El sonriente muchacho del bigote

Por Javier Pardo de Santayana

( Viñeta de Miki y Duarte en Diario de Sevilla el pasado día 17) (*)

Estamos en plena campaña electoral cuando a la entrada de mi urbanización veo un gran letrero con el lema ”por un nuevo paÍs” y me quedo estupefacto. No entiendo lo que quiere ese señor que también muestra su fotografía. Solo veo que es un hombre joven con bigote como muy contento de que se le haya ocurrido el latiguillo. “La sonrisa de un país” nos dicen.

Será de los de la ESO, digo yo; un producto de lo que el informe Pisa nos recomienda prescindir. Porque creo que lo que ha plasmado en el letrero – él, hombre de un partido especialista en pareados y otras lindezas semejantes – es un deseo de cambio que demuestra que quien lo ha formulado desconoce, ya de entrada, hasta la lengua de Cervantes. Dice este muchacho que propone, o como ahora se dice mucho, apuesta, por hacer algo para construir un país nuevo. Y yo digo que tendrá que explicarnos lo que en realidad desea, pues si no está equivocado mi querido Espasa, el término ”país” es equivalente a “región, comarca o territorio”, y dígame usted como cambia uno un país que ha sido modelado por los movimientos orogénicos a lo largo de millones de siglos; un país que ya tiene definidos sus ríos y montañas, sus costas y sus valles, que está en un lugar concreto del planeta que recordarán ustedes porque se le enseñaron en la escuela: limitando al norte con el Océano Atlántico y con los Pirineos que lo separan de Francia, al este con el mar Mediterráneo… Y aquí me quedo para no alargarme.

Así que a uno se le ocurre que este señor, amigo del alma y camarada ahora de quienes adoptaron un lema que calcaron del presidente Obama – el “yes, we can” que ustedes ya conocen – pudiera querer copiar también las denostadas ansias imperiales de los yankees y añadir un nuevo territorio al nuestro, de forma que aquello de “por un nuevo país” no sea sino la voluntad de anexionarse otro sin especificar cuál por el momento. Ellos que tanto odiaban al imperio norteamericano… Aunque quizá su preocupación se oriente, por alguna una razón desconocida, no ya hacia los problemas que pueda tener España, sino alguna otra nación de las que a ellos gustan, como, por ejemplo, Corea del Norte.

Digo yo que si el lema se refiriera a “hacer” algo concreto en algún sitio, esto consistiría en propiciar un diferente sistema político o una organización diferente del estado, ya que también habrá – pienso yo – que descartar que estén pensando en hacer otra “nación” de una formada por cuarenta y tantos millones de personas con nombres y apellidos que son como son según genética. O que pudiera pretender cambiar lo que llamamos nuestra “Patria”; esto es, nuestro patrimonio compartido – un país, una nación, una lengua, una historia, una cultura y una idiosincrasia – que, como ustedes saben, viene de demasiado lejos como para proponérselo.

En cualquier caso poco futuro auguro a este bienintencionado muchachuelo que vendió su primogenitura por un plato de lentejas – es decir, por un puesto bien remunerado – y que acaba de ser fagocitado por el hijo del terrorista y por sus huestes: los nuevos bárbaros procedentes de no se sabe donde como no sea de las pizarras de una universidad en que se venden porros con los bocadillos, se pudren los cadáveres, se embadurnan las estatuas, se asaltan las capillas, se enmarranan los campus con los botellones, y se tiran abajo las puertas de las aulas.

Mientras tanto ya vemos cuáles serían las novedades que su propuesta incluiría, coincidentes seguramente con las que han formulado también sus nuevos socios: esos que emplean nuestros dineros en pagar a unos “sabios” cuyas paridas consisten, por ejemplo, en despojar de honores a algunos muertos que, naturalmente, no están en situación de protestar. Cosa por tanto inútil y, por naturaleza, improductiva.

Porque fíjense usted lo que puede importarle a Moscardó que le quiten a estas horas no se qué nombramiento que en su día le hicieron, sobre todo cuando lo deciden unos ignorantes que parecen desconocer lo que todos sabemos: que, como un nuevo Guzmán el Bueno, prefirió la muerte de su hijo a rendir la plaza que estaba defendiendo. Supongo que la novedad será no reconocer la inmensa grandeza de su gesta, y espero que al menos no completen la faena concediendo aquella distinción a los valientes que a sangre fría asesinaron a la víctima.

Claro que también despojarían del reconocimiento oficial a un prestigioso general que mandó un ejército de generosos jóvenes que lucharon voluntariamente contra un régimen repudiado incluso por el propio y sufriente pueblo ruso, pero que aún “mola” a algunos indocumentados: el de unos visionarios que sembraron de desolación y muerte el pasado siglo XX. Me refiero al régimen de los gulags, de las deportaciones, de las más crueles y brutales represiones; el que nos exportó los cacheos, las checas y los tiros en la nuca, los “paseos” al amanecer, los Paracuellos y los amenazantes puños cerrados como expresión del odio. Los padres intelectuales y modelo seguido por quienes aquí quemaban y destrozaban sin piedad los templos; de quienes perpetraban matanzas de creyentes; aquellos que crearon una generación de mártires.

Pues señores, aunque les parezca fruto de un mal sueño, esto – lo más casposo y maloliente de un siglo felizmente superado – parece ser lo que de “nuevo” nos promete el gran letrero del hombre sonriente; el programa que desearía imponernos el indocumentado muchacho del bigote. Algo como para que, verdaderamente, se le hiele a uno la sonrisa.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
https://c2.staticflickr.com/8/7369/27135823843_a8df6d3238_b.jpg

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

Lo más leído