Los lunes, revista de prensa y red

“¿Hace falta una reforma constitucional?”, de Luis del Pino, y “El papa recuerda exigencias éticas a políticos y ciudadanos”, de Salvador Bernal

( Viñeta de Caín en El Norte de Castilla el pasado día 15 de octubre) (*)

¿HACE FALTA UNA REFORMA CONSTITUCIONAL?

Artículo de Luis del Pino publicado en Actuall el pasado día 19 de octubre

Érase una vez un empresario que decidió expandir su negocio y automatizar la producción, que hasta entonces se hacía de forma manual. “Con el mismo personal”, se dijo, “podré fabricar muchos más productos, gracias a esa maravilla llamada automatización”. Pero como la inversión en maquinaria había sido muy alta, decidió ahorrar en el chocolate del loro, no contratando cursos de formación para el personal, ni un servicio de mantenimiento en condiciones. De modo que las máquinas no producían al ritmo debido, porque los operarios no sabían sacar todo el partido de ellas. Y el problema fue agravándose con el tiempo, a medida que la maquinaria se iba echando a perder, por falta de un mantenimiento adecuado.

Como la producción no bastaba para amortizar la inversión que había hecho, el empresario contrató a un consultor. Éste, después de tomar notas con cara de importante en la primera reunión que celebraron, y después de estudiar el problema durante unos días, le pasó una factura astronómica y un informe de doscientas veintiséis páginas que se podía resumir en una sola frase: “Para aumentar la producción, cómprese unas máquinas más potentes”.

Al día siguiente, el empresario llamó al encargado del taller y le comunicó su decisión: comprarían nuevas máquinas y esperaba que la producción aumentara.

– ¿Contrataremos cursos de formación para el personal? – preguntó el encargado.

– No, es una tontería. La forma de aprender a usar una máquina es usándola – contestó el empresario.

– ¿Y el servicio de mantenimiento?

– Resolved con alguna chapucilla los problemas que se vayan presentando, como hasta ahora. Bastante alta es la inversión como para pagar un servicio de mantenimiento carísimo.

– Pues me va usted a perdonar, pero no servirá de nada. El problema no son las máquinas, que tienen la suficiente potencia. El problema es que no las utilizamos de forma óptima, porque nadie nos ha enseñado a hacerlo. Y además, sin un mantenimiento adecuado, las máquinas no pueden rendir al máximo, porque se van deteriorando. Así que si compra usted máquinas nuevas, se habrá gastado un dinero que no tiene, no conseguirá sacar adelante la producción que quiere y estará aún más endeudado que antes.

Llevamos ya mucho tiempo oyendo hablar de reformas constitucionales. Nuestra democracia tiene una serie de problemas evidentes, así que hay quien ha decidido que, para resolver esos problemas, es hora de cambiar de Constitución.

En nuestra Constitución, apenas hay un artículo que no se violente de forma cotidiana

Permítanme que les haga la pregunta del millón: ¿nuestra Constitución actual se cumple, al menos razonablemente? Basta con leerla artículo por artículo para comprobar que apenas hay un artículo que no se violente de forma cotidiana.

Pero entonces, si nuestra Constitución se incumple de forma amplia y sistemática, eso quiere decir que los problemas que nuestra democracia presenta no derivan de la Constitución. ¿Cómo van a estar los problemas causados por una Constitución que no rige en la práctica?

En su letra, nuestra Constitución garantiza la independencia del poder judicial. En la práctica, la clase política se las ha arreglado para pervertir la letra de la ley y terminar repartiéndose el Consejo General del Poder Judicial como en un mercado persa.

En su letra, nuestra Constitución garantiza el derecho a usar el castellano en todo el territorio nacional. En la práctica, nuestra clase política se las ha arreglado para pervertir la letra de la ley y negar a los niños la enseñanza en el idioma oficial del estado.

En su letra, nuestra Constitución garantiza el derecho a la vida. En la práctica, nuestra clase política se las ha arreglado para pervertir el precepto constitucional e instaurar un sistema de aborto prácticamente libre.

En su letra, nuestra Constitución garantiza el funcionamiento democrático de los partidos. En la práctica, nuestra clase política se las ha arreglado para pervertir el concepto de democracia interna, instaurando un sistema de cesarismo partidario, en el que el militante que se mueve, no sale nunca en la foto.

De nada sirve modificar la Constitución si se va a seguir incumpliendo de forma sistemática

Entonces, ¿de qué serviría dotarnos de una Constitución más potente, más moderna o más completa? Independientemente de lo perfecta que sea la Constitución que elijamos, si se va a seguir incumpliéndola de forma sistemática, no conseguiremos resolver ninguno de los problemas que tenemos.

Los problemas de la democracia española son más profundos que la propia letra constitucional, y radican en que la actual clase política considera que el espíritu de la ley, e incluso su letra, son violentables. Ante eso, no hay Constitución que resista, por muy bien hecha que esté.

Que la misma clase política que violenta la Constitución de forma cotidiana, se permita decir que nuestros problemas se resuelven reformando la Constitución, es algo más que un sarcasmo: es una manera de tratar de eludir su responsabilidad sobre los problemas que aquejan a nuestra democracia.

¿Queremos mejorar nuestro sistema político? Hagamos que se cumpla la Constitución que tenemos. Puede que no sea la Carta Magna más perfecta del mundo, pero es bastante aceptable. Y si se cumpliera la letra y el espíritu de la actual Constitución, nuestra democracia no tendría nada que envidiar a las de nuestro entorno.

