Arquitectura religiosa olvidada. 118. Villardefrades

Por José María Arévalo

( Panorámica de Villardefrades) (*)

Después de Torrelobatón, dentro del capítulo “Salvadas de la ruina”, vamos a ver lo que ocurrió con la Iglesia Parroquial de San Andrés de Villardefrades, siguiendo el libro “Las ruinas de Dios. Arquitectura religiosa olvidada en la Provincia de Valladolid”, de los arquitectos vallisoletanos Juan José Fernández Martín, Francisco Pedro Roldán Morales, José Ignacio Sánchez Rivera y Jesús Ignacio San José Alonso, que venimos reseñando.

Villardefrades

Iglesia Parroquial de San Andrés

Hasta el XVII tenía Villardefrades dos parroquias, una dedicada a San Pelayo y otra a San Cucufate (o San Cucufat, como dicen en el pueblo). Las dos debían tener pobre fábrica y muchos problemas de conservación que les obligaban a continuos gastos de mantenimiento. Como además el vecindario siempre fue escaso, no había posibilidad de reconstruir ninguno de los dos edificios con la calidad que sería deseable. A mediados del XVIII un hijo del pueblo, Fray Andrés González Cano, es nombrado obispo de Nueva Cáceres, en las Filipinas, enviando desde entonces fondos para atender completamente las necesidades de culto en su pueblo de origen. Para este fin concibe la erección de dos templos: uno destinado a parroquia bajo la advocación de San Andrés, patronímico del obispo, y otro a humilladero.

El primero en el centro del pueblo y el segundo, como corresponde a la arquitectura de humilladeros, en la salida a poniente de la población, camino de Toro y Zamora, cabeza episcopal de Villardefrades. La obra de la parroquia de San Andrés no llegó a término, quedándose donde se la ve hoy, en el arranque de las bóvedas. No así con el humilladero, que hoy alberga a las dos colaciones reunidas bajo el nombre de Parroquia de San Pelayo y San Cucufate, donde se encuentran retablos y esculturas de sus templos originales. La de San Andrés es un proyecto de otro clérigo, el lego benedictino Francisco de Ascondo, de San Benito de Valladolid y fue edificada en la década de 1760. El edificio ha sido estudiado pormenorizadamente ( P. MADOZ, p. 253). Catálogo Monumental, Mota del Marqués, p. 287. Inventario Artístico de Valladolid y provincia, p. 351. J. J. MARTÍN GONZÁLEZ, Arquitectura barroca castellana, p. 171).


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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