Notas de Mozambique. En todas partes cuecen habas aunque sea en unas más que en otras

Por Javier Pardo de Santayana

( Caricatura de Arnold Schwarzenegger. Acuarela de Story Board en jmjmhome.blogspot.com ) (*)

Lean ustedes lo que les escribo para ver si les suena a algo conocido: alguien está propugnando no tener miedo a aumentar la responsabilidad de las autonomías; a ser osados a la hora de ampliar los poderes de éstas según un modelo constitucional que postula la posibilidad de una extensión sin límites. Mas luego dice para aclarar las cosas, y así se lo transcribo a ustedes previa traducción con el objeto de que mejor lo entiendan, que “la ventaja de reservar para al Estado las competencias relativas a la esencia de los poderes que atañen a la soberanía, y a las autonomías (“autarquías” en el original) las directamente ligadas al Estado asistencial, no puede ser inequívoca hasta el punto de evitar la intervención del Estado acá y allá cuando éste lo entienda justifica-damente necesario a la luz de los principios de igualdad entre los ciudadanos y de unidad nacional o unicidad del Estado”. ¿Qué les parece?

Aún le subrayo otro pensamiento interesante. Siempre dirigiéndose a asambleístas de una “autar-quía”, les felicita por haber fecundado “una democracia – no se lo pierdan – constructiva, tolerante y productiva, en la que, dentro de la diversidad partidaria, nunca dejaron de ser auténticos y hon-rados, haciendo primar – ¡oh. maravilla! – el civismo y la urbanidad”. Y es que, claro está: “aunque divididos en las gradas”, se mantuvieron “unidos en el respeto a los ediles y a sus electores”.

Pues les diré que esto que acabo de escribir lo he tomado de una revista mozambiqueña y co-rresponde a un caballero doctor en Derecho y profesor universitario que sabe del asunto y tiene la experiencia de la práctica, así que no me digan ustedes que no nos queda mucho que aprender, sobre todo teniendo en cuenta que lo de la memoria histórica debiera estar mucho más vivo acá que ahí.

Paso de página. Ahora se trata de una entrevista, y el entrevistado es un líder que arrastra a una parte considerable de electores. Pues bien, este hombre dice cosas bastante más sensatas que muchos de los nuestros, incluidos los de la pandilla del tic tac. Se lamenta, por ejemplo, de que la declaración de que “las buenas ideas no vienen de un sólo partido” haya sido defraudada. Y dice que la profesionalidad y la competencia técnica son fundamentales para el buen gobierno del país, cosa que nosotros olvidamos cada vez que lo confiamos a alguien por su cara bonita, porque en los debates dice lo que quisiéramos oír aunque no sea verdad, o porque simplemente ·es de los nuestros, aunque luego sólo sepa de baile flamenco: que de esto tenemos experiencias muy recientes. También -¡ojo! nos recuerda que muchas veces “decimos una cosa y hacemos otra diferente”, o que “tenemos un discurso de ocasión para agradar a la opinión pública y una práctica que en nada se le parece”. “Hablamos – dice – de reconciliación, inclusión, diálogo y tolerancia política, pero por la noche acabamos haciendo todo lo contrario”. ¡Cuánta sabiduría encerrada en unas pocas páginas! Porque aún le queda por decir que convendría “que se aplicaran a mantener la paz en el país con seriedad y no con la liviandad acostumbrada”.

Doy un vistazo a otra revista que cae en mis manos. Está orientada a temas más superficiales; por ejemplo, a las nuevas caras de la televisión. Pero en ella encontramos una entrevista realizada a un hombre de larga y complicada historia que llegaría a ministro. Recojo algunas de sus expresiones más significativas, por ejemplo::“Quien no ama, difícilmente puede ser político, porque así será un bandido”. O “política es servicio” Y en otro punto en que alude a los dirigentes del país”, añade ideas como éstas: “Entiendo que las personas tienen que tener el espíritu de servir y no de ser servidos”, “los dirigentes deben tener la preocupación de corresponder: de no defraudar a las expectativas”. Y “aprender de los demás“. También nos dice: “No le puede gustar a uno el pueblo y luego no gustarle quienes están junto a nosotros”. O ” los cargos son complicados porque corrompen”. Termina con un frase contundente: “Deben tomarse decisiones, pero no mostrando prepotencia”.

Ahí queda eso.

Como pueden ustedes comprender, al leer todos estos consejos y comentarios tan sanos y benéficos no puedo por menos de pensar que todas estas expresiones no pueden corresponder sino a individuos que viven todavía en la esperanza; que sólo pueden ser pronunciadas en un país donde aún se cree en estas cosas tan bonitas aunque luego en la práctica lleguen a ser enteramente diferentes. Quizá se proclamen porque no son reales pero por lo menos tienen la posibilidad de serlo. Y pienso, sobre todo, que si las proclamáramos en nuestros lares seríamos tomados por ilusos y condenados a la exclusión o a la caricatura; que no en vano allí estamos en otra cosa diferente: esto es, en flagelarnos y en tirar piedras contra el propio tejado o entre nosotros mismos; o sea, descubriendo cosas ya descubiertas el pasado siglo y, desgraciadamente ya experi-mentadas con los resultados que ustedes bien conocen.

Mas no son sólo sanos consejos de moral política lo que vemos publicado sobre la actualidad de este país en su versión mediática más intelectual y razonable, que en este picoteo de opiniones también hay cabida para opiniones que reflejan facetas significativas de un ambiente social no tan distinto al nuestro en algunos aspectos. Ahí tenemos, por ejemplo, unos consejos a los aspirantes a futuros emprendedores; tema éste recurrente en nuestra combativa prensa. O el tema del desmesurado culto al cuerpo, que está provocado una proliferación de gimnasios tan explosiva y rápida que al autor del reportaje duda de que se haya realizado bajo la garantía de un control suficiente. Apunta, incluso, a la posibilidad de que, aquí en Mozambique, se estén concediendo títulos de monitor de gimnasia con la simple exhibición por parte del solicitante de una musculatura exuberante y unos pectorales bien desarrollados.

En fin, que en todas partes cuecen habas, aunque sea en unas más que en otras.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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