Andy Warhol, en el Museo de la Pasión

Por José María Arévalo

( Marilyn. Ilustración de Andy Warhol)(*)

Me llega la noticia de que la Tate Modern de Londres está preparando para el próximo mes de febrero la primera exposición retrospectiva de Roy Lichtenstein, justo cuando estaba preparando este segundo artículo sobre la muestra “This is Pop Art!”, de la Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión de Valladolid, inaugurada estos días y que permanecerá hasta el próximo 19 de septiembre. Como ya les comentaba, la Sala de la Pasión ha reunido más de 100 obras de siete artistas estadounidenses, uno de ellos Lichtenstein, los más destacados del arte pop en la segunda mitad del siglo XX, en Estados Unidos. Aunque es Andy Warhol el más conocido de este movimiento y absoluto protagonista de la exposición, copando la planta baja de la sala casi al completo. También es noticia reciente que, el próximo 18 de septiembre, el Metropolitan Museum de Nueva York inaugurará una muestra compuesta por 150 obras, una cuarta parte de Warhol y el resto de sesenta de los artistas más importantes de los últimos 50 años. Muchos historiadores del arte y críticos coinciden en considerar a Andy Warhol el artista más influyente de la última mitad del siglo XX, pero ninguna exposición, hasta ahora, había tratado de forma concreta el peso y la influencia que tuvo Warhol en muchos creadores coetáneos o posteriores.

De Roy Lichtenstein, Keith Harina, Robert Indiana, Steve Kaufman, , Robert Rauschenberg y Bert Stern, incluí una pequeña semblanza en el artículo anterior. Así que vamos con Andy Warhol, la figura principal. Ya les comenté que al tratarse de artistas de la ilustración –la muestra recoge solo reproducciones, la mayoría de tiradas limitadas, series numeradas- podría decirse que estamos ante arte menor. Sin embargo la enorme influencia que el pop art ha tenido sobre la pintura y, por supuesto las técnicas derivadas, hasta los comics, lleva a pensar que algo extraordinario consiguieron entonces estos creativos. Mientras por los detractores del nuevo pop art fueron denostados por rendirse a un impresentable consumismo, sus defensores –les comentaba en el artículo anterior- destacaron que, desde entonces, cualquier objeto de la vida cotidiana podía elevarse a la categoría de arte. O sea que su principal aportación podría haber sido esta de enmarcar imágenes de latas, trastos y cualquier otro objeto. En su segunda exposición individual, en noviembre de 1962, en la galería Stable de Nueva York, Warhol incluyó 100 latas de sopa, 100 botellas de cola y 100 billetes de dólar. Pero ya antes el cubismo había destripado los objetos cuotidianos, y estaban muy vistos por entonces los colages de periódicos, etc. Pero también incluyó Warhol el díptico de Marilyn, y esa sí que ha sido una imagen que ha quedado para la posteridad, como el Grito de Munch o la Gioconda de Leonardo, auténticos iconos culturales.

Con la idea del díptico de Marilyn Monroe haría después Warhol mil combinaciones distintas –de la imagen de ella y de otros muchos artistas y políticos célebres- que además se han repetido por otros creativos, el primero su discípulo Steve Kaufman, que le acompaña en la exposición. No podía faltar en la calle de la Pasión, y ocupa lo que debió ser el lugar del retablo de la antigua iglesia, en una versión de enorme formato, verdaderamente impactante, unos cuatro por cuatro metros, con dieciséis versiones del famoso rostro de Marilyn con distintas combinaciones de colores, todas detonantes. Yo creo que fue el color más que la cotidianeidad de los objetos, el gran atractivo del pop art, y la excelente utilización de tan llamativos colores lo que convirtió en atractivo el motivo, una simplificada foto del rostro de la famosa actriz.

En el uso del color, Warhol no inventó nada, ya lo habían descubierto los impresionistas y sobre todo Kandinsky, de lo que ya hemos tratado ampliamente en varios artículos de este blog. Marilyn no era todavía un mito –a lo que sin duda ha contribuido la imagen multiplicada por Warhol-, así que la ocurrencia de Warhol no fue más que eso, una ocurrencia, y además sin dibujo. Da la impresión de que Warhol ni sabía dibujar, como lo acredita que casi siempre usa imágenes fotográficas convenientemente simplificadas. Junto al gran poster de las caras de Marilyn, la sala de La Pasión presenta algunas otras figuras dibujadas, como dos del presidente Carter, pobremente dibujadas para mi gusto, sin gracia ninguna. Entre los ilustradores de toda la vida hay enormes dibujantes, pero no parece ser este su caso.

