Arquitectura religiosa olvidada. 90. Villavieja del Cerro

Por José María Arévalo

( Villavieja del Cerro) (*)

En Villavieja del Cerro, dentro también del partido judicial de Tordesillas, hubo varios edificios religiosos hoy desaparecidos, concretamente la Iglesia Parroquial de San Juan de los Monteros, y las ermitas de San Sebastián, de Santa Águeda y la Ermita del Cementerio. Veremos el próximo día las ermitas, para dedicarnos hoy a la iglesia, siguiendo el libro “Las ruinas de Dios. Arquitectura religiosa olvidada en la Provincia de Valladolid”, de los arquitectos vallisoletanos Juan José Fernández Martín, Francisco Pedro Roldán Morales, José Ignacio Sánchez Rivera y Jesús Ignacio San José Alonso, que venimos reseñando.

Villavieja del Cerro

Iglesia Parroquial de San Juan de los Monteros

ViIlavieja está fundada al pie de un cerro, como muy bien su nombre predica. En este alto, apellidado de San Juan, es tradición que se reunían los vecinos de los pueblos de alrededor en una iglesia que hoy ya no existe ( Cart. Militar de España: Hoja 15-15, 1/50.000, «Tordesillas», del Servicio Geográfico del Ejército, año 1975. Cuadrícula 329 4600. Figura la montaña de San Juan, al este de la población). En fecha tan tardía como 1652, la visita señala que allí se hacía la Junta de la Tierra de Tordesillas ( Catálogo Monumental, Tordesillas, p. 442).

Las primeras noticias se recogen en 1504, cuando se constata que la iglesia de San Juan está fuera de la villa y se administra junto con la parroquia intramuros ( Catálogo Monumental, Tordesillas, p. 444: Libro de Santa María). En aquella época se señala que tenía tres altares y nada más. Como estaba en cierto estado de descuido, nueve años más tarde se mandó enlucir todo el interior señalándose además que los tres altares estaban desautorizados. Por eso algo después, en 1530, se mandó hacer una imagen de San Juan y un guardapolvo para su altar. Pero lo más importante que señala la documentación es que se subraya que «fue y es parroquial», es decir, que no había perdido su rango de parroquia aunque hubiera ya otra iglesia en el casco urbano, si bien poco más adelante se autoriza para desmontar la torre y aprovechar la piedra para hacer una portada en la iglesia de abajo, consagrada a Nuestra Señora.

Más de un siglo después, en 1652, se la cita con su nombre completo: San Juan de los Monteros, y se describen los retablos: el titular era pintado y «muy antiguo», calificativo que puede aludir tanto a su antigüedad material como a haberse quedado arcaico su estilo, probablemente gótico, a los ojos de una mentalidad barroca. Los otros dos, situados a uno y otro lado, estaban dedicados a San Sebastián y San Blas, ambos santos protectores frente a pestes y enfermedades infecciosas. El primero de los retablos era de talla en tanto que el segundo, como el principal, era pintado. Los dos eran también «muy antiguos» en 1652.

Algo después, en 1676, se califica toda la iglesia como «antigua», realizándose continuamente obras de mantenimiento hasta casi un siglo más tarde, en que el cantero Melchor Rodríguez se encarga de desmontarla. Era el año 1780 ( Catálogo Monumental, Tordesillas, p. 442).

Cuestiones muy interesantes se deducen de esta historia de la iglesia. En primer lugar la toponimia: una localidad que se llama Villavieja indica un rango superior a un simple lugar habitado (aldea) y además poblado desde antiguo. Su expresión netamente castellana la sitúa en el marco general de la época de la repoblación. Estamos por tanto ante uno de los primeros lugares fundados cuando la repoblación de los territorios al norte del Duero que con la llegada de nuevos pobladores resulta ser al más antiguo.

Su referencia al cerro, hace que éste tome un valor característico también en el territorio. No es un simple altozano más en el paisaje, sino el Cerro, que era identificable por esa colectividad. Ese valor de identificación se lo habría de dar la iglesia de su cumbre y su función de recibir y acoger juntas.

La advocación de San Juan puede relacionarla con la Orden jerosolimitana que tantas posesiones tuvo en el suroeste vallisoletano: Torre Duero, Fresno el Viejo, Castronuño, Wamba y Castrodeza. Pero la creación de esta orden militar es obviamente posterior a la repoblación del Duero.

La denominación de San Juan de los Monteros puede ser porque lo que allí se repartieran, fueran las suertes de pastoreo, de caza o de leñas en los montes que la orden tuviera en la comarca.

En definitiva, múltiples posibilidades para un edificio que ha desaparecido y que, por su densa historia, hubiera tenido estudio un interés especial.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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