ver si logra convencerles. Quizás así, el líder de Ciudadanos abandone la pubertad política y, de paso, descubra que por allí no hay nadie ni nada en el centro. Unos son de derechas, otros de izquierdas y el resto, desarrapados populistas o neonazis.

Artículo en: http://www.elimparcial.es/noticia/168506/Las-diferencias-de-Rivera-con-Rajoy-y-Sanchez.html

2 DE OCTUBRE: ¿DÍA DE LA INDEPENDENCIA DE EUROPA?

Artículo de Pedro Fernández Barbadillo publicado en Actuall el pasado día 16

La elección de presidente en Austria y el referéndum en Hungría sobre las cuotas de refugiados el mismo día pueden dar la puntilla a un proyecto europeísta cada vez más impopular. Cuando escribo este artículo, la prensa de papel de pago española sigue enfrascada en la investidura de Mariano Rajoy, el nuevo Gobierno y las terceras elecciones generales, así como las elecciones a los parlamentos regionales gallego y vasco. Es decir, en asuntos que aburren a su menguante audiencia. Con menos páginas, menos publicidad, menos ventas y menos redactores, los directores se ‘comen’ verdaderas noticias para dar declaraciones de perfectos don nadies o publicar confidencias de ‘apparátchiks’ de los partidos que exigen el secreto para hablar con los periodistas.

Una de estas noticias que la prensa y los demás medios de comunicación cubrirán de manera espasmódica entre la víspera y dos días después, y con las mismas frases hechas, para luego depositarla en la papelera es la de las dos elecciones que se producirán en Austria y Hungría el domingo 2 de octubre.

Austria repetirá la segunda vueltas de las elecciones presidenciales celebradas el 22 de mayo entre el candidato de la partitocracia (el socialdemócrata, el popular, el verde…) y la prensa nacional y extranjera, el funcionario y ecologista Alexander Van der Bellen, y el candidato del FPOE (Partido de la Libertad; no es culpa mía, se llama así desde 1956) Norbert Hofer. Van der Bellen ganó en el voto por correo, cuyo recuento impugnó el FPOE por numerosas irregularidades. El Tribunal Constitucional dio la razón al FPOE y ordenó la repetición de las elecciones.

Y en Hungría se celebrará un referéndum sobre las cuotas de refugiados por países que aprobaron los Veintiocho por mayoría cualificada. El primer ministro, Viktor Orban, se opuso hace ya un año al discurso buenista sobre la oleada de refugiados que salió de la Turquía de Erdogan y sobre la apertura de fronteras, tal como hizo la canciller alemana Angela Merkel.

Orban fue atacado por todo los personajes de la super-clase mundial, como el plutócrata George Soros y el semanario The Economist, así como los políticos europeos, aunque luego algunos (en Austria, precisamente) aplicaron sus medidas de control de fronteras para enfrentarse al caos.

Ya no se confía en los Gobiernos

La coincidencia de ambas votaciones y el probable resultado en ellas favorable a la elección de Hofer y al rechazo a las cuotas de inmigrantes constituirá otra rebelión de los pueblos europeos contra Bruselas y contra sus partitocracias, a la manera del inesperado triunfo del Brexit en el Reino Unido.

Desde el estallido de la Gran Crisis en 2008, en la que todavía permanecemos, los motivos de enfado se han acumulado entre los ciudadanos: éstos siguen pagando impuestos para mantener el Estado de Bienestar mientras las partitocracias no reducen ni sus privilegios ni sus sistemas clientelares; frente al invierno demográfico, los Estados y sus voceros mediáticos fomentan la inmigración musulmana, asiática y africana, en vez de la natalidad propia; ante el estancamiento económico, las partitocracias fomentan la ideología de género para controlar todavía más a sus poblaciones; se gobierna para minorías gritonas por medio de la estrategia de la ampliación de derechos (que tan bien conocemos en España gracias al PSOE de Zapatero); se desprecia al cristianismo y se promueve el islam…

Un ejemplo de los mundos separados en que viven gobernantes y gobernados fue la reacción en Twitter a la comunicación por la vicepresidenta en funciones Soraya Sáenz de Santamaría de que “se incluyen por primera vez a los refugiados como colectivo prioritario” en el Plan Anual de Empleo. ¿Por encima de los parados españoles de más de 50 años que no encuentran trabajo?

Todo el malestar de las personas, así como el obvio fracaso de estas políticas, son expulsados del debate público por el autopresentado como periodismo serio, el que se expresa en los medios tradicionales, y que ya es íntegramente socialdemócrata. Debido a la corrección política importada de EEUU, editores, políticos, funcionarios y académicos coinciden en que hay asuntos en nuestras sociedades aparentemente democráticas sobre los que no se debe discutir, porque hay un consenso, o sea una verdad oficial, al igual que, por ejemplo, sobre la guerra civil española.

Y al igual que el consenso sobre la guerra civil, el consenso progresista se está resquebrajando golpeado por los martillos pilones de los hechos. En Alemania y Francia la policía y la prensa se han confabulado para ocultar los delitos cometidos por los refugiados a los que la partitocracia sigue dando la bienvenida y por los terroristas islámicos. Pero la mentira oficial, como la difundida por la URSS y otras tiranías comunistas en Europa, se desmorona y con ella la anterior confianza de los pueblos en sus dirigentes. Así se explica el hundimiento de los partidos socialdemócratas y el ascenso de los partidos tachados de populistas.

Las amenazas ya no asustan

A pesar de las amenazas y las súplicas hechas por el presidente de EEUU y el presidente de la Comisión Europea, por el Banco de Inglaterra, por la banca de inversión (la misma que provocó la Gran Crisis), por los partidos tradicionales y por simpáticos multimillonarios, los británicos optaron por el Brexit.

De producirse los resultados que cabe esperar, la clase directora, burocrática y opinativa será incapaz de reconocer que se ha equivocado y que ha sido, de nuevo, censurada por la clase que paga impuestos. Su respuesta, será la habitual: “¡Más Europa!”, aunque los pacientes hayan dicho que no quieren ese potaje.

Para otros, en cambio, el 2 de octubre se convertirá en el Día de la Independencia de Europa. Al menos de los pueblos europeos contra una casta tan ciega como obtusa.

Y el año que viene, elecciones en Francia y Alemania.

Artículo en: http://www.actuall.com/criterio/democracia/2-octubre-dia-la-independencia-europa/


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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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