Apócrifo III. 28. Orgullo de Tarsicio

Por Carlos de Bustamante

( Jesús y los mercaderes del templo. Tabla de Giovanni Paolo Pannini en el Museo del Prado) (*)

La experiencia vivida en la granja de Rufo, y oída como parábola en boca de Jesús, dejó poso. Inolvidable.

Cuando después de una noche de insomnio me lavaba en el pozo del corral en nuestra casa de nuestros amigos en Betania, junto a la friura del agua sentí a la vez un calor extraño e intenso. Fue a más cuando di los buenos días a Myriam: ser y saberme Hijo de Dios. Ser y saberme Hijo de tal Madre…

Según costumbre de entonces, cuando ese día caminaba de la mano de Jesús a otra de sus habituales correrías, hinché el pecho y engallé el cuerpo. Creo que a mi estatura de alto etíope, le añadí no menos de un palmo. Ser y sentirme Hijo de Dios Padre; mi Amigo Jesús que perdona… Y Tarsicio, pecador, tan necesitado de ello. Privilegio. Tarsicio afortunado. ¡Soberbio!


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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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