Un informe económico

Por Javier Pardo de Santayana

(Il pleut!. Acuarela de Nellytella en flickr.com)(*)

Al sintonizar Onda Cero esta mañana veo que anuncian una entrevista con don Lorenzo Bernaldo de Quirós*. Y aplico la oreja porque desde mi regreso de Mozambique no dejo de percibir un ambiente de una desesperanza tal que mueve a rechazar cualquier noticia que bordee el optimismo. Hasta la simple enunciación de cualquier signo de esperanza – por muy tenue que éste sea o por muy melindroso que sea su enunciado – recibirá una respuesta en tono escéptico. Y don Lorenzo nos va a hablar de economía – lagarto, lagarto – y más concretamente de un informe del grupo que preside.

Escucho, pues, con la moral que ya pueden ustedes imaginar y una atención quizá más afinada de lo normal por mi escaso nivel de conocimientos en el campo de la economía, consecuencia segura de mi inveterado desprecio por el dinero. Pero como creo entender lo que nos dice y los comentarios me proporcionan un esquema inteligible y práctico para hacerme cargo de la situación actual y del futuro próximo, me permito trasladarlo a mi improbable lector por si éste no lo hubiera oído ya directamente.

Dice el entrevistado – o al menos eso creo entender – que a finales de año se acabará la más larga recesión que España ha conocido, y que esto ocurrirá en todo caso; entiendo que como resultado de un largo proceso que toca ya a su fin. Vaticinio éste que sólo podría irse al garete si los problemas de Italia no se solucionaran aceptablemente y nos produjeran una indeseable contaminación que nos llegara a afectar hasta ese punto.

Así que, suponiendo que se cumpla lo primero, es decir, que la recesión termine más o menos con el año, el problema se centra en el ritmo de recuperación que pueda conseguirse. Y ahí don Lorenzo señala como peligroso y amenazante factor de ralentización una actual política fiscal que él considera equivocada. En este sentido critica la ineficacia real de la espectacular subida de los impuestos que acabamos de experimentar, y que, si teóricamente debiera permitir una mayor recaudación a las arcas del Estado, en la práctica lo reduce por cuanto ahoga excesivamente la actividad comercial.

Otra rémora – dice el entrevistado – será la actividad bancaria, que previsiblemente seguirá rematando sus operaciones de limpieza y aún no estará dispuesta para hacer correr el flujo de sus préstamos. De ahí la conveniencia – dice el entrevistado – de que se cree un fondo específico de apoyo a las sufridas pymes.

Bueno – se dice uno – he aquí por fin un poco de esperanza de labios de un experto que empeña su prestigio yendo a contracorriente de esa actitud generalizada de incredulidad que encaja ahora tan bien. Pero, ¿no quedamos en que el empleo es nuestra primera e ineludible prioridad, y que para que éste empiece a producirse será necesario alcanzar un crecimiento del dos por ciento?

Y aquí viene una respuesta para mí inesperada y enormemente positiva: que la reforma de la ley laboral impulsada por el gobierno de la nación ha producido el importante efecto de hacer descender el umbral de creación de empleo, que ya no será del dos por ciento sino simplemente del uno veinticinco. Excelente noticia que supongo bien fundamentada.

Para terminar, y ante la pregunta de uno de los tertulianos, don Lorenzo realiza la consabida crítica del sistema económico europeo, falto de una estructura adecuada para manejar las crisis y dominado por una Alemania que da prioridad a su propio país por encima de todo. Un sistema que cuenta con algunos personajes que cada vez que abren la boca hacen temblar la instalación, como ese señor Dijsselbloem al que todo el mundo cita como el del «nombre impronunciable»; que por cierto lo será para nosotros, porque para los holandeses es de seguro facilón. Lo que a ellos les parece impronunciable es lo de Aldabaldetrecu, Zubizarreta y Aguirrebengoa, por ejemplo.

* El entrevistado es presidente de Freemarket International Consulting y miembro del Consejo Editorial de «El Economista». También ha sido asesor económico del Círculo de Empresarios.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
http://farm9.staticflickr.com/8114/8621740972_50784ae118_b.jpg

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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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