El Rezongón. Otra vez los plátanos hispánicus (I)

Por Carlos de Bustamante

( Acuarela de Angel Sánchez Gerada en gerada.es ) (*)

Son tales los tiempos que corren, que si les digo que tengo verdadero mono de campo, sé que me entienden de primera; o sea, sin necesidad de explicación alguna. Tanto tiempo encerrado entre cuatro paredes es el que tiene la culpa.

Primera pausa, para pedirles perdón. ¿Es que se puede decir tontería mayor? ¿Acaso han visto ustedes una habitación con tres paredes solamente? ¡Vaya!, pues perdón nuevamente; porque nuevamente también me entendieron de primera. Nuestro cuarto de estar, ¿por qué hemos de decir cuarto? tiene, claro, cuatro paredes sin cuarto ni nada que se le parezca. ¿Lo llamaré, pues, habitación? Pues va a ser que no, porque en toda tierra que garbanzos cría -¡otra incongruencia…!- , habitación se le ha llamado desde qué sé yo cuándo al dormitorio del matrimonio.

Nueva pausa y nueva petición de perdón. Porque en qué quedamos, si está mal decir cuarto al apartado de una vivienda y la habitación es otra cosa, ¿cómo demontres llamo al lugar de nuestra casa donde solemos estar o trabajar? ¿No es un apartado la división de una cuadra o aprisco para separar unos animales de otros? ¿Acaso será un servidor un animal de ésos? ¿Y la mi mujer una animala? ¿No ven como me subraya este aparato la palabra mal dicha? Ni una cosa, creo, ni la otra. Estoy seguro. Tiene bemoles eso de la ideología de género. Y es que me pregunto: ¿no están incluidos en la palabra animales machos y hembras? ¿Y no sucede lo mismo –idem, par, simíliter- con la expresión hombres? ¿Por qué la necesidad, que se nos ha introducido hasta en las homilías de especificar el sexo? Perdón otra vez; quiero decir especificar el “género”, que es lo que parece preciso decir.

Si el género de la palabra animal es masculino, para que exprese el género femenino, ¿no habríamos de decir animala? Porque si hemos de referirnos al sexo diferente, ¿no es lo correcto la denominación mujer, como diferenciación del sexo del hombre?

Ustedes perdonen por penúltima vez, porque ya me he hecho un lío… ¡leñe! Intentaré precisar: la tabla, por ejemplo, tiene género (“la” tabla) ¿no sería idiotez (con perdón, vaya) suma decir de la tabla que es de sexo femenino? Añadan, si les pete, cuantos ejemplos quieran de “cosas” cuyo género es masculino o femenino…, y otros tantos de personas racionales (perdón, vaya, por la redundancia) o animales irracionales (¡y dale…). Por qué género a éstos? ¿No es de niños de escuela elemental -¡vaya usted a saber cómo se les denomina ahora…!- la diferencia por el género en personas o animales y de sexo en cosas u objetos?

Si ahora rizamos el rizo, ¿no están incluidos hombre y mujer cuando nos referimos a los hombres en general (o plural) e idem, par, simíliter a los animales…? ¿O es que no les rechina decir hombres y hombras como si fueran género; o con perdón, idem, par, simíliter, animales y animalas…?

Si seguimos rizando -rezongando- ¿acaso la mujer no forma parte de la humanidad? ¿O es que la humanidad ya no engloba a hombres y mujeres…? ¿A qué ton, pues, especificar hombre y mujer al referirnos al hombre (humanidad) en general?

“Queridos hermanos y “hermanas”… ¿Por qué…? ¿No están todos, y todas (aquí sí), reunidos en una comunidad, parroquial, por ejemplo?

Puestos en el absurdo, ¿por qué no decir: “amigos y amigas socialistos y socialistas”? O ¿Por qué no: perra de caza y perro de cazo, por ejemplo?

Cuando finalizo el más rezongón de los rezongones, lo mismo me dan asiento en un idem, par, simíliter, A, B, … que ha quedado vacío en la RAE…

Mas ahora que lo pienso, pasadas las ínfulas de tal honor. Y de los plátanos hispánicus ,¿qué…? : ¡“mañaaaanaaaa”!


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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