Nuevos hallazgos este verano en Atapuerca

Por José María Arévalo

(Atapuerca. Acuarela de Fernando Fueyo en el libro “Una mirada natural. III. Rocas, suelosy paisajes de Burgos”)(*)

Todos los veranos, cuando llega la temporada de excavaciones, tenemos noticias nuevas de Atapuerca, en cuyos doce kilómetros reune restos únicos en Europa que permiten conocer las distintas especies de homínidos desde hace más de 1,2 millones de años hasta nuestros días. La noticia de este año es que la Sima de los Huesos alberga el primer ‘santuario’ de la humanidad, en el que se realizarían ritos funerarios por una comunidad de la especie Homo Heidelbergensis (300.000-500.000 años). El plan de este año, publicitado por los investigadores que dirigen Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, era más ambicioso – como declararon a principios de la campaña-, comenzar a buscar en el nivel 7 de este de la Sima del Elefante, mucho más antiguo que el nivel 9 donde se encontró en 2007 la mandíbula que puede corresponder al europeo más antiguo que se conoce. Aunque no se sabe la datación exacta – 1,2 millones de años, pero «podrían ser 200.000 años más»– la responsable del mismo, Rosa Huguet, declaró que hasta ahora solo se han localizado en este nivel más antiguo restos de animales, «ni industria lítica ni fósiles humanos», pero «serían los más antiguos de esta parte de Europa». Pero los resultados de la excavación recién concluida aún tienen que ser estudiados, a nivel laboratorio, en los próximos meses.

Todavía se cuestiona la especie del propietario de la mandíbula, cuyo descubrimiento supuso un avance importantísimo sobre el ya famoso del cráneo de ‘Miguelón’, en 1992, que permitió avanzar el descubrimiento de una nueva especie, el “homo antecesor” –aunque ahora ya se habla menos de ella, a falta de confirmación con otros restos- , y que catapultó internacionalmente el yacimiento de Atapuerca, donde se confirma concurre la mayor acumulación de fósiles humanos de la historia. Como en el caso del “homo antecesor”, en el de la mandíbula es muy difícil precisar sobre la nueva especie si no aparecen más restos de la misma época. Arsuaga ha manifestado estos días que «a título personal» está convencido de que puede tratarse de un Homo Erectus, que dejó tierras africanas para instalarse en la Sierra burgalesa. Precisamente estos días ha saltado a la prensa el hallazgo, en Kenia, de nuevos fósiles que revelan que el Homo Erectus no estuvo solo, y parecen demostrar la existencia de dos especies coetáneas, el Homo habilis y el Homo rudolfensis, según un estudio publicado el pasado día 8 por la revista científica británica Nature. Resumimos la noticia, antes de entrar en las de este año en Atapuerca.

Los nuevos fósiles, una cara, un maxilar inferior completo y una parte de un segundo maxilar inferior, fueron descubiertos entre 2007 y 2009 al este del lago Turkana por el proyecto de investigación Koobi Fora (KFRP) dirigido por Meave y Louise Leakey. Confirman, según los autores del estudio, la existencia en la misma época, hace unos dos millones de años, de dos especies distintas de Homoerectus, Homo habilis y Homo rudolfensis. «Está claro ahora que dos especies de Homo vivieron al mismo tiempo que Homoerectus», «La evolución humana – ha declarado estos días Fred Spoor, del Instituto Max Planck de antropología evolucionista de Leipzig (Alemania) que dirigió los análisis científicos- no es manifiestamente la línea recta que se pudo trazar en el pasado».

“El debate sobre la diversidad –informa la agencia Colpisa- de los primeros representantes del género Homo, comenzó tras el hallazgo, en 1972 por el KFRP en el sitio de Koobi Fora en Kenia de un cráneo conocido como «KNM-ER 1470″. Este cráneo fue originalmente fechado hace 2,8 millones de años, pero luego se lo dató hace 1,9 millones de años. Desde hace cuatro décadas, su taxonomía sigue siendo una controversia: su morfología es inhabitual, pero le falta la maxilar inferior y los dientes, lo que hace que las comparaciones sean difíciles y su descubrimiento permaneció aislado.”

“Primero fue clasificado en los Homo Habilis, especie de la que Louis Leakey, suegro de Meave Leakey, es el codescubridor, luego atribuido al género Australopithecus y finalmente fue el primero de una nueva especie denominada Homo Rudolfensis (por el lago Rodolfo, antiguo nombre del lago Turkana). Los tres fósiles descubiertos en un radio de una decena de kilómetros alrededor de el lugar en donde se halló el KNM-ER 1470, cuyo origen se data entre 1,78 millones y 1,95 millones de años, permiten completar el mapa.”

