La temporada de excavaciones de Pintia. II

Por José María Arévalo

( Familia vaccea. Ilustración en la web pintiavaccea.es sobre el yacimiento de Padilla de Duero) (*)

Hemos dedicado estas semanas dos artículos a Atapuerca, donde acaba de finalizar la temporada de excavaciones de este verano, y uno a la campaña de excavación de Pintia, una de las más fecundas de las varias que tenemos en Valladolid, con restos vacceos, romanos y visigodos, con 125 hectáreas de superficie del yacimiento y una población que osciló entre los 5.000 y los 3.000 habitantes entre el siglo IV antes de Cristo y el siglo VII. Y al igual que con Atapuerca, dedicamos un segundo artículo a recoger los precedentes más importantes de este yacimiento.

En el yacimiento de Pintia, decíamos, la zona de Las Quintanas incluye una muralla y un sistema defensivo de tres fosos consecutivos a lo largo de más de un kilómetro de perímetro; la necrópolis de Las Ruedas, el crematorio de Los Cenizales y el barrio alfarero de Carralaceña. En la otra orilla del río Duero, en el término municipal de Pesquera de Duero, está la zona residencial y necrópolis. Este verano, el primer turno – decíamos recogiendo un artículo de Jesús Bombín en El Norte de Castilla- ha sacado a la luz una treintena de piezas de cinco tumbas del siglo II. El año pasado año sacaron a la luz en la necrópolis de Las Ruedas once tumbas y cenotafios (enterramientos conmemorativos sin cuerpo) que incluían restos óseos humanos cremados y 69 piezas, en su mayoría cerámicas.

El análisis de estos hallazgos –comentaba- permitirá caracterizar la ciudad de Pintia en el siglo I después de Cristo y enriquecer el conocimiento que de este período se tenía tras la localización de cuatro enterramientos de esa época en las excavaciones llevadas a cabo en 1987 y 2006. «Las tumbas halladas son contiguas a las que se documentaron en esos años pasados», explicaba Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg. «El material encontrado indica que no son tumbas de la riqueza propia del mundo indígena de los siglos I y II antes de Cristo, cuyos materiales se han recogido en anteriores campañas; el siglo I después de Cristo se va a definir en esta necrópolis con tumbas más pobres a partir de la dependencia de Roma; los registros que se encuentran de esta época son más pobres y limitados».

Completamos en este artículo la información sobre Pintia con una referencia al estudio ‘Cosmovisión y simbología vaceas. Nuevas perspectivas de análisis’ que en marzo del año pasado presentó el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg de la Universidad de Valladolid, haciendo públicos los resultados de un proyecto que, además del departamento de Arqueología que venía ocupándose de investigar en Pintia, ha involucrado a los de Estructuras Arquitectónicas, Física de la Materia Condensada y Anatomía y Radiología de la UVA. Los investigadores – escribía también Jesús Bombín en El Norte- siguen completando el puzzle histórico y arqueológico de Pintia, el yacimiento vacceo de Padilla de Duero que guarda restos del siglo IV antes de Cristo hasta la época visigoda.

( Tesoro de Pintia en la web pintiavaccea.es) (*)

«Los arqueólogos estamos ciegos si no tenemos el auxilio de otras ciencias y disciplinas», explicaba el profesor Carlos Sanz Mínguez, quien apuntó a esta colaboración interdisciplinar entre investigadores en varias materias como el camino a seguir en futuros estudios. El proyecto COSIMVA nació de una convocatoria del Ministerio de Economía y ha abarcado tres años de investigación (2011-2013) con una financiación de 92.565 euros. Además de la UVA han participado las universidades Autónoma y Complutense de Mardrid, y se han vinculado al proyecto las bodegas Grupo Vega Sicilia, Protos, Tomás Postigo, Carraovejas y Qumrán.

El estudio se sustenta en las excavaciones en Pintia, desarrolladas durante los meses de junio, julio y agosto de los últimos tres años, y que han contribuido a enriquecer el conocimiento de lo sistemas defensivos, así como la intervención en el cementerio de Las Ruedas con la recuperación de 41 nuevas tumbas hasta sumar la cifra total de 272 documentadas. Se estima que la necrópolis guarda enterradas entre 60.000 y 100.000 tumbas de época vaccea, romana y visigoda. Las tumbas y los ajuares funerarios aportan información de gran valor sobre el pueblo vacceo.

El proyecto ha hecho posible la documentación gráfica de materiales arqueológicos al implicar al dibujante Luis Pascual Repiso, que ha documentado una selección de seiscientas piezas vacceas y ha realizado 15 acuarelas que reconstruyen y divulgan al público las investigaciones.

( Pintia. Perspectiva de la necrópolis de Las Ruedas desde el mirador) (*)

El Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, se creó en 2001 y ahora ha pasado a ser regulado como centro de investigación, constituyéndose como centro interdisciplinar con el fin de proseguir «en la generación de conocimiento implicando a varios departamentos de la Universidad a través de diversas líneas: la realización de estudios osteológicos de los hallazgos arqueológicos y el desarrollo de la analística de residuos de los materiales encontrados», apuntó Carlos Sanz Mínguez.

En la web del yacimiento, pintiavaccea.es, hay abundante información sobre el territorio de los Vacceos, patrón de poblamiento, base económica de esta cultura y sobre sus creencias, del mayor interés. Recogemos la primera parte de ella.

