Los lunes, revista de prensa y red

“Aborto y programa electoral”, de Aleix Vidal-Quadras, y “Doña Soraya Sáenz de la Guillotina”, de Federico Jiménez Losantos

( Viñeta de Miki y Duarte en Diario de Sevilla el pasado día 15) (*)

ABORTO Y PROGRAMA ELECTORAL

Artículo de Aleix Vidal-Quadras publicado en La Gaceta el pasado día 14

El Partido Popular se debate desde hace tiempo en una trampa que se ha puesto a sí mismo. Si una determinada legislación sobre el aborto destinada a proteger la vida humana en gestación y a buscar un equilibrio entre el derecho de la mujer embarazada a ser o no madre a su elección y el derecho del ser humano que lleva en su seno a nacer, forma parte de la doctrina de esa formación y de su programa electoral, nada tan sencillo como ser consecuente con ello. Una vez conseguido el poder con mayoría absoluta, se presenta y se aprueba la correspondiente normativa que modifique en este sentido la actualmente vigente. Además, de manera coherente se complementa esta iniciativa con políticas públicas en los terrenos de la educación, del bienestar social y de la salud que tengan como objetivo hacer que el número de abortos disminuya todo lo posible.

Se supone, por otra parte, que si la ley Aído fue recurrida en su día por el Grupo Parlamentario Popular, a nadie le hubiera extrañado que, una vez en el Gobierno, pusiese en marcha las medidas legislativas, presupuestarias y administrativas que materializasen sus convicciones en este asunto. Los socialistas, defensores de una visión basada en los postulados del feminismo radical, es decir, libertad de abortar dentro de un amplio plazo cubierta por la Seguridad Social, no se anduvieron con remilgos cuando Zapatero habitaba en La Moncloa. Actuaron de acuerdo con su ideología sin que les preocupara lo más mínimo la consecución o no de un consenso ni las creencias de los millones de españoles que consideran que la vida humana es un bien absoluto que debe prevalecer sobre cualquier otra consideración. Por consiguiente, las vacilaciones, las divisiones internas y los amagos frustrados, con dimisión ministerial incluida, no se entienden si se aplica al problema la lógica más elemental. Una cosa se cree o no se cree, se defiende o no se defiende, pero el psicodrama colectivo que tienen montado al respecto en la calle Génova 13 resulta de lo más patético.

Una fuerza política no viene obligada a incluir un tema concreto en su agenda electoral y en su proyecto social. Puede perfectamente declararlo de conciencia individual y dejar libertad de voto a sus representantes. Si se es consciente de que no existe unanimidad en torno a una cuestión moralmente tan sensible y no se desea imponer una posición oficial al conjunto de los diputados, pues se dice tranquilamente y se excluye del acervo programático. Lo que no parece ni inteligente ni estético es sustentar un criterio en la oposición, hacerse el olvidadizo durante dos tercios de la legislatura cuando se gobierna, de repente poner el proceso en marcha y a continuación retroceder vergonzantemente para seguidamente aplicar una parte muy específica y accesoria de lo que se prometió.

Si hay una forma de proceder que garantice la insatisfacción de todo el mundo, esa es la que ha elegido el PP. La moderación no consiste en el desconocimiento de lo que uno es y de lo que uno tiene como correcto para bailar al son de la encuesta y de la coyuntura. La firmeza argumentada, sobre todo si viene apoyada por una rotunda victoria en las urnas, es lo que genera respeto en los propios y en los contrarios. El espectáculo lamentable ofrecido por el PP en su negación de sí mismo hasta convertirse en un celaje vaporoso de indefiniciones le arrastra hacia el batacazo tremendo que le aguarda en las municipales, las catalanas y las generales. Por mucho que, Draghi mediante, haya bajado la prima de riesgo.

Artículo en: http://www.gaceta.es/aleix-vidal-quadras/aborto-programa-electoral-14042015-2120

DOÑA SORAYA SÁENZ DE LA GUILLOTINA

Artículo de Federico Jiménez Losantos publicado en Libertad Digital el pasado día 19

¿Por qué la policía de Montoro, milicia irregular y rigurosamente inédita en la persecución de los Pujol, Urdanga-Borbón y otros defraudadores, debutó este jueves como Inquisición fiscal, relajando al brazo secular (entiéndase, audiovisual, avisado por el propio Gobierno) al presunto defraudador Rato, a quien detuvo sin detener y acogotó sin esposar? ¿Por qué Ayllón, mano derecha de Soraya en las Cortes, avisó a los periodistas a los dos minutos de entrar la policía en casa de Rato del fausto suceso? ¿Y por qué, dos días después, dice Rajoy que esta operación político-mediática de detención y liberación inmediata de su compañero de Gobierno durante ocho años y gran rival por la sucesión de Aznar son «actuaciones normales de la Agencia Tributaria»? ¿Podría citar una operación tan normal como ésta?

No, no podría. Nunca lo que en Podemos llaman «la bofia fiscal del PP» había montado este número. Nunca Montoro había exhibido una policía fiscal «en funciones de policía judicial». ¿Qué significa «en funciones»? ¿Y de qué juez y de qué caso estamos hablando? ¿de Bankia, de Lazard… o de Rato? La humillación pública del símbolo de la economía en la Era Aznar y el descrédito del PP perpetrada por Montoro, diseñada por Soraya y apadrinada por Rajoy sólo tiene un precedente: la detención televisada de Mariano Rubio, Gobernador del Banco de España, ordenada a matacaballo por el Fiscal Jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, que lo detuvo un día escaso, porque una semana antes Felipe González había «puesto la mano en el fuego» por él y El Mundo acababa de publicar la prueba de que ocultaba dinero, como Rojo y de la Concha en las cuentas de Ibercorp.

