Por Carlos de Bustamante
( Llegó el verano. Acuarela de J. M. Arévalo) (*)
Aunque S. S. el Papa Francisco no hablara “ex cátedra”, sí dijo y para el Rezongón le vale como “Roma locuta, causa finita”. Fue en animada charla con los periodistas en el avión que lo trasladaba desde Río de Janeiro a Roma: “Si una persona es gay y con buena voluntad busca sinceramente a Dios, ¿quién soy yo para juzgarla? Heraldo hoy, como lo intento en otras ocasiones de la voz del Papa, queda transcrito textualmente y aceptado tal cual lo expresó. Dejando, pues, esto por sentado, vamos ahora a los hechos de los que, no sin perplejidad suma, rezongo hoy con término de la más enérgica protesta.
Para ello, vuelvo a ser otra vez heraldo de S.S., que en el viaje de Sri Lanka a Filipinas se expresó con singular gracejo ante los periodistas ansiosos de sus palabras: “Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el papa aludió a uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!».
No hace muchos días en la “celebración” del día del “orgullo gay” en Valencia, portaban éstos las imágenes de las Patronas de Valencia (Virgen de los Desamparados) y Barcelona (Nª Sª de Monserrat en actitud que me repugna y no quiero describir. Como ambas y en sus respectivas advocaciones son mi Madre, hago mías (soy su heraldo) las palabras de S.S. el Papa Francisco, sobre la que mi reacción y la de todos y cada uno de “sus hijos”, sería normal. Me enfundo, pues, los guantes de boxeo en la “tinta y cálamo” de las teclas del ordenador y expreso con rotundidad lo que no me es posible ejecutar.
Creo ser consciente de que ante las increíbles pero ciertas flaquezas de quien esto rezonga, no sea el más indicado para este proceder. Permítanme entonces que, al menos y entregados los guantes para subir al ring como hubiera sido mi deseo contra quien insultó con maldad suma a mi Madre, diga ante mi impotencia: `perdónalos, Madre, porque no saben – ¿o sí?- lo que hacen´. Y es, que en este caso, si uno sólo de los “orgullosos” hubiera seguido sinceramente y con buena voluntad a Dios, tendría que haberse opuesto rotundamente a que se ofendiera tan ignominiosamente a s u Madre,¿o no?
Se ve que todos los afectos y sentimientos hacia lo más querido, “es normal” que se revelen una y otra vez; pues si mal no recuerdo, no ha mucho escribí con firmeza: “Respetar sin hosannar”. Y si no me falla la memoria (normal en la de un octogenario), expresé también en otro artículo ¿“Sobre la palabra `género´ en nuestras RR.OO”. Porque, mis amigos, ¡es que hay que roerse ¿eh…?!
Pues bien: ¿Acaso no es de “puñetazo” este insulto? Pues, srs. Y respetados gays, mírenme bien lo que hacen, que si lo profundamente cristiano es poner la otra mejilla si se me ofende, a lo peor no es lo mismo si es mi Madre la ofendida. Y sobre todo esta Madre tan querida.
Cuando en nuestra Patria, no hay pueblo, ciudad, aldea o villorrio sin dedicación a la Madre común, no sean tan insensatos de ofender gravemente a quienes los habitan y tienen a la Madre común por Patrona y protectora.
Y como nuestra Patria, – y esto no admite “comparanza”- es también madre Patria, mírenme también lo que hacen; no sea que lo del puñetazo se convierta en la memoria histórica que tan ladinamente ocultan; si no ustedes, que puede que también, desde luego sus adláteres que le acompañan en las marchas del esperpento. Me perdonarán la expresión, porque es que ¡hay que roerse con sus disfraces!
Por último y para que se entienda mejor lo breve, ¿por qué no tienen en cuenta al menos, cómo se han desagraviado tamañas imágenes blasfemas en Valencia y Barcelona?
Si a veces la blasfemia, insulto grave a la Madre no es sino producto de la incultura, de la mala educación o de “gentes del arroyo” carentes de maldad, esto no. Esto rezuma odio. El que da gravedad extrema a tan reproblable acto; el que no vamos a permitir que se repita. (el Papa Francisco dixit, con puñetazo). No rezongo más, porque me irrito. Y que conste que no pretendo aconsejar; yo… digo nada más.
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(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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