“La Edad del Hierro transcurre entre el final de la última cultura de la Edad del Bronce y la conquista romana de la Meseta. En este dilatado marco temporal que abarca la casi totalidad del Primer Milenio previo al cambio de Era, se operan importantes transformaciones sociales y económicas (urbanismo, implantación de la metalurgia del hierro, adopción del torno alfarero, etc), cuya responsabilidad cabe atribuir, al menos para un momento avanzado del mismo, a grupos humanos concretos, con nombres propios, que por vez primera conocemos gracias a las informaciones referidas por las fuentes escritas clásicas: los vacceos fueron una de esas etnias prerromanas que habitaron el territorio central de la cuenca del Duero.

Su particular desarrollo urbano, uno de los más tempranos del interior peninsular, ofrece un peculiar patrón de poblamiento, con la aparición de las primeras ciudades de nuestra historia que pudieron albergar varios miles de habitantes. Estos núcleos urbanos estarían regidos por una aristocracia guerrera, de la que las fuentes clásicas y el registro arqueológico dan buena cuenta.

( Actividad textil. Ilustración en la web pintiavaccea.es sobre el yacimiento de Padilla de Duero) (*)

La base económica que las sustenta es fundamentalmente agropecuaria, con una especial importancia del cultivo de cereales que proporcionó los excedentes necesarios para poder comerciar con otros territorios y obtener las materias primas aquí ausentes, metales y piedras duras.

Las creencias que los vacceos nos transmiten nos ilustran sobre su peculiar sensibilidad ante el trágico hito de la muerte, al tiempo que estas y otras narraciones de las fuentes clásicas nos informan de conductas vinculables al mundo céltico”.

Sobre sus creencias, después de advertir la limitación de la disciplina arqueológica para captar la religiosidad de cualquier grupo humano, la web resume: “Carecemos de las descripciones etnográficas proporcionadas por César para la Galia, ciñéndose aquí los cronistas romanos a relatar, prioritariamente, las campañas bélicas. Con todo, la comunión con una religión céltica de tendencia universalista, en la que predomina una idea globalizadora, no antropomorfizada, plasmada en Lug o Dis Pater, parece adecuada. En la mentalidad céltica la noche origina al día de la misma forma que el ser nace del no-ser. Así se entiende que los celtas contaran por noches, fijando el inicio del año en la noche del 1 de noviembre, festividad de Samain, en la que se producía el contacto con el más allá y cuyas reminiscencias en el Día de los Santos cristiano o en el Halloween anglosajón son evidentes. Perduraciones igualmente atestiguadas para otra de las grandes fiestas del calendario céltico: Lughnasadh o «asamblea de Lug», de marcado carácter agrario, celebrada en agosto como culminación de las cosechas, en la que este Dis Pater, dentro de la polivalencia que le caracteriza, muestra su poder de manera más positiva.

Siendo como es el universo conceptual vacceo escasamente figurativo en sus representaciones, prevaleciendo los elementos geométricos de círculos concéntricos, rombos, ondas, etc., deben ser destacadas unas enigmáticas representaciones de animales en perspectiva cenital, algunas de las cuales cabe identificar con lobos. Probablemente estén aludiendo a algún tipo de cosmogonía o relativo mítico de origen del que hemos perdido las claves para su interpretación, considerando además que los vacceos fueron prácticamente ágrafos.

Por lo que a las creencias en el Más Allá del pueblo vacceo debemos hablar de un ritual funerario tripartito, con un tratamiento normativo -cremación del cadáver- aplicado a la generalidad de la población, y otros dos diferenciales -inhumación de neonatos bajo las suelos de las viviendas y exposición a los buitres para los guerreros muertos en combate-. En cualquier caso, los datos relativos al mundo funerario proceden del único cementerio conocido en toda la región vaccea: el de Las Ruedas, de Pintia, cuyo desarrollo cronológico abarca del siglo IV a.C. al final del I d.C.

La evidente creencia en la inmortalidad llevó a estas gentes a trasladar al ámbito de ultratumba aquellos elementos que durante la vida habían simbolizado su estatus, ya sea por sexo, edad o condición social, así como a incluir frecuentemente vituallas viáticas. Tal circunstancia confiere al registro funerario, pese a su carácter profundamente simbólico, una gran potencialidad para la reconstrucción social de estas poblaciones. De esta forma, la gran variabilidad existente en la composición de ajuares y ofrendas de acompañamiento presentes en las tumbas traduciría la complejidad de una sociedad claramente jerarquizada, dirigida por una minoritaria oligarquía guerrera y sustentada por una amplia base social”.

“Es indiscutible –concluye la introducción- que los vacceos, en apenas 20 generaciones, entre el siglo IV a.C. y el cambio de la Era, imprimieron su sello particular a estas tierras (arquitectura de adobe, agricultura cerealista, vino y banquete, etc.)”. Y finalmente: “Culminada la conquista, la romanización entendida como asimilación de los nuevos usos y costumbres impuestos por la administración romana no debe entenderse, en cualquier caso, como la disolución del sistema cultural vacceo fraguado a lo largo del Primer Milenio a.C. Los extensos campos de cereales, la peculiar arquitectura de barro y madera, las jarras u oinochoes para servir bebida, las parrillas de hierro y los corderos lechales que sobre ellas se transforman en suculentos bocados…, tal y como hoy los percibimos, sugieren una herencia que, aunque lejana en el tiempo, parece mantener viva la huella de nuestro pasado céltico, específicamente, vacceo”.


(*) Para ver las fotos que ilustran este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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