Por Carlos de Bustamante
( El sembrador.1888. Óleo de Van Gogh. Foto en laexuberanciadehades. wordpress.com ) (*)
“Salió el sembrador a sembrar…”. Lo escuché divinamente. Y recordé nuestros trabajos en la granja de Rufo. Al fin sabía el porqué y para qué de la necesidad de tantos sudores y fatigas en los trabajos del campo. Jesús les hablaba en su idioma. Todos lo entendían divinamente. Luego, y a solas, nos explicaba lo referido en parábolas. Si Tarsicio, torpe, ni aún así lo entendía, me lo explicaba perfectamente luego y en casa mi Madre, Ama y Señora. Miel sobre hojuelas. Me quedó claro: tenía que dar, como la buena tierra, el ciento por uno. No haberme si no, metido en estos berenjenales. Era, pues, preciso complicarse la vida ¿no? Pues iba a ser que sí.
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(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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