España lo que necesita no es una nueva Constitución, es una nueva clase política

Lo que España necesita no es una nueva Constitución, sino una nueva clase política. Una clase política que respete el funcionamiento democrático. Y que entienda que es obligación de todos los ciudadanos, pero muy especialmente de sus dirigentes, respetar la letra de la Constitución y desarrollarla de manera coherente con su espíritu.

Artículo en: http://www.actuall.com/criterio/democracia/hace-falta-una-reforma-constitucional/

EL PAPA RECUERDA EXIGENCIAS ÉTICAS A POLÍTICOS Y CIUDADANOS

Artículo de Salvador Bernal publicado en religionconfidencial.com el pasado día 13 de octubre

Escribo estas líneas antes de leer la información sobre la Jornada Mundial de las familias en Filadelfia, origen histórico del último viaje de Francisco, profundamente pastoral, por mucho que algunos subrayen posibles elementos políticos.

Resulta comprensible que, para tantos observadores −incluso, creyentes−, interesen más los mensajes pontificios en ceremonias oficiales, y no digamos sus discursos en el Congreso de EEUU y en la asamblea general de la ONU. Salvo error por mi parte, es la primera vez en la historia que el obispo de Roma habla en el Congreso, y la quinta en Naciones Unidas, desde que Pablo VI acudió con un profundo mensaje de paz hará dentro de unos días cincuenta años.

Pero las palabras de Francisco no son políticas ni diplomáticas, sino religiosas. Al menos desde la constitución pastoral Gaudium et Spes, el magisterio católico supera la teoría del poder indirecto en favor de la legítima autonomía del orden temporal. No se excluye que los obispos actualicen y apliquen la doctrina social de la Iglesia cuando lo requieran las circunstancias. Pero su juicio será siempre moral… o no será católico. Y, si se extralimitasen, se encontrarían con la indiferencia de los miembros del pueblo de Dios, acostumbrados a elegir opciones y tomar decisiones prácticas en el ejercicio de su libertad personal (que incluye, lógicamente, sopesar aquellos criterios y juicios éticos).

Lo expresó con un lenguaje claro y bello el papa Benedicto XVI en diversos lugares, concretamente, en la encíclica Caritas in veritate, 9, con citas del Concilio, de Pablo VI y Juan Pablo II: “La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados. No obstante, tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y circunstancia en favor de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su vocación. Sin verdad se cae en una visión empirista y escéptica de la vida, incapaz de elevarse sobre la praxis, porque no está interesada en tomar en consideración los valores −a veces ni siquiera el significado− con los cuales juzgarla y orientarla”.

El núcleo radical de la tarea evangelizadora −nueva y vieja−, como recordaba estos días Francisco, consiste en “el anuncio gozoso de Cristo, muerto y resucitado por nosotros”. Y exigía una vez más a los pastores que eviten mezclar la fe en batallas temporales: “Es necesario que el obispo perciba lúcidamente la batalla entre la luz y la oscuridad que se combate en este mundo. Pero, ay de nosotros si convertimos la cruz en bandera de luchas mundanas”.

No corresponde a la Conferencia episcopal llevar adelante el futuro político de Cuba, justamente porque la clave ética es la decisión y participación de los ciudadanos. Como nadie puede concluir razonablemente que el papa Francisco haya favorecido a unos partidos o candidatos en Estados Unidos. Ni que sus expresiones ignoren esa laicidad tantas veces invocada, que pide separación y respeto, y se convierte en laicismo cuando recluye las convicciones en espacios privados.

El papa ha construido su mensaje con puntos indispensables para una orientación más justa de la convivencia entre los hombres y los pueblos. La consideración meditada de sus palabras puede contribuir a ese buen gobierno tan repetido en el plano nacional e internacional. Ojalá crezca, en concreto, la operatividad de la ONU en la resolución de tantos conflictos regionales, que evite el drama de esos millones de víctimas y refugiados inexplicables en la civilización del siglo XXI.

También el papa protege a los más débiles cuando exige un renovado empeño por el cuidado de la casa común. Porque las decisiones de los dirigentes políticos −insistencia de Francisco− conciernen a personas concretas, iguales a los gobernantes, que viven, luchan y sufren, y que tantas veces se ven obligadas a vivir en la miseria, privadas de todo derecho. De modo particular, al afrontar esa “crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial”, con la “misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados”.

Así lo manifestó en Nueva York a los jefes de los Estados, como antes en el Congreso americano, al poner en guardia a los representantes del pueblo frente a lecturas simplistas y reductivas de la situación social y política del mundo; también para evitar la tentación de eludir lo difícil, exigido por el compromiso con un bien común quizá arduo. Porque, sin duda, los dirigentes necesitan coraje, constancia e inteligencia para resolver las múltiples crisis geopolíticas y económica actuales. El punto mínimo de partida sigue estando en las tres “t” −techo, trabajo, tierra−, como sintetizó en Bolivia; junto con la libertad del espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y las demás libertades civiles.

Vale la pena releer los documentos, para elevar el punto de mira, crecer en libertad y sentido solidario, y aceptar el reto que se marca a sí mismo el papa: construir puentes para superar las “diferencias ligadas a dolorosos episodios del pasado”.

Artículo en: http://www.almudi.org/noticias-articulos-y-opinion/10296-el-papa-recuerda-exigencias-eticas-a-politicos-y-ciudadanos


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
https://c1.staticflickr.com/1/654/21683564304_d936407224_b.jpg

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

Lo más leído