El Rezongón. Cambio y progreso

Por Carlos de Bustamante

( Viñeta de Ricardo publicada en El Mundo el pasado día 20 de junio) (*)

¿Sabe usted señor Rezongón que se está usted poniendo un poco pesadito con tanto marear la perdiz escribiendo y escribiendo sobre el mismo tema?, a buen seguro que se estarán preguntando ustedes. ¡Eh, oiga señor Rezongón, pero si nosotros no hemos dicho nada! Ya, pero lo están pensado…, ¿a que sí…?

Bien, pues para ustedes la perra gorda; aunque díganme, si no hablamos los mayores y no tan mayores, de futbol, de la crisis, de medicinas, de nuestros alifafes o de nuestras no muy boyantes pensiones, ¿de qué entonces…? ¿Qué remedio, pues, si no hablar (escribir) del gobierno o de los que pretenden gobernar? De éstos va hoy el rezongamiento: dicen, y se quedan tan “oreados”, que España o su partido- ¡que no es lo mismo, oigan!- necesitan de un nuevo gobierno de cambio y progreso.

Nada que objetar si fuéramos lerdos o una miaja “faltos”. Al no ser así, creo, me pregunto y les pregunto: Cambio, ¿de qué y por qué…? Por partes:

Como en campaña o en precampaña electoral la propuesta quedaba “como muy bien”, analicemos juntos si les pete.

Si en un automóvil – “es un decir”-le suenan las bielas o renquea el motor según circula por pistas, autopistas o simples carreteras, es del menos común de los sentidos decir o pensar que necesita un cambio o recambio.

Como se trata, digámoslo claramente, del gobierno que finaliza la andadura que marca la ley, ¿le suenan – es otro decir- las bielas, o renquea el motor…?

Veamos: cuando el anterior finalizó su “cambio y progreso” (no olvidemos que su lema era similar) la nación de nuestros pecados y amores, quedó – y esto no es un decir, sino la pura y triste realidad- hecha unos verdaderos zorros; las arcas, cajones y todo lugar donde guardar los “cuartos”, pese a asegurarnos que contenían la “intemerata” de fondos saneados, resultó al abrirlos, que de eso… ¡nada monada! Ni aun telarañas. Donde nos “dijon” diez, había tres. Desolados los del recambio, con un plan concebido al detalle –como con tiralíneas-, muchas de sus promesas hubieron de comérselas con patatas. Y el personal, indignado, claro.

¡Pues no tan claro oigan!, porque nosotros pagamos los platos que otros rompieron ¡en mil pedazos! A la letra se cumplió lo que dijera “el profeta”: “A España no la va a conocer, ni la madre que la parió”. Y tanto, como que “después de mí, el diluvio”. Y para fastidiar más la… eso, nos “vinon”- sin reconocerla durante meses, los tiempos de una crisis general galopante. En vista de la gran mentira (que eso fue y de lo más descarada), los planes “tiralineados”, se nos “vinon” abajo. La crisis general, aquí fue temerosa. Y donde se dijo el digo de no subir los impuestos, hubo que decir el diego de subirlos, ¡sin remedio!; y donde se dijo el digo de ni tocar el iva, hubo también que decir el diego de incrementarlo. Bailando en la cuerda “floxa” de la necesidad, el recambio tuvo que soportarla indignación de los sufridores paganos. Cuando planeaba sobre suelo español el tornado del rescate, las impopulares medidas, forzosamente aplicadas por quien en absoluto era culpable, el mismo recambio nos libró de él. Cuando el paro, se hizo sentir al borde de la hambruna (aunque este rezongón no ve con claridad que fuera tanta), comenzó una lenta, pero ¡progresiva! (ésta dicha con toda propiedad) creación de puestos de trabajo, que hizo disminuir la cifra de la herencia recibida.

Con o sin eventualidad, no es insignificante el ritmo de medio millón de menos parados por año de un gobierno con ruido de bielas y motor renqueante…. “sigún diz” la progresía.

Mentada la bicha y dicho algo –no todo- sobre la falsa necesidad de cambio, vayamos con el progreso.

Según la RAE, progreso significa: 1. m. Acción de ir hacia delante.
2. m. Avance, adelanto, perfeccionamiento.

Según los aspirantes a formar gobierno, parece que significa, no lo que dice la ”mater et magistra” de la lengua española, sino lo que ellos dicen: anular, eliminar, las leyes y disposiciones que mejoraron notablemente, aunque no del todo, la temerosa herencia de deudas recibida. O sea, todo lo contrario a lo definido.

Progreso según “ellos” es, o eso parece, aplicar ¡por ley! la unión carnal entre personas del mismo sexo, a la que llaman ¡matrimonio! Progreso según ellos es, o eso parece, destruir templos y monumentos que la fe de sus mayores construyeron no sin sacrificio por sus libres creencias en materia religiosa. Progreso es, según ellos, la ¿democrática? medida de imponer ¡por ley! la educación de los hijos hurtándosela a los padres. Progreso, según ellos, es conceder al estado el libérrimo derecho a la propiedad privada. Progreso, según ellos, es estatalizar la banca, para emplear los dineros privados ganados con el sudor de la frente de cada persona en lo que interesa a la ideología de unos cuantos. Progreso, según ellos, es convertir la célula básica de la sociedad, que es y siempre será la familia en la casa de “tócame roque” o el “cuartel de la tía genara”. Progreso, según ellos, es privar al empresario de iniciativas personales, más o menos acertadas, según la valía de cada cual y manipular desde su poltrona, los hilos del verdadero progreso, que crea puestos de trabajo.

Progreso, según ellos es, en fin, y termino no por falta de argumentos, sino para no aburrir al personal, planificar a hombres y mujeres, para que procreen no según uno de los fines más importantes para el que se unieron en matrimonio, sino según la conveniencia o capricho de los que ocupa n y se benefician del poder. Aberración donde las haya que anula la libertad y dignidad del hombre o la mujer, tratados así como simples objetos de usar y tirar.

Cumplido “mi deber” de rezongar, les dejo –ojalá en paz-hasta el próximo Rezongón, si Dios es servido.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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