Jueces de guardia y fiscales de asalto

Montoro, es decir, Soraya, es decir, Rajoy se han saltado, como Felipe entonces, la línea de actuación normal en una actuación legal, aunque no, claro, en una operación de imagen política. La prueba de que el fiscal de asalto –entonces y ahora, curioso, el de Madrid y de filiación izquierdista- se han saltado la legalidad es que apenas perpetrada la detentio interrupta ha debido remitir el caso a la Fiscalía Anticorrupción, cuyo jefe Salinas ha movilizado a la prensa progre -ayer se quejaba editorialmente El País de lo que celebraba anteayer- para quejarse del puenteo a que le ha sometido la Fiscal General del Estado, cuyo debut en tareas de oportunidad política nos recuerda al inolvidable sociata Eligio Hernández, «El Pollo del Pinar».

Naturalmente, nada puede complacer más a un fiscal Bermejo, o sea, rojo que procesar al símbolo de la prosperidad de la Era Aznar. Aunque luego deba devolver el caso a su cauce legal, el daño político ya está hecho. Y es de una magnitud inconmensurable. O mejor, mensurable sólo el 24 de Mayo. Todos los candidatos del PP han tenido que suspender la campaña, diseñada con actos de cercanía, proximidad y «puerta a puerta». La horda progre ya ha cercado Génova 13. Y eso que Montoro no ha detenido aún a Cospedal, como hará si pierde las elecciones, por los 200.000 euros de una donación delatada por Bárcenas que ella dice que nunca cobró pero cuyo recibo su jefe de campaña firmó. Ni a algún secretario general del PP por compartir el alijo suizo de Bárcenas.

Perseguir para no ser perseguido

No faltará quien crea que el estreno de la inquisición fiscal en tareas de policía judicial tiene por objeto evitar que Fernández Díaz detenga al propio Montoro por el escándalo –revelado por LD- del doble informe presentado por el ministro en el consejillo ministril, primera copia con membrete de Hacienda para que Soria no rebajara la subvención a la energía solar, favoreciendo a Abengoa, cliente de Equipo Económico (antes Montoro y Asociados); segunda copia con membrete de Abengoa, en la cartera del ministro Soria como arma de persuasión masiva. Y lo fue.

Es normal que los que abusan como perseguidores estén buscando no ser perseguidos: «Para no ser ahorcado / el mayor ladrón de España / se vistió de colorado», decían en Castilla al Valido que se metió cardenal para gozar del fuero eclesiástico. En el caso del PP, del fuero sorayesco, que, con el CNI y El País como armas de descrédito personal y político, cubre o descubre, perdona o mata. De hecho, la decapitación de Ignacio González, aunque menos aparatosa, tenía el mismo fin; dejar campo libre a la Princesa Heredera del PP, Soraya Sáenz de Santamaría. O de la guillotina. La única diferencia es que González era un obstáculo político en Madrid. Rato es un símbolo político a abatir, una prueba de que este Gobierno ya no es del PP. Que Ana Botella no quiera acordarse de cuando la señora de Rato le cogía el dobladillo no sólo prueba cierta miseria moral sino total miopía política: si el método de abatir figuras históricas del PP ensayado con Rato funciona, el penúltimo podría ser José María Aznar. Y el último, por supuesto, Rajoy.

Soraya y Rajoy como Belloch y González

¿Pero puede Soraya intentar la liquidación de Rajoy? Salvo que Rajoy esté de acuerdo en nombrarla candidata para las Generales, por supuesto que sí. También hay antecedentes socialistas. Cuando Belloch era el todopoderoso ministro de Interior y Justicia de González, lo defendía por la mañana de sus responsabilidades en los GAL y por la noche le daba a Pedro Jota (lo ha contado en Amarga Victoria) material para incriminarlo. Belloch estaba convencido de que, si caía González, él podría protegerlo en los tribunales a cambio de heredar el nº 1 de la lista electoral del PSOE en las Generales. Y hoy Soraya está muchísimo más cerca de poder hundir al PP y heredar a Rajoy de lo que nunca estuvo Belloch de procesar y suceder a González.

La reacción de Rajoy ante el linchamiento de Rato –que, filtraciones aparte de la secretísima instrucción del caso, puede quedar en delito fiscal- prueba que –tras la previsible hecatombe de Mayo- pretende que su Gobierno vaya a las Generales –con él u otra candidata- como el de los que persiguieron la corrupción del PP de Aznar. Que el PP de Aznar sea el de Bárcenas, Rato y, por supuesto, Rajoy, no preocupa al homicida político de la Derecha, y menos aún a doña Soraya Sáenz de la Guillotina, cuya gran rival sucesoria y última víctima, si cae en Mayo, debería ser María Dolores de Arma Letal.

Artículo en: http://www.libertaddigital.com/opinion/federico-jimenez-losantos/dona-soraya-saenz-de-la-guillotina-75398/?utm_source=1&utm_medium=masleido&utm_campaign=masleido


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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