Lo cierto es que todas las especias del género Homo están extintas salvo la de Homo Sapiens, y que todavía sigue sin saberse de cual de sus antecedentes homínidos deriva.

En Atapuerca, en la trinchera del ferrocarril que abriera a principios del siglo pasado la compañía inglesa para transportar el mineral que explotaba, y en la que en los años noventa aparecieron restos del primer europeo que conocemos, vivió hace un millón de años el primer homínido que, desde tierras africanas, pisó Europa. Aunque no se hubiera descubierto el “homo antecesor”, las decenas de yacimientos que contiene ya permiten decir que es la clave de la evolución humana en Europa.

Pero vayamos al hallazgo de este verano. El equipo de investigadores que trabaja en la sierra burgalesa de Atapuerca ha descubierto en la campaña de verano restos de la especie Homo Heidelbergensis (300.000-500.000 años) que vienen a reforzar la teoría de que la Sima de los Huesos fue el «primer enterramiento de la Humanidad», como ha comentado Juan Luis Arsuaga, al anunciar el hallazgo de varios restos entre los que figura la tercera falange distal de un pie de un individuo infantil, la mitad de una mandíbula y parte de un hueso occipital y un húmero. Y destacó los excepcionales resultados de unos trabajos que este verano han permitido dar una respuesta al enigma que desde hace décadas centraba parte de la atención investigadora: Conocer la razón por la que en la Sima de los Huesos se amontonaban los restos de una treintena de individuos de la especie Homo Heidelbergensis.

El hallazgo de la falange de un niño en esta campaña ha venido a reforzar la teoría que manejaban los investigadores de que la Sima de los Huesos alberga un ‘santuario’ en el que se realizarían ritos funerarios. «Se trataría del primer ‘santuario’ de la humanidad», explicó Arsuaga argumentando que no existen restos en toda Eurasia de este calibre. «Es la prueba más antigua de un comportamiento funerario y de una acumulación colectiva», recalcó en declaraciones recogidas por Ical.

La aparición de la tercera falange del dedo pequeño del pie lleva al equipo de investigadores a descartar la hipótesis de que fueran trasladados hasta la Sima de los Huesos por otros carnívoros y permite hablar de ‘santuario’. Desde hace décadas, varias teorías –que apuntaban a algún tipo de accidente o catástrofe natural como las causas que llevaron a la treintena de individuos al interior de la cueva- han convivido con otras como la que ha presentado Arsuaga, que viene a refrendar la relevancia mundial del yacimiento burgalés.

Este descubrimiento –informa la agencia- se añade a otros de este verano, que al propio tiempo se han hecho públicos: En la Sima del Elefante, se han recuperado restos de mamíferos como castor, gamo, caballo y aves de diferente talla datados en 1,2 millones de años. En Gran Dolina se ha trabajado en una base de unos 370.000 años de antigüedad desde 2004 y desde entonces han aparecido más de 60.000 restos faunísticos y 12.000 artefactos de piedra. Justo en la zona del nivel de los bisontes se han encontrado bifaces del período Achelense. En el Sector inferior, en un área de entre un millón y 900.000 años se han localizado restos de un oso muy particular, el ‘Ursus dolinensis’, entre ellos un cráneo entero que ayudará a clarificar la posición de esta especie en el árbol evolutivo de los osos. En la Galería se han recuperado restos faunísticos y herramientas elaboradas en Sílex en torno a los 250.000 años. En la Cueva Mayor, Galería de las Estatuas, se han hallado restos de fauna y piezas de industria musteriense, propia de los neandertales, con una cronología de entre 45.000 y 50.000 años. Y en la Cueva del mirador, continúan los trabajos de campañas anteriores en un sepulcro colectivo de hace unos 4.300 años que han puesto al descubierto restos de ocho individuos. En Fuente Mudarra, sitio al aire libre donde se han excavado niveles de 50.000 años de antigüedad, se han localizado piezas de sílex de factura neandertal, en un asentamiento a orillas del Río Pico.

En fin, un yacimiento, el de Atapuerca, que augura nuevos descubrimientos enormemente relevantes, y un magnífico equipo de investigadores del que esperamos nuevas noticias pronto. Lo que más me maravilla es que, como me explicaron las dos o tres veces que lo visité, cada año solo se excavan unos pocos centímetros de profundidad, tan fértil en hallazgos es, y con tanto cuidado hay que avanzar en él para no destruir pruebas.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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