Sin embargo, los críticos dicen que Warhol empezó a trabajar como ilustrador comercial con cierto éxito, gracia a sus elegantes y detallados dibujos para una empresa zapatera. “Dibujos a tinta –recoge Wikipedia-, de línea bastante desenvuelta, se alternaban con impresiones monoprint (similares a una monotipia) que aplicó extensivamente en su primera etapa como artista. Aunque esta posición entre el mundo artístico y el comercial no era infrecuente, sí es cierto que por motivos de prestigio la mayoría de artistas llevaban con discreción su condición de profesionales de la publicidad. De hecho, la fama de Warhol como ilustrador supuso en un primer momento un obstáculo para su consideración como artista. El dibujo era una parte esencial de la pintura de Warhol. Formado como ilustrador, Warhol acuñó un característico estilo «emborronado» con el que realizó sus celebrados anuncios de zapatos. Algunos de sus dibujos fueron publicados por el propio autor en forma de folletos (así, Yum, yum, yum, sobre la comida; Ho, Ho, Ho, de tema navideño; y Shoes, Shoes, Shoes, de uno de sus temas favoritos). Su libro de dibujos más aclamados es quizás A Gold Book, que reúne numerosas y delicadas ilustraciones de jóvenes. El título de esta obra se debe a una hoja dorada que decora sus páginas.”

De modo que lo que hizo Warhol fue más bien ir desdibujando cada vez más, sintetizando formas y aproximándose progresivamente a la abstracción, cosa normal en casi todos los artistas del siglo pasado y de las nuevas generaciones. Es ya un proceso obligado para los que seguimos la pintura figurativa. En parte por evolución necesaria, y en parte por complacer las tendencias contemporáneas. Así que Warhol fue un experto en encontrar filones en la contemporaneidad.

Dice también Wikipedia que Warhol “adquirió notoriedad mundial por su trabajo en pintura, cine de vanguardia y literatura, “notoriedad que vino respaldada por una hábil relación con los medios y por su rol como gurú de la modernidad”. Warhol actuó como enlace entre artistas e intelectuales, pero también entre aristócratas, homosexuales, celebridades de Hollywood, drogadictos, modelos, bohemios y pintorescos personajes urbanos.”

“Uno de los aportes más populares de Warhol –añade- fue su declaración: «En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos». Esta frase de cierta manera vaticinó el actual poder de los medios de comunicación y el apogeo de la prensa amarilla y de los reality shows”. Y concluye: “Al margen de la fama y de la polémica, está considerado como uno de los artistas más influyentes del siglo XX debido a su revolucionaria obra”.

“Lo que es genial de este país –son palabras de Andy Warhol- es que Estados Unidos ha iniciado una tradición en la que los consumidores más ricos compran esencialmente las mismas cosas que los más pobres. Puedes estar viendo la tele, ver un anuncio de Coca-Cola y sabes que el Presidente bebe Coca-Cola, Liz Taylor bebe Coca-Cola y piensas que tú también puedes beber Coca-Cola. Una cola es una cola, y ningún dinero del mundo puede hacer que encuentres una cola mejor que la que está bebiéndose el mendigo de la esquina. Todas las colas son la misma y todas las colas son buenas. Liz Taylor lo sabe, el Presidente lo sabe, el mendigo lo sabe, y tú lo sabes”.

Lo que yo no sabía es que Warhol, que fundó un emporio económico, era creyente practicante -del rito de la Iglesia católica bizantina rutena-, y se describía a sí mismo como una persona religiosa. El párroco de la iglesia a la que asistía Warhol -el templo de San Vicente Ferrer de Nueva York- afirmó que el artista iba casi diariamente a la misa. Así que no se hubiera encontrado incómodo viendo su exposición en el museo de la antigua Iglesia vallisoletana de la Pasión. O quizá sí, por lo que supone de pérdida de un lugar de culto para los católicos, a lo que ahora estamos ya muy acostumbrados.

Existen dos museos dedicados especialmente a Warhol. El Andy Warhol Museum, uno de los Museos Carnegie de Pittsburg, con más de 12.000 piezas de Warhol, que es el mayor museo dedicado a un solo artista en todos los Estados Unidos. El segundo museo dedicado a la memoria de Warhol es el Andy Warhol Museum of Modern Art, en la pequeña ciudad de Medzilaborce, el pueblo donde nacieron los padres de Warhol, en Eslovaquia. Fue fundado en 1991 por su hermano John Warhola, el Ministerio de cultura del gobierno eslovaco y la Warhol Fundation de Nueva York.. El museo aloja numerosas obras originales cedidas por la Warhol Foundation y algunos objetos personales donados por los parientes de Warhol.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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